El último miércoles se realizó el Consejo Regional en Dalcahue. Ese día fue muy especial, no solo por los proyectos que aprobamos para la región, sino por la renuncia de tres consejeros regionales. Qué injusta es la ley, para empezar. Los cores son las únicas autoridades que tienen que renunciar para presentarse a otro cargo popular; no ocurre lo mismo con los concejales, alcaldes, diputados o senadores, que pueden hacer campaña hasta el último día y si pierden en una campaña vuelven a sus cargos.

Tengo que ser sincero: siempre creí que renunciaría ese día para ser candidato a alcalde; mas, pudo el blindaje, la imposición y presiones en Santiago sobre la democracia que quiere la gente en los tiempos de hoy... Lamentable. Me quedo con el cariño y el apoyo que la gente me brinda en una reunión, en la calle, feria, estadio, redes sociales etcétera. Mi compromiso es seguir aportando como servidor público a la región.

Ese miércoles hubo muchos agradecimientos a los tres cores que renunciaron. Con Carlos Recondo tengo insalvables diferencias políticas, pero sin duda es una persona de experiencia que llegaba muy preparado al consejo; defendía lo indefendible muchas veces, con grandes argumentos para su provincia. Bernardo Espinoza, un gran consejero, enorme sabiduría y tranquilidad, que muchas veces puso la calma como presidente del CORE, pero más pudo su amor por Fresia y ahora quiere volver al CORE como alcalde pidiendo recursos para su comuna. Y el colega Carlos Peña: de más de 300 reuniones juntos, casi 12 años, no tengo dudas que será un gran alcalde de Puerto Octay, entregará su experiencia y habilidad; si es alcalde, se querrá llevar todos los recursos del CORE para esa comuna.

Ese miércoles vi tristeza, discursos y algunas lágrimas por los que partían, entusiasmo por si ganan. ¡Mucha suerte, colegas, en sus nuevos desafíos! Y a los tres que llegan a reemplazarlos: mucha suerte y a seguir trabajando para cumplir el sueño y las necesidades de los habitantes de esta hermosa región.