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Recuerdan legado del conjunto folclórico Magisterio de Ancud

A 52 años de la creación de la extinta agrupación que reformuló la forma de hacer folclor en Chiloé, recorrimos su historia a través de uno de sus miembros fundadores.
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Eduardo Burgos Sepúlveda

El conjunto folclórico Magisterio de Ancud fue fundado hace exactamente 52 años, un 30 de junio de 1964, por jóvenes entusiastas docentes de ese entonces, quienes participaban además del Coro de Profesores de esa comuna, tejiendo entre canciones y bailes una de las historias más ricas en cuanto al rescate patrimonial en la provincia de Chiloé.

Varios de los integrantes fundadores de la agrupación ya están fallecidos, aunque sigue su legado en la memoria colectiva y de quienes sobreviven del colectivo. En ellos aún están las más diversas experiencias obtenidas a través de una exitosa trayectoria que los hizo merecedores de premios y que, de acuerdo a la palabra de uno de ellos, dignificó el folclor del Archipiélago.

"El Coro de Profesores (de Ancud) se fundó en el año 1959 y con los años los que gustábamos más del folclore nos retiramos del coro y formamos el conjunto", relata Tomás Barrientos, uno de sus fundadores, quien fue tesorero del grupo, cantante, bailarín e investigador. "No éramos más de 15 personas al comienzo, pero después se fueron sumando y llegamos a tener más de 30 integrantes", agrega el exprofesor.

Barrientos destaca el valor cultural y patrimonial del conjunto donde trabajó por décadas, advirtiendo que "fue el primer conjunto folclórico propiamente tal que existió en Chiloé. Después se crearon muchos más, en clubes deportivos, juntas de vecinos, escuelas, etcétera", recalca.

La fuente enfatiza que, obviamente, existían cultores y artistas que cantaban e interpretaban folclor local en ese tiempo, pero que "no existían en ese tiempo agrupaciones con una estructura como la de nosotros, donde teníamos estatutos e, incluso, un departamento de investigación".

A través de esta última instancia, destaca el exdocente que fueron recopilados varios bailes de sectores rurales del Archipiélago, entre ellos la escoba. "Este es un baile que recopilamos nosotros, que es una danza lúdica que la bailan todos los conjuntos folclóricos y la gente aplaude mucho", manifiesta este chilote.

Agrega que "otro de los bailes que rescatamos fue la pericona macho, que es otra versión de la pericona, que la recopilamos en Cogomó. Ese es el valor que tiene el conjunto Magisterio de Ancud, que rescatamos bailes que se estaban perdiendo".

Representaciones

La preservación de bailes y canciones no fue lo único en lo que se abocaron los de este grupo con su departamento de investigación, sino que fueron más allá e inauguraron en las actuaciones, tanto dentro de la provincia como fuera, las representaciones de la cultura chilota, con las que recrearon frente a público temas tan variados como las mingas o las faenas campesinas.

"Primero fueron los bailes y las canciones y luego en los encuentros que hacíamos realizamos lo que se llamaban proyecciones, donde se mostraba una vivencia campesina", comparte Barrientos, detallando que "recuerdo que una vez hicimos una minga de hiladura, donde las mujeres hablaban, copuchaban e hilaban".

Esos encuentros folclóricos fueron inaugurados por los miembros del conjunto ya entrados los años '70, denominándolos como los "primeros grandes eventos patrimoniales" de Chiloé. Los escenarios eran gimnasios de Ancud, Castro, Quellón, Achao e incluso en Futaleufú, Palena y Chaitén, que en ese tiempo eran parte del llamado Chiloé Continental y formaban parte de nuestra provincia.

El Magisterio se convirtió en una embajada insular y más aún de la cultura local, siendo invitado a distintos escenarios, literalmente de Arica a Punta Arenas, donde compartieron con los más grandes del folclor nacional y recibieron una serie de premios por su labor y profesionalismo.

Dentro de las historias más recordadas por el socio fundador del conjunto hoy desaparecido está una de las tantas representaciones en los encuentros musicales, en las que se recreó el tren de Ancud a Castro. "El maquinista le decía a una mujer 'súbase al tren' y ella le respondía 'no, voy muy apurada'", evoca Barrientos, a la vez de reírse tan estruendosamente como lo habría efectuado el público en aquella actuación.

Durante el pasar del tiempo varios de los gestores de la recordada agrupación han ido falleciendo, sumándose ocho en total, entre ellos Luis "Peneco" Ojeda y el reconocido Heriberto "Pollo" Soto, en honor a quien sus familiares en los últimos años vienen realizando una peña en Ancud.

Entre las anécdotas más recordadas de los maestros folcloristas está la de un viaje a Antofagasta. Los artistas chilotes se trasladaban en un bus de Transportes Chiloé, supuestamente nuevo, en el cual en medio del viaje comenzaron todos a sentirse mareados, hasta que uno de ellos no pudo más e hizo parar la máquina.

"Se le dijo al conductor que nos dolía mucho la cabeza y comenzamos a salir todos del bus y al revisar la máquina nos dimos cuenta que habían unos pequeños agujeros en el piso en la parte trasera y por ahí se colaba monóxido de carbono, que si no nos damos cuenta a tiempo habríamos muerto todos", confiesa Barrientos.

En sus giras por Chile el conjunto fue sufriendo algunas mutaciones, como cambios de nombres, por ejemplo, ya que en los '80 pasó a llamarse Centro de Folclore del Magisterio de Ancud (Cefona) y más tarde Instituto Cultural del Magisterio de Ancud.

Pese a lo anterior, el espíritu siguió siendo el mismo hasta su desaparición, por el 2005, luego que el municipio vendiera el terreno que se le había concesionado en las calles Errázuriz y Los Carrera, donde antes había estado el Gimnasio Municipal, en el que muchas veces también se presentaron estos emblemáticos cultores.

"Primero fueron los bailes y las canciones y luego los encuentros".

Tomás Barrientos,

fundador del conjunto Magisterio de Ancud.

"El maquinista le decía a una mujer 'súbase al tren' y ella le respondía 'no, voy muy apurada'".

Tomás Barrientos,

fundador del Conjunto Folclórico Magisterio, de Ancud.