Pedro Bárcena González
Corroborando las sospechas con la información aportada por los mismos reclusos, personal de Gendarmería detectó un forado en un muro de uno de los dormitorios de la cárcel de Castro, el cual estaba oculto con planchas de madera. En el procedimiento también se incautó un martillo y una broca, utilizados para romper la pared que colinda con una de las últimas barreras hacia el exterior del recinto.
En las últimas noches, los funcionarios del Centro de Detención Preventiva (CDP) de la capital chilota habían detectado el sonido de golpes en el área en que pernoctan los imputados primerizos. Sin embargo, en sus inspecciones no habían logrado observar algo anormal en estas dependencias.
Los martillazos se repetían y con ello aumentaban las dudas entre los uniformados, ante lo cual iniciaron un trabajo de recopilación de antecedentes con los mismos reos.
Así lo especificó el capitán Carlos Olavarría, alcaide de esta unidad penal, explicando que en esta sala conviven 22 imputados, dentro de los cuales se obtuvieron datos clave. "Por información que manejaba personal de trato directo, se realizó el registro y allanamiento, y se dio con un orificio en la pared que colinda directamente con la línea de fuego, más cercana a la vía pública", aclaró.
Procedimiento
Con el peso de estas pruebas se activaron los protocolos de seguridad. No solo se notificó el hecho al mando regional de la institución y al Ministerio Público -por daños en propiedad fiscal-, también se buscó a los presuntos responsables de esta acción, siendo sindicados dos jóvenes que están privados de libertad por un robo con violencia y un homicidio frustrado.
"Las versiones de los propios internos que pernoctan en el lugar, sindican a estos dos como los ejecutores de este orificio en la noche, lo cual fue confirmado por personal nocturno", añadió el oficial, enfatizando que "se fotografió el sector, se encontró una broca con un martillo. Se presume que esas herramientas las utilizaban para generar esta perforación y protagonizar quizás una futura evasión del recinto".
Al tratarse de dos imputados los presuntos implicados, se remitieron los antecedentes al Juzgado de Garantía de Castro, determinándose este miércoles el traslado de los reclusos hasta el CDP de Ancud.
Asimismo, el alcaide dispuso un sumario administrativo cuyas sanciones ya fueron visadas. Inicialmente, se pensaba en la derivación de los jóvenes al Complejo Penitenciario Alto Bonito, donde serían aislados del resto de la población penal como medida. No obstante, al decretarse su cambio al norte de la Isla, como indicó Olavarría, "se resolvió la prohibición de visitas por un tiempo".
En tanto, desde la Dirección Regional de Gendarmería se descartó que el forado tuviese como objetivo una eventual fuga de los reos. Es más, se informó que esta perforación de unos 20 centímetros de diámetro buscaba ocultar licor artesanal. Incluso, en el operativo se decomisó una botella de este brebaje.
Atención
Más allá que el forado no tenía las dimensiones para posibilitar una fuga, el dispositivo de Gendarmería reflejó la sensibilidad que existe en el tema de seguridad, en especial después de lo vivido el 2011 con la evasión de un recluso y lo ocurrido en agosto del 2014, cuando se detectó la fractura de barrotes y perforaciones en el entretecho de dos dormitorios.