Atendiendo a las metas institucionales y para evaluar y corregir aspectos de seguridad, se realizó el tercer y último simulacro del año en el Centro de Detención Preventiva de Castro, esta vez atendiendo supuestos terremoto e incendio.
El ejercicio llevado a efecto la tarde del miércoles, al igual que en acciones anteriores, sumó la participación de personal de la Segunda Comisaría de Carabineros, Bomberos, PDI y el Servicio de Atención Médica de Urgencia (SAMU), además de los efectivos locales de Gendarmería.
Un toque de sirena pasadas las 15 horas activó los dispositivos de seguridad ante un eventual sismo de gran magnitud, seguido de un siniestro estructural al interior de la prisión.
Según se reportó, el protocolo intrapenitenciario estableció una rápida evacuación de los cerca de 120 reclusos a la zona de seguridad, mientras que Gendarmería de Chile habilitaba los accesos para el ingreso de los equipos bomberiles contra incendios. Un voluntario, siempre en la eventualidad, "resultó" lesionado y derivado al Hospital de Castro, de acuerdo a la planificación del operativo simulado.
Carlos Olavarría, jefe del CDP de Castro, señaló que al momento de la evaluación los jefes de los servicios de emergencia "dieron a conocer todas las falencias que hubo respecto al operativo, no todos los simulacros son a veces positivos y generamos instancias para coordinar de mejor manera ciertos aspectos en los cuales fallamos".
El oficial de gendarmería reconoció que la principal falencia detectada corresponde al único y principal acceso a la cárcel que ofrece la calle San Martín y el pasaje Monjitas, caracterizado por el flujo y colapso vehicular que presenta el centro de la ciudad y, más encima, el acceso al Terminal Municipal de Buses.
"Los ingresos a la unidad, el tema del tránsito respecto a la hora porque la PDI estuvo metida en un taco en calle Sargento Aldea; por tanto, la reacción no es la esperada y, como estaba Carabineros, también se hizo presente ese punto", expresó el alcaide
Olavarría puso especial énfasis en la seguridad de la población penal al situarla en una zona segura, pensando al momento de enfrentar una emergencia real y donde se encuentre en riesgo la integridad de los reclusos y del propio personal carcelario.
Añadió que en un caso real de catástrofe existe un espacio alternativo para reubicar a los internos fueran del penal y que se ubica en la Escuela Luis Uribe Díaz.
Los otros dos simulacros realizados por Gendarmería en la cárcel fueron por incendio e intento de fuga de reos.
Luis Contreras Villarroel
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