Secciones

Aborto: sentencia de muerte

E-mail Compartir

No es fácil ser coherente. Muchas veces somos tentados por seguir el camino fácil de la popularidad o nos dejamos llevar por el miedo, a pesar de nuestras convicciones. Eso es lo que está pasando en el Congreso respecto al debate del aborto. La experiencia internacional nos demuestra que el aborto cuando se legaliza, incluso para casos excepcionales, termina siendo una práctica permitida ampliamente, pues siempre se hace encasillar en alguna de ellas, todo tipo de aborto, especialmente en un proyecto que es malo y cuya redacción deja para la interpretación una serie de situaciones que podrían encubrir un aborto libre. Mucho se ha debatido sobre la legitimidad de estas causales. Esta vez no me centraré en desmitificarlas. Sabemos que desde un punto de vista ético y científico, no tienen razón de ser. Solo dos ejemplos: Sabemos que la ciencia ha superado el aborto terapéutico, por lo que nunca un médico está en la encrucijada de tener que optar entre la vida de la madre o del niño; en el caso de violación entendiendo la dureza y el dolor del hecho, no se justifica desde un punto de vista ético, que un tercero inocente tenga que pagar con su vida.

Lamentablemente a este debate le ha faltado tolerancia y nivel con las diversas intervenciones de parlamentarios que más que una discusión científica o religiosa han caricaturizado e ideologizado el debate. No se trata de imponer una idea sobre otra, ni desmerecer a la persona que en base a sus convicciones y creencias tome una postura frente al tema. En lo personal, yo tengo mis convicciones claras respecto y creo además haber sido el único parlamentario que durante su campaña electoral señaló abiertamente su oposición al proyecto.

Cualquiera de las tres causales para despenalizar el aborto con llevan el dolor de una experiencia devastadora y la perdida de la profunda relación madre e hijo. Por mis convicciones y respeto por la vida del que está por nacer y además tratándose de un proyecto que no cuenta con las medidas y los recursos para proteger la salud mental de la madre, porque sea cual sea la causal, el aborto es una cadena de dolor que en ninguno de los casos aporta sanación. Por ello Votaré NO.

Columna

Iván Moreira,, senador por la Región de Los Lagos