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Isleño arriesga severa pena por ultraje a su sobrino el día que cumplió 10 años

Ayer comenzó el juicio contra el carpintero por los hechos ocurridos en Quellón.
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Pedro Bárcena González

Con los dramáticos recuerdos de lo que fue el cumpleaños que marcó para siempre su vida, comenzó la exposición probatoria del juicio contra un carpintero, acusado de ultrajar de manera sistemática a su sobrino-nieto en Quellón. En la sala especial del Tribunal Oral en lo Penal de Castro, el menor entregó detalles de los supuestos ataques sexuales, coincidiendo el primero con el día en que cumplía apenas 10 años.

La audiencia por este caso comenzó ayer y de inmediato reflejó la fragmentación familiar que provocaron estos aberrantes hechos. El núcleo apoyó al acusado de iniciales H.M.C.O. (54) y solo algunos creyeron los dichos de la víctima. Incluso, el menor debió abandonar el sector Santa Rosa, el mismo donde se sitúan estas agresiones.

Diferencias

Así lo indicó el propio fiscal de la causa, Rodrigo Valladares, expresando en sus alegatos que "los parientes interrogaron al niño desde el momento posterior a su denuncia y le dicen que no es verdad lo sucedido. Hasta lo instigan a que diga que esto no ocurrió, por lo que la victimización sufrida es importante. La presión llegó a ser insostenible por lo que dejó de vivir en esa zona rural".

Estos elementos se han observado desde el instante en que comenzó la indagatoria, a fines del 2014, después que el escolar develara a una tía dos episodios que se convirtieron en una pesadilla. El primero se fechó el 25 de julio de ese año, día del cumpleaños del infante, y el segundo habría ocurrido el 3 de agosto del 2014, siempre en la vivienda del imputado, ubicada en las cercanías del domicilio del ofendido.

El persecutor acusó por violación impropia en carácter de reiterada, solicitando 10 años y un día de cárcel contra el isleño por su responsabilidad en estos dos ataques. Además, invocó otros 5 años de presidio por abuso sexual, supuestamente registrado ese 3 de agosto.

"El niño describe las agresiones de su tío, que vivía solo a escasos metros de su casa. Tenía sentimientos de culpa, por lo que tardó en denunciar, ya que le guardaba cariño al agresor. Además, este lo amenazó con castigos físicos para no develar la situación", esbozó el fiscal.

Junto al testimonio de este pequeño, Valladares espera crear convicción en la sala presidida por el magistrado Claudio Ayala, con los antecedentes que aporte una decena de testigos y tres peritos. Además, se anticipó al despliegue de la prueba de la defensa, señalando que "los familiares del acusado entregarán declaraciones aprendidas", las cuales serían contradictorias.

Defensa

Una postura muy diferente tiene el abogado Nelson Troncoso, en su papel de representante del carpintero que se encuentra en prisión preventiva. Enfatizó que la evidencia acusatoria "será insuficiente, solo existe el testimonio de la víctima, su tía y un par de pericias. La prueba no tendrá la fuerza suficiente para desvirtuar la presunción de inocencia de mi cliente".

El profesional solicitó la absolución del chilote, insistiendo en que los informes científicos no son "concluyentes" ni "certeros", por lo cual no se podría acreditar la participación del imputado.

El juicio continúa esta jornada con el resto de la fase probatoria, en espera de llegar a los alegatos de clausura y veredicto de los sentenciadores.

Enfermedad

Junto con desvirtuar la declaración de la víctima, aduciendo que "como vía de escape" al sufrir bullying en la escuela acusó a su tío, como también el relato de la mujer que formalizó la denuncia, ya que esta asociaría una agresión sexual anterior en su contra de parte del imputado, el defensor Nelson Troncoso incluyó en su teoría una enfermedad sufrida por el niño. Explicó que las lesiones sexológicas sufridas por el menor se deben a una encopresis (defecación involuntaria sin causa patológica), padecimiento "diagnosticado tiempo atrás en este menor", indicó.