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Adultos mayores de Quellón viven inolvidables aventuras

Como en otros puntos de Chiloé y del país, personas de 60 años y más gozan con los regulares viajes que organiza el municipio en conjunto con el Senama y el Sernatur, favoreciendo a este grupo etario en constante crecimiento.
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Ricardo Mundaca Izquierdo

Cuando se llega a la tercera edad por lo general la vida se pone cuesta arriba. Enfermedades y problemas económicos, familiares y de cualquier otra índole hacen que a esas alturas la vida se desarrolle distinta, por decir lo menos.

En Quellón, como en otros lugares del país, hay programas que van en directo beneficio de quienes nos regalaron la existencia y que tienen como objetivo mejorar la calidad de vida de los adultos que pasaron la barrera de los 60 años.

Rodrigo Soto Muñoz (39), sicopedagogo de la Universidad de Los Lagos, coordinador de la Oficina del Adulto Mayor y Discapacidad de la Municipalidad de Quellón, convive a diario con estos ciudadanos de más edad de la comuna.

La función de su departamento la explica él mismo: "Lo primordial es acercar las políticas públicas a los adultos mayores de la comuna y, también, generar políticas públicas comunales para ir en ayuda y solventar algunas necesidades de los adultos mayores propiamente tal de Quellón, desde los 60 años hacia arriba. La idea de la municipalidad y de la oficina es que los adultos mayores tengan espacios para compartir, para interactuar y recuperar tradiciones".

Consultado sobre si no se complica trabajando con personas que casi lo doblan en edad, el profesional comenta que "la verdad es que al principio costó un poco. Estuve trabajando con ellos hace bastante tiempo, me ausenté un par de años y volvimos a retomar el trabajo hace un año y medio".

En la comuna del sur de la Isla existen varios clubes de adultos mayores y el trabajo con ellos, según Soto, "es súper demandante, lo que es lógico", aclara.

"Son muy entusiastas, el trabajo de ellos y su participación es increíble. Se hace una actividad con adultos mayores y tienes por sentado su concurrencia, mientras se le den medios de acercamiento. Hay que entender que algunos de ellos son de los sectores rurales, con ingresos muy bajos, por tanto, difícil que puedan costear sus gastos", confiesa.

Añade que "el municipio dispone de medios de movilización para ellos. Actualmente se cuentan 16 clubes, más una Unión Comunal de Adultos Mayores, y con ellos generamos las actividades del programa. La cantidad de inscritos, usuarios de los programas, bordea los 300 vecinos".

Saliendo

Vacaciones Tercera Edad es un programa del Senama (Servicio Nacional del Adulto Mayor) y Sernatur (Servicio Nacional de Turismo) que involucran a distintos municipios a nivel país. "Nosotros postulamos a los destinos de Villarrica, Pucón, Valdivia, San Juan de la Costa, Puyehue. También tenemos como destino Hornopirén, pero por distancia se nos hace un poco complicado", manifiesta, acotando que los paquetes son con la modalidad todo incluido: transporte (bus), alojamiento y alimentación.

En el fondo se trata de una subvención que entrega el Estado para viajar a costos muy por debajo del precio de mercado. Por ejemplo, un itinerario de tres días a un adulto mayor le cuesta 27 mil pesos. Uno de siete días y seis noches tiene un valor de 47 mil pesos. Estos traslados, en el caso de Quellón, se realizan generalmente cada dos meses y los destinos se anuncian con un mes de anticipación.

Los viajes se realizan en un bus, eventualmente pueden ser dos, pero generalmente son 40 adultos mayores los que se incluyen por salida. "A menos que hayan más y se pueda compartir con otra comuna", recalca el encargado. Una condición es que los paseos no son repetibles y que no deben salir los mismos beneficiados. El que fue en una temporada a un destino debe esperar -al menos- el viaje subsiguiente a ese mismo lugar para poder subirse nuevamente al bus.

"La idea es darle la oportunidad a todos", subraya Soto. Para la contingencia, y atendidos los problemas que puedan presentarse, el programa contempla un lineamiento de salud. "Siempre viaja un paramédico con nosotros. En los mismos destinos siempre hay visitas de paramédicos o médicos a los lugares. Hasta ahora nunca ha pasado nada", asevera.

El proceso lo detalla el funcionario: "Se inscriben con nosotros en la oficina, recaudamos el dinero y posteriormente hacemos el depósito a la empresa touroperadora, que es licitadas, aprobada por Sernatur y Senama".

