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Ancud: repunta el consumo de productos del mar tras la crisis

Balances alentadores y un futuro aún promisorio hacen locatarios de la Feria y el Mercado Municipal sobre sus ventas de pescados y mariscos a solamente tres meses del negro mayo de bloqueos y amplios cierres de zonas por marea roja.
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César Cárdenas Ruiz

Han pasado tres meses desde las movilizaciones y bloqueos de los pescadores artesanales en la Isla Grande de Chiloé y la venta de mariscos y pescados parece volver paulatinamente a la normalidad. Al menos, en los principales expendios de Ancud, una de las comunas más afectadas por la crisis.

Y es que la marea roja y la contaminación del mar a causa del vertimiento de salmones en descomposición fueron un verdadero balde de agua fría para estos comerciantes. La baja en sus ventas fue evidente, cayendo incluso a cero en algunas jornadas debido al temor que existía en la población por consumir productos del mar.

El veneno paralizante de los mariscos paulatinamente disminuye en la zona, y los locatarios tanto de la Feria Municipal como del Mercado Municipal de Ancud, dos de los principales expendios de productos de mar la comuna del Pudeto, comienzan a sacar cuentas alegres de lo que podría ser el reflote de la actividad en el norte de la provincia.

El humor ha mejorado considerablemente entre estos emprendedores y las esperanzas de que los meses venideros sean mucho mejores son la consigna de estos trabajadores. Afirman que no ha sido tarea fácil convencer a su clientela de volver a consumir pescados y mariscos, pero la comunidad va agarrando nuevamente confianza.

feriantes

Así lo manifestó el emblemático vendedor del puesto El Chonguito de la Feria Municipal, Sofanor Díaz. "En realidad, de primera nos costó mucho porque todos estábamos tímidos, teníamos miedo, sobre este fenómeno de la marea roja que vino, costó mucho porque la gente tenía mucho miedo, incluso del pescado que no tenía marea roja, porque las informaciones fueron pésimas", manifestó.

En esta misma línea agregó que "la gente tomó miedo creyendo que todo estaba contaminado, bueno, y de a poquito fuimos poniendo mariscos acá, atreviéndonos, desde las áreas autorizadas con papeles y también consumiendo nosotros para que la gente pueda ver".

Sumó que "para el pescado hicimos una merluzada y la gente vino harto, respondió y la comenzaron a atreverse a comer pescadito. Y también con el marisco fuimos haciendo unos curantos, la gente pasaba, veía, probaba". Igualmente mencionó que "ahora ya está todo normal, son los mínimos los que aún no se atreven, pero la mayoría ya está consumiendo nuestros productos".

También tiene un positivo resumen Soledad Currumilla, del puesto Cordero, también de la Feria Municipal de Ancud, quien compartió que "ya se están mejorando las ventas, la gente ya está perdiendo el miedo, ya también están empezando a trabajar harto, así que han subido harto las ventas de los mariscos, este mes está en veda la merluza y el congrio".

Respecto al comportamiento de las personas que compran en este lugar, la locataria expuso que "ahora la gente confía, porque todos los productos que traemos nosotros lo hacemos con la muestra que se tiene que hacer y un análisis, así que todas las cosas que traemos acá están aptas para el consumo, así que no deben tener desconfianza los clientes".

MERCADo

Desde la Feria Municipal, caminando dos cuadras en dirección a calle Dieciocho, se encuentra el Mercado Municipal de Ancud, otro de los puntos en donde la venta de productos marinos ha presentado una importante mejora en la ciudad.

Así lo sostuvo Hernán Nail, del local Patita: "La gente ya se está acostumbrando a los mariscos, ya no tienen miedo de comer, así que invito a la gente a que venga a nuestros locales del Mercado Municipal a comprar sus mariscos, porque ya terminó la marea roja".

Acotó que "costó que la gente vuelva a confiar, pero ya están comiendo mariscos otra vez como antes, porque esto no fue marea roja, fue una contaminación lo que sucedió".

Misma opinión la de Silvia Pérez, del local número 7 de este edificio municipal, quien llamó a sus "caseros" a consumir sus productos con absoluta seguridad y tranquilidad. "Nuestras ventas están mejor, el comportamiento de la gente ha sido bueno, se acercan mucho, harto turista, fue difícil convencer nuevamente a la gente, pero ya está todo fiscalizado", esgrimió.

CLIENTELA

Y así lo ha ido asumiendo el público que comúnmente adquiría productos del mar, y que luego de lo ocurrido optó por sacar estos alimentos desde su canasta familiar y menú regular.

Es el caso de Juan Herrera, quien confesó que "obvio que había desconfianza, uno veía tantas cosas en la prensa, en la televisión sobre todo, que era lógico desconfiar. Pero ahora son los mismos locatarios quienes han incentivado nuevamente el consumo de mariscos y pescados, y ahora que está todo en orden es tiempo de volver a consumir estos productos".

De igual modo, Jovita Villegas argumentó que "el miedo existía, pero estamos contentos que la marea roja esté desapareciendo, y que los chilotes podamos volver a disfrutar de curantos, pescados y todo lo exquisito que no da nuestro mar".

Seremi de salud

En las últimas semanas, la Secretaría Regional Ministerial de Salud de Los Lagos ha autorizado la apertura de nuevas zonas para la extracción de todo tipo de recursos marinos, como los centros de cultivo ubicados en áreas de las provincias de Chiloé y Llanquihue, particularmente en bahía Linao, Ancud, y la ensenada Codihue, Calbuco, tras constatar la disminución en los valores toxicológicos de los recursos.

Esta medida se funda en las conclusiones obtenidas por el Programa de Sanitización de Mariscos Bivalvos (PSMB) de Sernapesca, además de los resultados tomados por la institución de salud, los cuales registraron ausencia de veneno paralizante de los mariscos, al menos en lo que respecta a no superar el límite de 80 microgramos de VPM por 100 gramos de carne del producto,

No obstante, la autoridad recalca que en diversos puntos del Archipiélago se mantienen zonas cerradas por la toxina, como ocurre con la costa del Pacífico y sectores del noreste de la Isla Grande y otras ínsulas menores.

"La gente tenía mucho miedo, incluso del pescado que no tenía marea roja, porque las informaciones fueron pésimas".

Sofanor Díaz,, vendedor del local El Chonguito."

"La gente ya se está acostumbrando a los mariscos, ya no tienen miedo de comer, así que invito a la gente a que venga a nuestros locales".

Hernán Nail,

emprendedor del puesto, Patita."