Luis Contreras Villarroel

Hace tres años el mundo productivo chilote dio un salto significativo al conquistar un mercado de excelencia gracias al mérito otorgado en materia de fomento y rescate de la identidad cultural en sus más variados ámbitos y lograr el Sello Sipam (Sistema Ingenioso del Patrimonio Agrícola Mundial).

La marca en cuestión fue inscrita por la Gobernación de Chiloé en el Instituto Nacional de Propiedad Industrial (Inapi), siendo un sello territorial que permite diferenciar productos y servicios del Archipiélago que provienen de sistemas campesinos con identidad cultural y que se basan en un agro sustentable.

En este proceso aparece como organismo autorizado para resaltar esta condición la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), que en conjunto con otras instituciones internacionales busca reconocer y promover la conservación de sitios poseedores de características agrícolas y culturales que son únicas a nivel mundial.

Un total de 23 iniciativas de diferentes áreas del quehacer productivo chilote dieron el inicio a este largo camino que ya supera las 50 certificaciones entre emprendedores del territorio chilote.

Luna Puntra es el nombre de unas de las experiencias certificadas con el Sello Sipam Chiloé y que desde hace siete años ha llevado adelante Adino Melatto, italiano residente en Ancud. El ajo chilote elaborado es su mercancía estrella que se pasea por diferentes exposiciones y mercados.

"Nuestro producto es el ajo chilote deshidratado, yo lo cree, es simplemente ajo deshidratado, laminado, el ajo lo producimos en nuestra huerta, es un proceso muy lento, dos días más o menos, es un producto bueno que nos da mucha satisfacción", cuenta el emprendedor originario de Venecia.

En cuanto a la respuesta lograda, Melatto cuenta que su producto es apetecido por restoranes chilotes y clientes. "Se usa en la cocina principalmente como aperitivo, en cóctel o para poner en la ensalada, en salsas de tomate, en pizzas", sostiene.

Lana y gastronomía

Un rubro totalmente opuesto pero que se ha ganado un hito cultural único lo representa la artesanía en lana chilota. Una herencia familiar, como lo explica Clarisa Muñoz, que hasta el día de hoy trabaja con tejidos en lana de oveja y tinturas que más tarde comercializa en el mercado local.

Evoca que "en la época de mi mamá se vivía de la artesanía, así que allí lo empecé, y luego ha ido variando con otras técnicas y he terminado con estos trabajos. Todo es en base a lana de oveja, teñido natural con vegetales, hierbas, el fruto utilizo mucho porque produce colores intensos".

La artesana comparte que el esfuerzo de su producción lo concentra en la noche, ya que durante el día se dedica a otras labores campesinas ligadas al cultivo en la huerta y el cuidado de sus animales.

Un infaltable en la retina de los visitantes nacionales e internacionales y que se ha ganado este espacio y la certificación Sipam es la indiscutible gastronomía chilota que ha irrumpido fuertemente con aspectos innovadores pero sin perder su origen y peculiaridades que le ha dado fama mundial.

El ejemplo más claro desde la urbe misma lo ilustra la cocina del restorán Mar y Canela, emplazado en un palafito del barrio Gamboa en Castro.

Su propietaria, Alejandra Riveros, subraya que su propuesta gastronómica va cambiando de manera semanal y de acuerdo a las estaciones que marcan el año en Chiloé.

La emprendedora detalla que "trabajamos acorde a eso, respetamos mucho los ciclos, si hay temporada de lechón, ponemos un lechón, tenemos la temporada de acelgas y así también con las papas".

Esta categoría lograda en su momento es valorada por la comerciante al enfatizar que "hay una relación directa con el campo, de un trabajo que hemos hecho hace bastante tiempo, pero ahora tiene una formalidad y lo otro que se genere un nivel mayor de conciencia de las cosas que uno consume".

Marca

El 8 de octubre de 2013 la Gobernación de Chiloé inscribió oficialmente a este territorio ante el Instituto Nacional de Propiedad Industrial, iniciando así un recorrido de integración y certificación de productores chilotes.

Carolina Ruiz, profesional y encargada del Sello Sipam Chiloé, consigna que en estos momentos más de medio centenar de emprendedores han accedido a la certificación, restando otros nueve por optar a esta distinción.

La funcionaria de la representación del Ejecutivo en la provincia pone especial énfasis respecto a los requisitos con los cuales los agricultores deben cumplir para conquistar este sello.

"Deben realizar una agricultura agroecológica, el agricultor tiene que contar con su agroecosistema, que en un predio pueda tener bosques, que tenga sus animales, huertas, invernaderos y las prácticas agroecológicas, o sea, que no utilice fertilizantes, sino que todo tiene que ser natural", resaltó Ruiz.

Añadió la funcionaria que bajo este parámetro de evaluación "la finalidad es entregarle un valor agregado a los productos, este sello le da un precio mayor y además de eso puede sacar otros productos derivados".

El escenario actual que ostenta Chiloé en el plano internacional le ha valido no solo el reconocimiento a los valores arquitectónicos a través de sus iglesias patrimoniales o de la naturaleza con su rica flora y fauna, sino que también en el plano de la producción alimentaria gracias a sus increíbles condiciones agrícolas.

Pedro Bahamondez, gobernador de Chiloé, acota que junto al valor agregado se ha destacado desde el 2013 "la mantención y cuidado de nuestros productos y servicios relacionados al territorio".

"El hecho de ostentar el Sello Sipam viene a dar valor tanto a productos y servicios, tenemos productores agrícolas, artesanos, prestadores y servicios, circuitos turísticos y restoranes", mencionó la autoridad.

El sello de identidad cultural reflejado a través de estas experiencias ha concitado el interés entre nuevos productores del agro y rubros afines, quienes apuestan tanto por un crecimiento sustentable como la proyección y la consolidación del territorio chilote que se encuentra en la mira de todo el mundo.

"En la época de mi mamá se vivía de la artesanía, así que allí empece".

Clarisa Muñoz,, artesana de Puntra, Ancud."

"El hecho de ostentar el Sello SIPAM viene a dar valor tanto a productos como servicios".

Pedro Bahamondez,

gobernador de Chiloé."