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Recuperan memoria histórica de Castro a través de fotografías

Empeñado en que las nuevas generaciones conozcan cómo fue construyéndose la capital insular, el dibujante Luis Mardones ha creado un completo álbum cargado de recuerdos.
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M. Eugenia Núñez G.

La fotografía puede cumplir y satisfacer dos grandes funciones culturales: la memoria y la creación. Y es precisamente bajo esa premisa que el dibujante Luis Mardones Ballesteros está llevando a cabo desde hace años la recuperación de la memoria histórica de la ciudad de Castro a través de imágenes que detallan el importante papel que juega la visualización de actividades políticas, sociales y culturales de antaño.

Capturas que muestran con sutileza los cambios arquitectónicos y urbanísticos en los barrios castreños, como así también los oficios y manifestaciones populares, son parte de las reliquias que ha logrado rescatar este investigador, cuya motivación -como el mismo aclara- "es aportar con un grano de arena para que las nuevas generaciones conozcan el pasado de su ciudad y reconozcan a través de las fotos a sus familiares".

"Comencé esta recopilación de fotos, primero, revisando los álbumes familiares y, después, los de mis amigos y así las fui juntando. Una vez la foto en mi poder comienzo a investigar la historia de ella, vale decir saber los nombres de las personas que allí salen, el lugar físico donde fue tomada y en qué año ocurrió", recalca el isleño.

Pasión

Este valioso documento ha sido el fruto de un trabajo constante de más de 15 años, que vio sus primeras luces en la concreción del libro que Mardones realizó con el profesor Luis Mansilla sobre la historia del Club Deportivo Estrella del Sur y también por su trabajo en las década de los '90 en la Fundación Amigos de las Iglesias de Chiloé.

"Hace unos meses abrí una cuenta en Facebook donde cada semana subo una foto con su historia y también las colaboraciones que me envía la gente, la página Crónicas de Castro-Érase una vez ha tenido muy buenos comentarios, sobre todo porque los jóvenes han reconocido en esas imágenes a sus abuelos; por ello es que mi idea es hacer un libro de catastro fotográfico de Castro, el cual espero se concrete el próximo año", indica el investigador.

Suma que "la idea de esta página es mostrar cómo era el Castro antiguo, principalmente la parte urbana, como el puerto, la calle Blanco, la plaza, que la gente que ve la cuenta de Facebook reconozca en esas imágenes a sus familiares y amigos, la puedan bajar y así conservar para sus archivos".

Los recuerdos de los familiares como los registros de los diarios de la época y los libros de los historiadores locales Dante Montiel y Rodolfo Urbina son los insumos que el dibujante utiliza para detallar la historia de las gráficas que expone por la red social.

"Las fotos más antiguas que poseo son unas de 1893 que me facilitó una amigo de Puerto Montt, una que muestra a la antigua iglesia de Castro y otra un lanchón en el puerto", comparte el dibujante técnico.

Asimismo, Mardones aclara que esta biblioteca visual solo llegará hasta 1979.

"Las fotos las tengo separadas por décadas. La idea es recopilar imágenes solo hasta 1979 porque lo demás ya está contado, está sabido por la comunidad, en los años '80 ya habían más cámaras fotográficas y ni hablar de los '90 y la actualidad a través de los celulares, la gente mantiene más vivo los recuerdos de cómo era Castro desde los '80 a la fecha", enfatiza.

Cambios

Este recopilador confiesa que los cambios más significativos que ha podido constatar a través de las fotos son las transformaciones que han tenido los barrios, principalmente los que están en el denominado casco histórico de la hoy capital provincial.

"Antes del gran incendio del año 1936 todas las construcciones eran de madera tanto en el borde de la plaza como en la calle principal que era Blanco Encalada y la costanera. Ese incendio fue muy grande, comenzó en calle Latorre, tomó Blanco y llegó hasta Pedro Aguirre Cerda y parte de Lillo, se expandió rápidamente porque las casas estaban unidas, una al lado de la otra", acota el chilote.

Añade que "luego de ello vinieron las construcciones de cemento que se iniciaron más menos el año 1942 en toda la calle Blanco y son las que hoy aún se mantienen en pie".

La segunda transformación que habría sufrido el urbanismo castreño fue a raíz del terremoto y maremoto del '60. "Aquí cambió el borde costero, desapareció el ferrocarril, el edificio municipal, entre otros", afirma.

"Lamentablemente también han habido cambios, donde casas patrimoniales se han ido abajo, pero igual se entiende que si no hay financiamiento para poder mantenerlas, los dueños optan por venderlas, no hay una normativa como en Europa de conservar las propiedades antiguas", recalca este amante del patrimonio insular.

A juicio del investigador, son pocos los barrios que mantienen intacto parte de su pasado tangible. Uno de ellos, cree, es Pedro Montt.

"Pedro Montt, tanto primero como segundo sector, es como lo único que va quedando de este Castro antiguo, mantiene parte de las construcciones de los años '30 y '40, también una parte de calle El Tejar que era por donde se bajaba antes para ir a la ciudad de Ancud. Pedro Aguirre Cerda desapareció completo y en calle Los Carreras hay algunas todavía en pie", puntualiza.

En cuanto a la Plaza de Armas, Mardones indica que poco y nada queda de las gloriosas edificaciones que la engalanaban.

"Queda prácticamente solo la iglesia, la casa donde hoy esta Foto Kena y la que está a un costado del BancoEstado, porque la casa donde está un restaurante ya ha sido reformada en varias oportunidades, por ejemplo, el edificio de la Gobernación fue construido en los '80 cuando en los '70 se quemó la anterior", enseña.

Prosigue que "antiguamente donde hoy está la Gobernación estaba ubicado el correo, a un lado de la iglesia estaba el convento franciscano que también desapareció y dio paso al edificio que alberga al Banco de Crédito (BCI), ese convento era un edificio muy bello".

La fuente subraya que otras de las arterias que han cambiado notablemente por el paso de los años son O'Higgins y San Martín, esta última convertida en la actualidad en un barrio comercial.

"En los años '80 con la incipiente llegada del comercio, los castreños que vivían en la San Martín comenzaron a transformar sus inmuebles dando paso a los negocios, de las antiguas construcciones solo queda el testimonio de las escuelas 1 y 2 (Luis Uribe Díaz e Inés Muñoz de García), luego pasó lo mismo en O'Higgins", evoca.

Respecto a qué es lo más rescatable del trabajo que lleva a cabo desde hace ya 15 años, Mardones concluye sin titubear que "los mensajes que dejan quienes visitan mi página, en donde señalan que el Castro antiguo era más bonito, que era una ciudad más amable".

"Quienes ven las fotos dicen que el Castro antiguo era más bonito".

Luis Mardones,, dibujante."