La respuesta que ha tenido el programa ha pasado del desconocimiento inicial a la satisfacción y las ganas de repetir la aventura. "Al principio con mucho temor, entendiendo que a muchos adultos mayores no les gusta viajar o no les gustaba viajar. Ahora vienen cada quince días a preguntar si tenemos viaje", consigna.

Las razones por la alta demanda se refieren a la calidad del servicio y las atenciones. "Además, nosotros los acompañamos para cualquier necesidad que ellos tengan. El hecho de cambiar de ambiente, juntarse con otros adultos mayores. La energía que ellos transmiten siempre ha sido mayor, incluso son más activos que los jóvenes", justifica.

En los destinos los touroperadores se encargan de planificar actividades. En las noches organizan juegos, karaoke y fiestas.

Testimonios

El matrimonio conformado por Beatriz Soto, jubilada, y Fernando Arraño, también pensionado pero oficia de instalador sanitario, celebró el año pasado sus bodas de oro. Ella es de Ancud, él de Pichilemu y están radicados en Quellón hace 25 años. Viven solos en su casa en el centro de la ciudad del sur de la Isla y tienen tres hijos que ya dejaron el hogar paterno.

La opinión que tiene Fernando sobre el programa es positiva: "Así uno conoce otras personas y se va integrando, se hace de amigos. Se pasa súper bien".

Añade Arraño respecto a los viajes que "la atención ha sido buenísima, los hoteles donde hemos estado muy buenos también, sobre todo el de Valdivia, que queda en la Isla Teja, muy bueno".

Beatriz comparte los dichos de su marido. "Me gusta que tomen en cuenta al adulto mayor. Hemos visitado Osorno, Valdivia, Entre Lagos, de ahí fuimos a las termas".

"¡Valdivia!", responden al unísono cuando se les pregunta por el lugar que más les ha gustado.

Sobre la organización, no tienen dudas: "Es excelente". Beatriz comparte que "desde que salimos de acá nos van atendiendo. Desayuno, pasamos a almorzar, qué mejor". Suma risueña que "en los viajes, después de las cenas en los hoteles, hacemos hasta bailes".

En cuanto al costo de la expedición está consciente que con lo que pagan no les alcanzaría "ni para el pasaje". Su esposo acota que, incluso, la primera vez que viajaron lo hicieron gratis.

Otra experiencia

Carmen Rojas Rivera enviudó hace menos de dos años. Vive en Quellón hace 30, lugar al que llegó desde Santiago siguiendo a su marido, quien vino a probar suerte a estas tierras tras la gran crisis económica de principios de los '80 y con quien compartió más de 50 años y seis hijos. Sigue laboralmente activa. Tiene un emprendimiento turístico a la salida de la ciudad puerto que administra ella sola.

Su opinión como usuaria de los viajes para la tercera edad la fundamenta en que "lo principal es que vamos todos de la misma edad, más o menos. Lo bueno es que, a esta edad, uno sale o la llevan de paseo. Cosas que no hizo antes. Por cualquier cosa uno nunca salía: que cuidar la casa o los niños, qué se yo. Ahora regio, porque se aprovecha el tiempo, y se divierte. Es bonito salir, es entretenido y en compañía mejor todavía. La organización (es) estupenda, se cumplen todos los horarios a la perfección, realmente excelente".

Continúa relatando las bondades del programa: "Estás fuera tres días o una semana y no te preocupas ni de hacer tu cama. Nada, todo servido desde que se levanta... desayuno, almuerzo y cena. Por las tardes hay tiempo libre para salir a conocer y no es necesario andar todos juntos. Cada uno hace lo que quiere".

"Hay un grupo con el que he viajado que somos de la misma onda. Buenos para la chacota, que el chiste, que la talla. Entonces, en el bus somos el grupo que nos vamos sentados atrás, contando chistes y riéndonos todo el camino. Lo pasamos muy bien", menciona.

Para la empresaria es interesante lo que se vive a esta edad: "Ya no se tiene niños en edad escolar que atender. Ahora no tengo marido, a pesar que él siempre me incentivaba a viajar; así que no tengo obligación de tener la comida lista, por ejemplo, ni preocuparme de las mascotas".

Como todos los usuarios consultados, la iniciativa le ha cambiado la vida: "Dejo todas mis preocupaciones en la casa y salgo. Yo voy a pasear, a divertirme y pasarlo bien. Además, en este grupo nos juntamos algunos acá en Quellón y nos visitamos en las casas".

"La idea es darle la oportunidad a todos".

Rodrigo Soto,, coordinador de la Oficina del Adulto Mayor de Quellón.

"Me hecho de varios amigos que nos llamamos casi a diario. Nos ha cambiado la vida".

Fernando Arraño,

usuario quellonino.