Secciones

Colusión: el triángulo del fraude corporativo

E-mail Compartir

Nuevamente la sociedad chilena se entera de un caso de colusión ¿Nos sorprende un nuevo fraude corporativo de cuello y corbata? Ahora fue el turno de los laboratorios con medicamentos inyectables.

Cuando las empresas de un mismo sector se coluden, aplican estrategias de fortalecimiento para mantener el control del abastecimiento del producto que distribuyen, recibiendo las ganancias por igual, con la finalidad de parcializar el mercado, convertirlo en un monopolio de acción, solo para quienes forman parte de la colusión establecida, cerrando las puertas a las demás compañías que intentan, a menor escala, ser parte del grupo de libre competencia. La Fiscalía Nacional Económica (FNE) informó este jueves que presentó ante el Tribunal de Defensa de la Libre Competencia (TDLC) un requerimiento contra dos laboratorios pertenecientes a un conglomerado alemán y su filial en Chile, que irónicamente, algún espacio de conversación y lineamiento común han de tener en la última línea de sus estados financieros: las manipuladas utilidades, de formar y mantener por más de una década, un cartel para afectar licitaciones convocadas por la Central Nacional de Abastecimiento (Cenabast) para adquirir ampollas. Otra vez se instala el triángulo del fraude corporativo, afectando esta vez, a través de licitaciones públicas, la contribución impositiva de todos los chilenos. Este delito obedece a tres factores. En primer lugar, la presión o incentivo interno o externo para cometer el fraude, es decir, desde la propia compañía. En segundo término, concurre la oportunidad percibida, donde existe un entorno favorable para cometer los actos pretendidos. Por último se da la racionalización, entendida como que el fin justifica los medios, actitud equivocada de quienes cometen o planean un fraude, tratando de convencerse a sí mismos, consciente o inconscientemente, de que existen razones válidas que justifican su comportamiento impropio. Un tirón de orejas al sector público; las evaluaciones y seguimiento de procesos, de control interno, deben ser permanentes, así como incorporar alertas tempranas en puntos críticos del proceso para evitar actos de corrupción. Hoy más que nunca se debe incorporar la auditoría forense como técnica preventiva del delito y no como detectora tardía en la lucha contra el fraude.

Columna

Guillermo Fuentes, Director Escuela, de Contabilidad y Auditoría, U. Central