Cuando hicimos pública hace algunos años nuestra intención de llegar a la alcaldía de Castro, lo hicimos con la convicción de ganar, instalando no solo un nombre, también una propuesta y un nuevo estilo de hacer las cosas. Comenzamos en forma tímida, con la humildad que todos nos conocen, dejando siempre la soberbia de lado, escuchando a todos y respetando siempre al que piensa distinto. El tiempo fue pasando y ya nos encontramos a menos de tres meses de la elección y estamos felices hoy la ciudadanía nos ve como una candidatura ganadora; ya no existe el discurso de nuestros contrincantes que las carreras antes de comenzar estaban ganadas, los vecinos opinan libremente sobre sus opciones y en ese escenario es un comentario constante sobre lo competitivo que somos y ya se ha instalado en la opinión general de que podemos ganar. Han sido años de muchos sacrificios, de un trabajo responsable, en equipo y unidad, no soy de andar peleando por cosas sin sentidos, pero tengo la fuerza necesaria para levantar la voz en defensa de las personas más humildes y de clase media; hoy somos respetados y representamos el verdadero cambio para nuestra comuna, nos caracterizamos por ser serios y colaborativos en nuestro trabajo, somos capaces de reconocer lo que otros hacen por el bien de la comuna y críticos con aquellos que negligentemente hacen las cosas; la comunidad nos ve con liderazgo y sobre todo que representamos una forma de trabajar distinta, creemos en el servicio público de puertas abiertas, soy de aquellos que no discrimina y lo más importante los habitantes de nuestra bella comuna respaldan nuestro proyecto porque han visto que en tres períodos como concejal siempre he contribuido con la actual gestión proponiendo ideas innovadoras y apoyando en más de un 90% aquellas propuestas que han significado ir avanzando en mejorar la calidad de vida de nuestros vecinos. Por eso cuando hoy la opinión que nace del pueblo nos ve como ganadores, es señal de que cuando el río suena…