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Aparición de nave extraviada reabre las esperanzas en familia ancuditana

Las próximas horas serán cruciales para el curso de la investigación.
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Luis Contreras Villarroel

Un clima de expectación y esperanza reina en la familia del desaparecido comerciante Julio Kompatzki Hörneckel ante el hallazgo de las piezas que podrían corresponder al siniestrado avión en febrero de 1970 donde iba el ancuditano y otras dos personas.

La nave en que viajaba el empresario se accidentó luego de despegar de Castro para sobrevolar en la llamada Huella del Abtao para entregar algunos víveres a un grupo de jóvenes excursionistas que pretendían llegar a esta zona oeste de la Isla Grande.

Hernán Kompatzki Oyarzo, hijo del recordado vecino y quien iba en la expedición terrestre, relató que la noticia por el hallazgo de los restos de una nave al norte de Chepu ha reabierto una serie de sentimientos por tratarse de un caso que camina rumbo al medio siglo de acontecido.

"Estamos como familia muy expectantes por esta noticia que salió hoy día (ayer), nos ha pillado a todos de sorpresa, vamos a tener que esperar los resultados de la investigación", compartió.

Agregó el ancuditano que "hay una serie de cosas que no cuadran mucho y eso lo vamos a tener que verificar, vamos a hacer un vuelo a la zona para verificar los puntos donde supuestamente está el avión siniestrado".

En este sentido, Hernán Kompatzki destacó el significado que representa para su entorno familiar y de amistades colocar término a una larga espera que se inició hace casi 47 años.

"Como familia estamos muy expectantes porque nosotros igual queremos cerrar un ciclo y muchas veces hemos tenido la información, algún dato y siempre nos ha ido mal, no hemos tenido respuesta, quisiéramos que esta vez esto pudiera salir a flote", dijo.

"Imagínate los sentimientos de angustia, es una cosa inexplicable, son sentimientos que tenemos guardados cada uno de mis hermanos y mi madre que todavía vive y que desearíamos que esto llegara a buen puerto", reflexionó el conocido vecino.

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Hay que recordar que la familia del desaparecido hombre de negocios participando de un fuerte despliegue con el objeto de dar con la nave extraviada en el verano de 1970, pensando que el siniestro aconteció en una zona entre Pid Pid, comuna de Castro, hasta la desembocadura del río Abtao.

En esa ocasión la Fuerza Aérea de Chile (FACh) llevó a cabo una labor de rastreo en parte de la cordillera del Piuché y alrededores en colaboración con pilotos civiles, sin que hayan dado con alguna pista respecto al paradero de la aeronave y de sus tres ocupantes.

Años más tarde los parientes realizaron nuevas expediciones siempre en la costa oeste del Archipiélago en atención a antecedentes que surgían y que hacían recobrar las esperanzas por hallar a su ser querido y los otros dos acompañantes.

Este enigmático caso inspiró al médico Medardo Urbina que fue parte de la travesía terrestre de hace 46 años a escribir el libro "La huella del Abtao".