Para nadie es un misterio que nuestra democracia cada día tiene una menor participación. Basta analizar como elección tras elección las cifras de participación disminuyen, lo que obliga a buscar fórmulas que sean capaces de reencantar a nuestros vecinos.

La gestión municipal moderna tiene que partir con ideas que sean sentidas por las personas, para ello no basta con decir haremos esto o lo otro si eso no nace del seno de la comunidad. Siempre he creído que mientras más cerca está la toma de decisiones de lugar donde se pretenda hacer una inversión, no solo aumenta la eficiencia en el uso de los recursos, aumenta la valoración de quienes allí viven porque sienten como propio lo que se va a ejecutar; no debemos olvidar que quienes viven la necesidad saben mejor que nadie cuál es la mejor solución.

Los municipios representan una oportunidad para que la gente vuelva a creer que el buen servicio público es posible, solo se necesita de una gestión atractiva y novedosa, donde la comunidad se sienta involucrada y comprometida con el futuro de su territorio, se sienta escuchada y puedan ver que si se pueden hacer realidad sus sueños. El tema es ahora el cómo llegar a ello; pues bien, desde mi particular visión debemos abrir la inversión municipal a la participación. Para ello en el barrio los vecinos deben discutir cuáles son sus principales necesidades y una vez detectadas esas necesidades, serán los mismos vecinos los que ejercerán la democracia en su sector mediante consultas ciudadanas; así ejerciendo el voto en el barrio sabremos qué es lo que realmente la "mayoría" anhela y ello deberá ser trabajado por los entes técnicos municipales para su posterior búsqueda de recursos y materialización.

La ley actual ya entrega las herramientas para avanzar a inversiones municipales con participación ciudadana, solo hay que atreverse. Si así lo queremos, debemos trabajar entre todos para generar el cambio que es tan necesario que llegue a nuestra comuna. De todos depende si seguir con más de lo mismo o dar paso a una gestión con real participación.