Para nadie es un desconocimiento que hoy son muchas las instituciones que están desprestigiadas: la política, empresarios, colusiones, religiones, ANFP, entre otras. Pero en mis 10 años de consejero regional, siempre me ha llamado la atención el amor, dedicación y prestigio que tienen los bomberos. Y en el Consejo Regional hay una glosa especial para la institución; sabemos que los recursos siempre son escasos, pero cuando llegan al CORE se produce un ánimo de respaldo hacia bomberos y, por supuesto, nunca se les ha rechazado un proyecto.

El sábado estuve invitado a la celebración de los 83 años de la Cuarta Compañía de Bomberos de Castro, "Unidad y rescate". Al compartir con ellos, reflexionaba: si la sociedad fuera una gran familia como ellos, unidos, solo preocupados de hacer el bien, sería perfecto.

Ese sábado había alegría por cumplir un año más de servicio a la comunidad y también se hizo latente el gran sueño de tener un carro nuevo. Ojalá se concrete.

A lo mejor como Estado, tenemos que preocuparnos más de que tengan todas las condiciones, como buenos cuarteles, carros o equipamiento de primera, en vez que seguir comprando, por ejemplo, armas de guerra.

Nombrar a un bombero sería injusto, ya que todos son importantes. Qué duda cabe que son muchas veces héroes anónimos, que arriesgan la vida cuando hay un llamado de incendio que puede ocurrir cualquier día, Navidad, Año Nuevo, domingo, lamentablemente a cualquier hora.

Vayan mis más sinceros agradecimientos y respeto a tan noble institución y sin dejar de mencionar de manera especial a sus familias, por el gran apoyo que le brindan.

Un gran abrazo a todos, igual que ese sábado, en el que tuve la oportunidad de compartir un nuevo aniversario de la Cuarta Compañía de Castro... ¡Muchas gracias, estimados bomberos!