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Bailarines quelloninos ya son embajadores culturales de la Isla

A sus once años de vida el grupo Aye Kantun Pellú se proyecta como una institución reconocida en su comuna y que cultiva danzas de Chiloé, Chile y Latinoamérica gracias al talento y esfuerzo de sus integrantes.
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Ricardo Mundaca Izquierdo

Quellón hace tiempo viene dando muestras de que la creación, el talento y el arte también son parte de su paisaje. Expresiones artísticas de distinta índole dan vida y nutren el acontecer cultural de esta comuna isleña.

Una de ellas es el grupo de danza Aye Kantun Pellú ("Danza del Alma"), que al alero del municipio desarrolla una interesante actividad cultural. Su director y coreógrafo, Elliott Elemir Uribe Santana, de 38 años, es purranquino de nacimiento, pero está avecindado en el sur de la Isla desde los ocho años.

Actualmente cursa su tercer año en la carrera de Intérprete en Danza con Mención en Coreografía en la Universidad de Las Américas, en Santiago.

"Tengo recuerdos desde muy chico de haber ido a campeonatos de baile, en bingos, actividades vecinales y yo bailaba los ritmos de moda. Generalmente ganaba esos concursos", señala el encargado de la agrupación

"Parto mi educación artística en un taller de folclor que se impartió a través del municipio, con la profesora Pamela Pérez. Ella vino a Quellón e hizo este taller de danzas folclóricas y me inscribí", menciona Elliott, sumando que es ella quien le comenta la existencia del Bafochi.

Tiempo después, a fines de los '90, vino a Quellón el Ballet Folclórico Chileno. Posterior a eso, Uribe viaja a Puerto Montt, donde funcionaba una sede del anterior y postula, siendo aceptado. Estando dentro de la conocida institución se propone dar otro salto. "Cuando estaba en Bafochi y vi que en mi tierra no había eso, me plantee hacerlo", asevera.

Los primeros pasos fueron la creación de un grupo pequeño en el sector Ribera Norte de Quellón, que ensayaba estilos de música más en boga. La itinerancia de lugares fue la tónica, pasando por distintas sedes sociales de la comuna desarrollando un trabajo con la gente, pero sin un nombre propio.

El 18 de Junio del 2005 surge el grupo como se le conoce hasta ahora. Se dio con el nombre junto con una apoderada del grupo que venía practicando con Elliott: "Buscamos en diccionarios mapuches, huilliches y llegamos a Aye Kantun Pellú, que significa danza del alma".

El concepto que envuelve al conjunto "tiene un tema social. Quellón, la Isla y, sin ser exagerado, Latinoamérica, tienen una 'incultura' con el arte en sí. Aunque suene fuerte, y va a haber gente que no estará de acuerdo conmigo, pero el área danza para mucha gente no existe".

Aye Kantun Pellú, en palabras del coreógrafo, "trata de educar, que la gente despierte a través de la danza. En cuanto a los ritmos, bailes, técnicas y estilos, se trata de un grupo bien chilote, chileno y americanista".

Apertura

La agrupación está abierta a cualquier persona que quiera empezar a moverse. No existe una preselección ni audición. "La gente que llega tiene un mes a prueba, más que nada para que el postulante se dé cuenta si es lo que anda buscando", afirma Uribe.

Gran parte de los integrantes actuales corresponde a niños y jóvenes, desde los 8 años hasta los 19, que en total suman 28. De todos ellos, cinco son varones y veintitrés damas.

El grupo funciona como taller de danza municipal y depende administrativamente de la Municipalidad de Quellón, organismo que cubre los honorarios del director y aporta con elementos para que puedan desarrollar su labor y el espacio que les habilitaron en el segundo piso del Centro Cultural Futa Ruka Chilkatun. De hecho, Uribe debe cancelar honorarios de gente que colabora con él, como el vestuarista de la agrupación.

Pero hay muchas tareas que no pueden ser cubiertas. Esa misma falta de recursos para desarrollar la labor ha hecho que sean los propios padres de los integrantes quienes se hagan cargo de algunos ítems. "Ellos han tenido una formación artística a la par con sus hijos y se han tenido que hacer cargo del vestuario, de música, de la iluminación, montaje escenográfico, etcétera" agrega el director. Incluso los apoderados deben andar uniformados, a fin de entrar y salir del escenario acorde a lo que se esté presentando.

