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Isleño queda preso por matar a su abuelo en reunión familiar

En el Juzgado de Garantía de Castro fue formalizado por parricidio el sujeto que ultimó a su pariente con una estocada al corazón. El imputado había salido de la cárcel hace 10 meses después de cumplir condena por otro homicidio.
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Pedro Bárcena González

El 9 de octubre del año pasado dejó la cárcel al verse involucrado en un cobarde homicidio junto a otro sujeto. Pasó cuatro años tras los barrotes por este asesinato del cual reconoció su autoría. Sin embargo, el castigo no fue suficiente para lograr su rehabilitación y menos su reinserción social. Ya está envuelto en un comportamiento criminógeno que parece sin salida. Así queda demostrado en otro hecho de sangre en que está involucrado. Mató a su abuelo en presencia de su familia.

Complejo es el escenario procesal que se le avecina a este imputado de iniciales S.E.C.C. (32), después de ultimar de una certera cuchillada en el corazón a su pariente, la noche del sábado recién pasado en el sector Téguel, comuna de Dalcahue. Otra vez fue puesto a disposición de la justicia. Otra vez fue remitido a prisión.

Luego de tres días de ampliación de su detención, durante la jornada de ayer en el Tribunal de Garantía de Castro, el isleño fue formalizado por el delito de parricidio, cuya pena se extiende entre el presidio mayor en su grado máximo hasta el perpetuo calificado (40 años efectivos antes de optar a beneficios).

Trámite

De acuerdo a lo señalado por el fiscal Javier Calisto, quien fue el encargado de encausar a este sujeto, restaba para este trámite legal una serie de pericias que ya fueron emanadas desde la Brigada de Homicidios de Puerto Montt y el Servicio Médico Legal, también de la capital regional, donde se realizó la autopsia de Manuel Chodil Cuyul (77).

"Faltaba el informe tanatológico que da cuenta de una herida penetrante cardíaca como causa de la muerte, también el informe policial sobre diligencias realizadas en el mismo momento", manifestó el persecutor, sumando que "además hay pesquisas pendientes sobre todo de laboratorio".

El abogado solicitó la prisión preventiva debido a la gravedad asignada al delito, su naturaleza violenta y por el abultado prontuario delictivo que posee el imputado. Es más, el propio representante del Ministerio Público confirmó que el chilote había salido de la cárcel hace menos de un año por otro homicidio (ver recuadro).

Agregó la fuente que "está clara la intervención de esta persona en los hechos, como también su necesidad de cautela. Asimismo, hay testigos presenciales de esta agresión". Otro factor que incidió en esta resolución fue el detalle forense que explica que la herida mortal en la zona cardíaca es compatible con el arma blanca incautada en el sitio del suceso.

Aunque no se precisó en esta audiencia, Calisto igualmente esbozó el concurso de una agravante: la reincidencia específica. Ello, por el asesinato ocurrido en el 2010 por el cual fue condenado este vecino dalcahuino.

"A pesar que no lo dijimos expresamente en este momento, pero al llegar a la acusación lo reiteraremos porque se trata de un delito de la misma especie, además está la situación del parentesco que califica este homicidio. Sí, sería reincidente", aclaró el profesional, reiterando que el móvil de este nuevo homicidio sería circunstancial.

Defensa

Más específico con respecto a este último punto fue el defensor Filippo Corvalán, quien manifestó que según la carpeta indagatoria y, especialmente, por el relato de los testigos el incidente central se produjo "en el momento en que estaban compartiendo y la agresión se habría registrado ante la negativa de una porción de comida", acotó.

Más allá que el escenario procesal fuese adverso, debido a la alta pena asignada al parricidio y porque el imputado no tiene irreprochable conducta anterior, el abogado se opuso a la cautelar más gravosa.

Corvalán argumentó que su representado en esta sesión judicial -el defensor titular sería Nelson Troncoso para las próximas etapas de la causa- colaboró en todo momento.

"El joven entregó su ropa, se hizo voluntariamente el examen de legrado subungueal para el registro de sus uñas", apuntó el jurista, agregando que otros elementos que sustentaban su teoría es que "la policía entró como diligencia a su domicilio para encontrar alguna evidencia para sustentar la tesis de la Fiscalía. Por ello, está absolutamente cooperador".

Eximente

Más allá de la claridad que pudo existir en el establecimiento de la figura penal para la formalización y las medidas precautorias para asegurar el éxito de la indagatorio que tiene un plazo inicial de cierre de 90 días, a partir de esta instancia se abren los alcances de lo que sería la postura de la defensa para un eventual juicio.

Junto con el intento de acreditar medidas atenuantes, como la colaboración sustancial, se buscaría establecer la existencia de una eximente de responsabilidad, por lo menos en grado incompleto.

"Sostenemos que el joven tiene problemas siquiátricos y que es un tema de fondo a discutir. Solicitaremos diligencias para verificar si está en condiciones de ser imputable", resaltó el profesional, puntualizando que dentro de las primeras pesquisas que pedirán se encuentra un examen siquiátrico, calificado como fundamental para esta fase indagatoria.

Eso sí, este argumento de inmediato fue rebatido por el Ministerio Público. El fiscal Calisto expresó que "no existen antecedentes que indiquen que es inimputable. De hecho, fue condenado por un homicidio y por otros delitos. Si hubiese tenido estos problemas se hubiesen dado a conocer en esas ocasiones. Además, la ingesta de alcohol, tampoco exime de responsabilidad".

"Está clara la intervención de esta persona en los hechos, como también su necesidad de cautela".

Javier Calisto,, fiscal de la causa."

Mortal ataque el 2010

La madrugada del 2 de agosto del 2010, camino a Téguel en la comuna de Dalcahue y próximo a su domicilio, el hoy imputado por parricidio se vio envuelto en su primer asesinato. En compañía del sujeto de iniciales J.C.C.Z. (35) procedieron a atacar salvajemente a José Rolando Bahamonde Barrientos (56), quien se encontraba tendido en el suelo en estado de ebriedad. Tal como se estableció en un procedimiento abreviado, ambos antisociales le propinaron golpes de pies y puños a la víctima en diferentes partes del cuerpo, especialmente en la cabeza. El afectado quedó agonizante en el vía pública falleciendo instantes después del ataque producto de un traumatismo encéfalo craneano, con aspiración sanguínea. Los delincuentes fueron condenados a cuatro años de presidio efectivos y solamente el 9 de octubre del año pasado el dalcahuino de iniciales S.E.C.C. (32) cumplió su sentencia abandonando la cárcel. Pasaron poco más de 10 meses y el isleño reincidió, matando a su abuelo de una estocada al corazón.

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