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Polideportivo albergó olimpiadas

Unos 80 usuarios de la red de salud mental participaron de la tercera versión de este encuentro en Castro.
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Mauricio Muñoz Moreno

Solo risas y mucha entretención se vio ayer entre los distintos usuarios que participaron de la tercera versión de las Olimpiadas de Salud Mental efectuadas en el Centro Polideportivo del sector Castro Alto. En la oportunidad, cerca de 80 personas se sumaron a la actividad que mezcló lo competitivo y las actividades lúdicas.

Jacqueline Sánchez, directora del programa de salud mental del Servicio de Salud Chiloé, recalcó que durante las actividades que desarrollaron los participantes solo derrocharon entusiasmo.

"Esta es un evento que organiza el Servicio de Salud Mental y Siquiatría del Hospital de Castro, donde se mezclan los juegos recreativos y la competencia. Sin embargo, la finalidad es que los pacientes compartan en un espacio distinto a los normales de rehabilitación", sostuvo la médico siquiatra.

Participantes

En la actividad se añadieron usuarios de los distintos dispositivos de la red de salud mental, que en su gran mayoría dependen del Augusto Riffart de Castro, como el Hospital de Día y el Centro de Rehabilitación Laboral. En estos dos dispositivos acuden pacientes de distintas comunas de la provincia, a los anteriores también se complementó con la presencia de usuarios del Policlínico de Siquiatría y de hospitalización psiquiátrica del nosocomio castreño y de distintos hogares que forman parte de la red.

Fútbol mixto, yincana y juegos libres fueron la tónica de la jornada que se prolongó hasta la tarde de este miércoles.

Nicole Rodríguez, directora de la residencia protegida del Hogar de Cristo, valoró el desarrollo de las terceras olimpiadas, en especial, por la integración que logran los pacientes con el medio social.

"Es la mejor manera de demostrar la inclusión en la sociedad y que los chicos puedan hacer actividades como los demás y que se piense en ellos", enfatizó.

Uno de los usuarios, el castreño Héctor Miranda, se mostró contento con la iniciativa, sumando que "en mi caso me ayuda a salir de mi soledad y poder compartir con otras personas que conozco".

La monitora Francisca Huaquín del Hogar Millaray valoró el beneficio para los pacientes. "Los usuarios pueden distraerse, ya que no todos pueden salir. Además es una ayuda para su proceso de integración", argumentó.