Pedro Bárcena González

Centrada en una discusión doctrinaria, como también en el análisis del relato de la víctima como en la contundencia de la prueba presentada, se determinará la responsabilidad de dos jóvenes acusados de ultrajar a una menor, en medio de una fiesta registrada en el sector Caipulli, comuna de Ancud.

La víctima de apenas 12 años al momento de los hechos resultó embarazada, lo que posibilitó el despliegue indagatorio hasta arribar al juicio que comenzó ayer en el Tribunal Oral en lo Penal de Castro.

Es más, el examen de ADN constituye el elemento probatorio fundamental para sindicar autoría al pescador de iniciales J.A.V.V. (24) en el delito de violación impropia; mientras que los datos testimoniales involucran al otro sujeto, identificado como M.A.G.M. (28), en el mismo ilícito y contra la misma niña. Ambos arriesgan 10 y 9 años de cárcel, respectivamente.

Tal como expresó el fiscal Jorge Raddatz, los imputados aprovecharon la vulneración de la afectada para concretar la agresión sexual, fundamentando que "ella ha pasado la mayor parte de su vida en un hogar del Sename, después de sufrir la desprotección de su madre como los abusos de su padre".

Justamente, el caso se gatilló después que la víctima en compañía de otras tres amigas se escapó del Hogar de Niñas Laurita Vicuña en febrero del 2013. Todas se trasladaron a la localidad rural ancuditana, donde compartieron bebidas alcohólicas con los acusados.

El persecutor aclaró que, en un primer instante, el mayor de los implicados accedió carnalmente a la ofendida, luego fue el otro joven quien realizó el mismo acto, quedando embrazada y teniendo una hija en noviembre del 2013.

"Sufrió bastante por estos hechos, las consecuencias sicológicas fueron importantes", resaltó el abogado, manifestando que ambos imputados sabían que la isleña era menor de edad. "No hay dudas de esto, con fotos se puede demostrar, además ambos estuvieron casi dos días con ella", aseveró.

En este punto enfocó sus alegatos la defensora Vanessa Pérez, quien representa a J.A.V.V. (24). Reconoció que su cliente tuvo relaciones con la víctima y que es el padre de la guagua, pero igual invocó la absolución por error de prohibición, es decir, que el hombre de mar no tenía conciencia que estaba cometiendo un delito al relacionarse con la afectada.

"No sabía de la antijuridicidad de lo que estaba realizando. El error es invencible sobre los hechos constitutivos de delito", resaltó la abogada, explicando como circunstancias particulares que la menor ya estaba sexualizada, que huyó del hogar con sus compañeras, que compró alcohol y se dirigió voluntariamente hasta Caipulli para sumarse a esta fiesta. "Nadie las obligó a beber, todo fue voluntario y quería tener relaciones con mi representado", agregó.

Además, realizó una crítica doctrinaria con respecto al límite sexual en los menores. "El fiscal debe acreditar que el imputado conocía la edad de la víctima. A su vez, la edad no puede llevar como único elemento a la condena", apuntó.

Prueba

En tanto, Luis Mora, quien defiende al mayor de los acusados, recalcó que este no proporcionó alcohol y no conocía a nadie en la fiesta, a diferencia del otro sujeto cuya prima era una de las cuatro menores fugadas del "Laurita Vicuña".

La fuente también solicitó la absolución desvirtuando la prueba. "Solo hay testigos de oída que involucran a mi cliente, no lo acusan directamente y nadie da cuenta que tuvo sexo con la víctima", expresa el jurista, señalando que tras el informe de ADN se redirige la indagatoria hacia el otro imputado, "cambiando los relatos de los testigos", que serían contradictorios.

Bajo este contexto avanza el juicio, que ayer tuvo la exposición de toda la prueba y hoy espera por los alegatos de clausura y el veredicto de los sentenciadores.

16 años tiene actualmente la víctima, quien declaró en la sala especial que tiene el tribunal oral.

10 años de cárcel se invocaron contra el padre de la guagua que nació en noviembre del 2013.