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Chiloé: cielos cubiertos

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El episodio de marea roja en Chiloé pone de relieve varios delicados aspectos que llenan de dramatismo el problema y sus vías de salida. En primer lugar, porque no está claro si acaso el reclamo de pescadores y habitantes de la Isla, es o no efectivo. Es decir, si el haber lanzado al mar toneladas de salmones descompuestos tiene o no algo que ver con la incidencia de la marea roja que como nunca ha afectado a la X Región. Lo segundo es la presencia de una protesta que ha tenido consecuencias negativas para toda la población; se cree que solo protestando de esta manera violenta y generalizada se podrán ejercer las presiones para adelantar soluciones y satisfacer demandas. Esta protesta ha dejado a la Isla sin abastecimientos y ha llenado de pérdidas a muchos actores que aparecen así también como culpables de la desgracia ocurrida. Lo tercero, es que a esta protesta se suman muchos que no están directamente afectados por el problema de la marea roja, aunque sí debe decirse que la ocurrencia de este fenómeno ha producido estragos en toda la población, que depende tan centralmente de la actividad de extracción de productos del mar. Las negociaciones han sido dramáticas, porque hay demasiadas cosas en la mesa, adornadas de desconfianza y de un dramatismo que se relaciona con la calidad de vida y el sustento de la población. Nada justifica la violencia, pero está claro que hay una desesperación, y una profunda desesperanza por parte de una población que no percibe solidaridad del resto del país. Como muchos lo han expresado: si se inunda el sector del Costanera Center y sufren muchos comerciantes y habitantes de providencia en Santiago, entonces hay cadena nacional informativa; pero cuando sufren de hambre y desesperanza miles de chilotes, entonces se trata solamente de un hecho informativo, que no tiene el mismo peso en las prioridades ciudadanas. Esta desgraciada situación se ha dado en medio de un significativo problema económico y financiero que empieza a vivir el país. No obstante, no puede dejarse a Chiloé a su suerte y con sacrificio debe abrirse la mano generosa del Estado.


Presencia de efectivos militares y seguridad

El ministro de Defensa, José A. Gómez, en relación a la ayuda del Ejército en el control del vector que trasmite el zica, en el norte, ha señalado "la presencia de efectivos en la calle trasmite seguridad".

Todos creo coincidimos con esa apreciación; entonces, ¿por qué ante la falta de seguridad que a todos afecta por la alta delincuencia, no dejamos el infantilismo y concepciones erróneas y añejas aversiones de lado y se estudia la forma y atribuciones que se podría encomendarse a nuestras FF.AA. para participar, no entregar, sino complementar la labor hasta ahora insuficiente de la justicia ordinaria y los diferentes órganos relacionados sobrepasados ampliamente hoy en día por el flagelo de la delincuencia?

Luis A. Riveros,

ex rector de la Universidad de Chile

José M. Caerols S.