Chilotes se comprometen a ser agentes sociales contra el suicidio
Iniciativa busca forjar facilitadores comunitarios para detectar esta problemática, especialmente dentro de los más jóvenes, y tener las herramientas para ayudarlo.
Existen casos evidentes que generan consternación en la comunidad. Sin embargo, los suicidios envuelven un contexto mayor a las víctimas fatales. Los factores que inciden en estas conductas, los intentos fallidos, los alcances en sus cercanos y, especialmente, la detección y prevención no pueden pasar desapercibidos.
Esta problemática se instalado fuertemente a nivel nacional. En el informe del 2013 de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) se informa una tasa de 13,3 casos mortales por 100 mil habitantes. Es más, nuestro país se ha transformado en una de las dos naciones, junto a Corea del Sur, en que la tasa de suicidio de adolescentes y niños aumenta cada año, en vez de disminuir.
Estos ápices reflejan lo complejo del fenómeno, que se extiende en vez de aplacarse. Y sus aristas se sienten fuertemente en la provincia, no solo en las personas que fallecen tras atentar contra su vida, sino que de forma especial, al analizar quienes toman estas drásticas decisiones en general.
Según datos del Servicio de Salud Chiloé, la comuna de Castro es la que concentra la mayor cantidad de casos de intentos de suicidio. Desde noviembre hasta comienzos de este mes se han registrado 84 intentos en mujeres y otros 33 en hombres.
Bajo este contexto, se torna en primordial abordar estrategias para detectar a estas personas, cobijarlas y atenderlas. Una dinámica que está en pañales en el Archipiélago, pero que se está reforzando paso a paso.
Dentro de estas políticas de acción destaca la idea de formar facilitadores comunitarios que trabajen con la gente y puedan enfrentar este tema.
Así lo destaca el experto Tomás Baader, director de la Alianza Chilena contra la Depresión, quien recientemente encabezó un seminario en la capital chilota donde se analizaron las estrategias y manejo de las tentativas de suicidio en la región.
Como recalca el siquiatra, la iniciativa buscó "sensibilizar" sobre este tema a líderes sociales y profesionales del área de la salud y la educación, con la idea de "identificar la conducta suicida, como prevenir, llegar a tiempo. Todo dentro de una dinámica que puede afectar a cualquier persona. Se busca cómo ayudarlos", enfatiza.
La actividad pretendió capacitar a estos agentes sociales para que luego puedan contactarse con las organizaciones y formar a estos facilitadores, que fueron definidos por el especialista como "personas de la comunidad que puedan promover en su grupo de responsabilidad, como profesores en un liceo, estos conocimientos y establecer un protocolo para acceder a un suicida y cómo enfrentarlo".
Factores
Múltiples son los factores ligados a este fenómeno, pero uno siempre está presente en estos sujetos. Como describe el también director del Instituto de Neurociencias Clínicas de la Universidad Austral de Chile, la salud mental es determinante. Estos individuos están sufriendo una patología.
"Nos enfocamos en la depresión, trastornos del ánimo, trastornos bipolares. La conducta suicida no da mayores informaciones, a través de la conducta muestra su riesgo, como un adolescente que se aísla, deja las redes sociales", acota el experto.
Justamente, en este tipo de población se están centrando las estrategia de contención, más al considerar que según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) Chile es el único país junto a Corea del Sur en que los suicidios de niños y adolescentes aumentan cada año en vez de disminuir.
Baader confirma este complejo escenario y asegura que son difíciles de pesquisar estos casos. "Por esencia presentan cambios conductuales típicos de la adolescencia, pero si se mantienen en el tiempo, bajan las notas, se aíslan en la casa, dejan de comer, no se integran en la familia... son factores y la familia debe detectar esto", aclara.
Al mismo tiempo, el profesional también identifica factores locales típicos de Chiloé que inciden en estas acciones. Las características geográficas especiales por el aislamiento están en la mira.
"En las zonas rurales hay mayores tasas de suicidios. Mientras más difíciles las redes, menos accesos a las mismas, como acogida de salud, existe mayor riesgo. Este factor social puede influir", explica la fuente.
Por ello, cobra mayor importancia la formación de estos facilitadores que pueden adentrarse a las zonas más atomizadas. Quizás no se puede esperar que equipos de profesionales lleguen a las islas chilotas de manera periódica, pero dentro de la misma comunidad pueden formarse agentes sociales que puedan detectar a vecinos que estén pasando por estos problemas.
A esta línea apunta la capacitación que se realizó en Castro y que se replicará a otros grupos en las próximas semanas por parte de quienes intervinieron en este encuentro. Se pretende formar a personas insertas en los grupos sociales para extender el conocimiento y estar alertas.
Este perfil, como detalla el siquiatra, está centrado en personas "reconocidas por sus pares, como centros de alumnos, el profe que da confianza. A ellos se pretende capacitar, a personas que generen las confianzas. Se les instruye para que tengan las herramientas para ver cómo acoger a un adolescente en riesgo, cómo entrevistar, cómo derivarlo; es decir, prevenir dentro de su área de influencia".
Para conseguir estos objetivos, la Alianza Chilena contra la Depresión confeccionó un manual que entrega las herramientas a los facilitadores. Se trata del texto "Vive, yo te ayudo", que entrega la información que será replicada como una pirámide social para que la misma comunidad se haga cargo del problema y no esperar que la institucionalidad llegue a sus casas.
Liceo
Una de las partícipes en el seminario que abre las puertas a esta estrategia fue Jacqueline Hurtado, sicóloga del proyecto de integración del Liceo Galvarino Riveros Cárdenas, de la capital chilota, quien especifica que los antecedentes recibidos de los expertos serán vertidos a los profesores del establecimiento educacional para que tengan las herramientas para enfrentar esta problemática.
"El tema fundamental es que los profesores tengan las capacidades para detectar el tema de los suicidios y prevenir fundamentalmente en los alumnos", expresa la profesional.
Dentro de la primera semana de septiembre se tiene pensado efectuar este encuentro con los educadores y, después de esta actividad, se analizarán nuevas alternativas para perfeccionar el trabajo con respecto a este fenómeno.
Asimismo, la sicóloga destaca que los educadores "ya trabajan con un manual para prevenir los suicidios, donde se explican las señales de alerta, cómo evaluar el riesgo, la derivación a salud primaria". Una serie de instancias que sirve para estar preparados a todo nivel, en especial para cobijar a los más jóvenes que están entrando en este espiral que los puede llevar a atentar contra su vida.
"En las zonas rurales hay mayores tasas de suicidios. Mientras más difíciles las redes, menos accesos a las mismas, como acogida de salud; existe mayor riesgo".
Tomás Baader, psiquiatra."
"El tema fundamental es que los profesores tengan las capacidades para detectar el tema de los suicidios y prevenir fundamental-mente en los alumnos".
Jacqueline Hurtado, psicóloga."