Secciones

Acreditan que "depredador sexual" violó a dos primitas en sector La Chacra

Tribunal condenó al joven por estos delitos ocurridos en esta localidad de Castro.
E-mail Compartir

Pedro Bárcena González

Urdió una macabra mentira para ocultar su responsabilidad en el ataque sexual contra una pequeña de apenas 8 años. Incluso, buscó impedir la atención oportuna de la niñita que se desangraba producto del ultraje. Sin embargo, su actuar fue descubierto acreditándose su autoría en esta agresión, como también en la violación contra la prima de esta primera víctima. Una serie de aberrantes ilícitos registrada en el sector castreño de La Chacra y por los cuales el depravado arriesga 15 años de cárcel.

La sala del Tribunal Oral en lo Penal de la capital chilota, presidida por la magistrado Loreto Yáñez, en audiencia realizada la tarde de ayer condenó al sujeto de iniciales O.A.C.B. (37) por dos delitos de violación impropia, uno en carácter de continuado, entre octubre del 2014 y junio del 2015, contra una escolar de 12 años, y otro acaecido el 10 de junio del año pasado contra una menor de 8 años.

Resolución

Tal como expuso la jueza, producto de este último ataque, la afectada resultó "con un desgarro vaginal y un profuso sangrado" que la obligaron a ser internada en el Hospital Augusto Riffart por estas lesiones graves.

El testimonio de las dos víctimas fue clave para sustentar los cargos de los acusadores, como también el aporte entregado por sus familiares, efectivos policiales que abordaron el procedimiento y los peritos. Con esta evidencia se desvirtuó la presunción de inocencia del obrero por estas agresiones, aunque fue absuelto por un delito de abuso sexual.

El fiscal Enrique Canales solicitó la pena única de 15 años de presidio en base a la hipótesis de reiteración al existir dos víctimas y solamente un agresor. "Consideramos que se trata de una pena proporcional, en especial, al valorar la extensión del mal causado a las menores, quienes necesitarán soporte sicológico por el resto de sus vidas", aclaró.

Asimismo, el persecutor detalló sobre la dinámica de estos hechos que se dieron dentro de un contexto familiar, marcado por la vulnerabilidad de todo el entorno.

Enfatizó el abogado que primero el imputado agredió a la mayor de las víctimas cuando recién se empinaba por los 12 años, aprovechándose de una discapacidad mental leve que padece. "Esto ayudó al proceso de seducción, la agresión y luego al pacto de silencio", aseveró, sumando que todos estos matices revelarían la personalidad del hoy condenado.

"En esta dinámica se encuentran los elementos de alguien con el carácter de depredador sexual infantil", explicó el fiscal, agregando que tras los ultrajes a esta niña se produjo el ataque a la más pequeña, cuyas heridas posibilitaron dejar al descubierto este drama, el que pudo mantenerse oculto.

"La develación surgió por la agresión. De no ocurrir esto existía la probabilidad que no hubiese sido revelado todo esto por el control que tenía este hombre en el grupo familiar", afirmó Canales.

Cepillo

A su vez, durante el juicio se desacreditó la teoría expuesta por la defensa sobre las presuntas lesiones sufridas por la menor de 8 años, al introducirse un cepillo en su área genital. Ese fue el relato que entregó el acusado a la policía. Una postura que por medio de la prueba pericial y testimonial se desechó.

Los médicos que trataron a la pequeña determinaron que los hallazgos eran incompatibles a una situación voluntaria o accidental con respecto al uso de este peine, sino que se trataba de una agresión sexual.

La historia creada por el sujeto también fue descartada gracias a la declaración de la propia afectada. "La menor dijo que el imputado tomó un poco de sangre para manchar el mango de este instrumento", acotó el persecutor.

Todos estos elementos fueron considerados por los magistrados en su resolución y ahora solo resta conocer la sentencia, programada para este lunes 17 y para la cual el defensor Juan Manuel Castro solicita el concurso de la atenuante de colaboración sustancial para llegar una pena de 10 años y un día de presidio.

"Aunque no declaró en el juicio, mi representado sí lo hizo ante la Fiscalía y la Policía de Investigaciones", expresó el abogado, sumando que el joven se sometió voluntariamente a peritajes biológicos. Una serie de argumentos que fueron rebatidos por los acusadores que esperan una condena ejemplificadora.

Querellante

El Programa Reparación y Justicia actuó como querellante en esta causa. Desde el año pasado la abogada Vanessa Aránguiz acompañó a los padres de las víctimas que esperan una sanción severa contra el autor de los ataques sexuales. La abogada indicó que en este caso "prima la vulnerabilidad de las víctimas. Nos encontramos en un contexto de violencia intrafamiliar, con vínculos de confianza, rol protector del acusado, quien se aprovecha de estas características para introducirse en la familia y cometer las agresiones sexuales". La profesional también invocó una pena de 15 años de cárcel efectiva contra el hoy condenado.