
Aprenda a usar una impresora 3D antes de que le enseñen sus hijos
La rápida masificación de esta tecnología, que en Chile ya se puede encontrar por $400 mil, abre la posibilidad de que sus diseños se vuelvan realidad.
Pamela Serey A.
¿Alguna vez dibujó, o simplemente imaginó, algún objeto y lamentó no tener las herramientas para fabricarlo? Dar respuesta a esa inquietud está en la génesis de las impresoras 3D que, desde sus primeros modelos lanzados en 2005, han avanzado hasta llegar a los hogares chilenos.
Es un tecnología que trabaja con diseños en tres dimensiones, creados en un programa, los que luego son fabricados por estas particulares máquinas, a un bajo costo.
La clave de las impresoras 3D es que funcionan con calor: utilizan carretes con una especie de hilo plástico, el que se derrite y, a través de una aguja, van diseñando la imagen escogida: por ejemplo, una rueda de un camión de juguete, una carcaza de celular y hasta comida.
Sí, comida.
Si se cambia el plástico por otra materia prima, como el chocolate, se podría crear una barra con un diseño personalizado.
"Lo increíble de este tipo de impresoras es que tienen una calidad igual a la del diseño creado", asegura Camilo Valladares, encargado de marketing de XYZ, empresa que vende estas máquinas.
Cuenta que las impresoras de alimentos todavía no llegan a Chile, pero sí están en países como Japón o Estados Unidos.
Es más, la NASA está analizando enviar a los astronautas al espacio con una máquina que imprima pizzas.
Valores en Chile
Valladares dice que los valores de estas máquinas en Chile van desde los $399.900 al $1.400.000. Más aún, hay multitiendas que ya las tienen a la venta y permiten hacer una prueba antes de comprarlas.
Eso sí, en Chile todavía no es posible imprimir un auto, como lo hicieron en Chicago, Estados Unidos, pero, "esta tecnología está llegando a pasos agigantados", recalca Valladares.
Imprimir prótesis
El ingeniero en diseño Roberto Arancibia es el cocreador, junto con otros profesionales de la Universidad Federico Santa María, de una prótesis de brazo y mano mecánica, fabricada con tecnología 3D.
El fundador de Kamay3D cuenta que en estos días están fabricando una prótesis para un niño argentino, a quien, por problemas de salud, le amputaron una mano.
El especialista detalla que esta tecnología también se puede utilizar para crear prótesis de piernas y hasta piezas dentales y que, "ahora están probando en la creación de órganos (...). Eso sí que sería una revolución y una forma positiva de utilizar la tecnología", recalca.
Claro, que las impresoras más accesibles no poseen ese tipo de tecnología. Pero sí permiten creaciones de piezas plásticas en la comodidad del hogar, para lo cual se necesita, antes que todo, imaginación.
Aprenda cómo utilizarlas
Lo primero que se necesita es tener la impresora. En las multitiendas permiten probarlas antes de comprarlas, para ver en vivo cómo funcionan. Además, se necesita un software instalado en el computador, que permita realizar diseños en tres dimensiones. También existe la posibilidad de descargar una aplicación en el celular para realizar el diseño.
Una vez realizado el diseño, éste se puede traspasar en un pendrive a la impresora. La máquina tomará el dibujo y comenzará a realizar su trabajo. Tomará la materia prima, una especie de hilo de plástico y lo someterá a altas temperaturas. Después de que se derrita, comenzará la creación, cuya duración dependerá del tamaño del diseño.
Una vez derretido el plástico, éste comenzará a caer en la plataforma y, en ese momento, se materializará la obra. El tiempo de espera para tener la creación lista dependerá del tamaño del producto que se diseñó. Uno pequeño, de un diámetro similar al de una tapa de botella boca ancha, puede demorar al rededor de una hora. Otros pueden tardar varios días en estar terminados.
En el caso que se desee realizar una impresión con letras, se recomienda usar letras una altura mínima de 5 milímetros, aproximadamente 20 de tamaño de fuente, y no utilizar escalas para reducirla. Si el tamaño es menor, los resultados no serán positivos. Si necesitas una fuente inferior, puedes emplear texto en negrita, aumentando la consistencia de las letras.