No obstante el apoyo que recibe Aye Kantun Pellú de los papás de los chicos, la mayoría del vestuario es y ha sido financiado por cuenta del propio Elliott, a pesar de que los apoderados están dispuestos a colaborar en ese tema y así se lo han manifestado. "Todavía no me atrevo a soltar esa parte de mi trabajo porque detrás de todo existe mi creación", consigna la misma fuente.

actuaciones

Estos artistas actúan permanentemente en diversas actividades que se desarrollan en la comuna: el Festival El Gorro de Lana, las celebraciones del verano, en Fiestas Patrias y donde los llamen allá parten. Durante septiembre pasado cumplieron un itinerario que abarcó hasta tres funciones semanales.

A lo largo de los once años de trayectoria, Uribe indica que "hemos hecho giras a Argentina, visitando Neuquén, Cinco Saltos. Fuimos al extremo sur de nuestro país, Punta Arenas y Puerto Natales". Añade que "Fuimos este año a Santiago para la celebración del Día Internacional del Folclore (22 de agosto). La Isla Grande la hemos recorrido completa. Hemos llegado hasta Temuco, Osorno, Puerto Montt, Alerce, Río Bueno, entre otras localidades".

A cada una de las salidas asiste la mayoría de los padres de los integrantes. "Viajamos con el elenco de niños y el elenco de apoderados", revela el director. "Eso significa movilizar un bus completo, con 50 personas, más las veinte maletas con vestuario para cumplir con los cambios de vestuario de las presentaciones", comparte.

Eso sin contar con la iluminación propia y máquinas de humo, que son operadas por los mismos papás. Así, todo queda en familia.

Saben del cariño y apoyo del público. "Acá en la comuna la gente nos sabe suyos, pero también resalto el cariño en otras ciudades donde hemos estado, como en Puerto Natales, donde nos ovacionaron de pié más de 1.500 personas", evoca.

Elliott se declara trabajólico y debe combinar sus estudios en Santiago con la dirección de Aye Kantun Pellú. "El trabajo hace que se realice cualquier tipo de sueño que uno tenga. Todo lo que no puedo hacer en persona, lo hago a la distancia. Programo ensayos para que los dirijan apoderados los viernes cuando no estoy y viajo todos los fines de semana para ensayar con los niños los días sábados", confiesa el creador.

Más voces

Tania Vera, enfermera universitaria es mamá de una de las integrantes del conjunto, "Aye Kantun Pellú es más que un grupo de danza comunal, es una escuela integradora donde los alumnos no solo aprenden lo rítmico, sino que se involucran en el conocimiento del tema o lo que su creador busca expresar. El trabajo riguroso, sistemático y comprometido de su director y apoderados ha permitido que nuestros hijos e hijas se destaquen por la belleza y perfección de sus interpretaciones", evalúa.

También enuncia la profesional que "todo el esfuerzo que realiza esta hermosa familia artística tiene su recompensa en el reconocimiento del público e integra en el más amplio sentido de la palabra".

A su vez, Natalia Oyarzo, de 12 años, alumna de sexto básico en el Colegio San Agustín, participa en Aye Kantun Pellú desde el 2013. "Ensayamos durante todo el año en dos jornadas de tres o cuatro horas", expresa.

La pequeña bailarina complementa: "Danzar es maravilloso, interpretar a Violeta Parra o Víctor Jara es emocionante. También la danza nos ha permitido conocer lugares y personas".

Sobre su porvenir, Natalia dice que le encanta la literatura y que le gustaría ser escritora, pero ve también en la danza una buena opción de desarrollo.

El futuro lo vislumbra Elliott Uribe promisorio y subraya un detalle que habla por sí solo de la impronta del grupo: "Una de sus intérpretes, Nicole Miranda, está estudiando su segundo año de Danza en la Universidad en Santiago. Este año parte otra intérprete, Nataly Zapata, a estudiar danza a Santiago. Eso indica que es un semillero y Quellón tendrá cuatro o cinco intérpretes en movimiento en pocos años más".