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Damnificados por el sismo relatan sus dramáticas experiencias tras la destrucción de sus hogares

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Con la tristeza reflejada en sus rostros, tres de los damnificados de Quellón producto del sismo del domingo acudieron al municipio local a fin de obtener algo de ayuda.

Natalia Mella, una de las afectadas, indicó que "salí a pie pelado de mi casa. Ahora ya no se puede vivir ahí, está inhabitable. Cedieron los pilotes, se quebraron las vigas y ya no podemos entrar".

La que era su casa estaba ubicada en lo que se denomina Barrio Industrial Costero, una continuación de la costanera de Quellón. El deslizamiento de material desde el risco fue el que destruyó su vivienda, la que compartía con su pareja.

"El barranco se derrumbó y pasó a llevar nuestra casa completita. Los bomberos están ahora sacando nuestras cositas, lo que se pueda salvar y esperando que alguien nos pueda ayudar", concluyó la pobladora.

El inmueble de al lado es el de su hija, Nataly Mella, quien se encuentra embarazada y vive con su pequeña hija de ocho años. "Mi casa se destruyó completamente, no quedó nada, cayeron encima de la casa todas las piedras. Gracias a Dios estábamos todos juntos, en la casa de mi mamá, sino hubiera sido peor. Salimos en pijama y arrancamos altiro".

Subsidio

La joven resaltó que les están otorgando un subsidio de arriendo, pero eso se sabe que será por uno o dos meses, entonces no es nada seguro. "Nosotros queremos soluciones, que nos ayuden", acusó.

Por su parte, Héctor Llauca, vecino de ambas mujeres, quien vive solo, también sufrió el embate de la naturaleza. "La casa se aplastó con el deslizamiento de tierra, con las piedras. Yo perdí todo, la casa quedó destruida, no se salva nada".

El isleño señaló que se había levantado recién a la hora del sismo: "Hacia como media hora y si me pillaba durmiendo me habría aplastado porque aplastó el dormitorio. Ahí salí con un amigo con el que estaba conversando".

Las réplicas podrían llegar a los 6,5 Richter

Sismólogo Sebastián Riquelme advierte a los isleños este fenómeno.
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Jonás Romero - Medios Regionales

El dicho después de la tormenta, viene la calma, no se aplica al hablar de terremotos. Así lo aclara sismólogo Sebastián Riquelme, jefe de operaciones del Centro Sismológico Nacional de la Universidad de Chile, quien advierte a los chilotes que, tras el 7,6 Richter de Navidad, seguirán sintiendo temblores por varias semanas y no necesariamente más suaves en el tiempo.

"No existe una relación entre el tiempo transcurrido desde el sismo y el decrecimiento de las réplicas o sus magnitudes", dice Riquelme. "Éstas podrían alcanzar los 6° y hasta 6,5° Richter", acotó.

A los isleños preocupados por las más de 50 réplicas registradas hasta ayer, el experto les recuerda lo ocurrido con el mayor evento telúrico ocurrido a nivel global, el de 1960, donde "el día anterior al famoso terremoto de Valdivia, el 9,5°, se produjo un sismo de 8°. Los sismólogos de entonces hablaron de que ése había sido el 'evento principal' y, al día siguiente, tuvieron el terremoto más grande de la historia. En cuanto a las réplicas en Chiloé, lo habitual es que deberían ir decayendo en frecuencia, pero tampoco se sabe".

Acerca de las características del terremoto del domingo, dice que "el sismo de Chiloé tuvo una ruptura de entre 30 y 50 segundos, y la mayor liberación de energía se produjo a los 20 segundos. Los dos minutos de duración es la percepción de la gente. La percepción más larga se produce debido a las ondas que se van separando unas de otras, pero a la gente uno no le puede decir lo contrario, eso es lo que llega a la superficie, no es lo que ocurrió con las placas".

Sobre este punto, el sismólogo también precisa lo que pasó bajo tierra: "Fue una ruptura entre la placa de Nazca y la Sudamericana. En rigor, se produjo un deslizamiento de cinco metros de la placa Nazca debajo de la Sudamericana, con una profundidad del sismo a 23,5 kilómetros".

"Para hacerse una idea, el terremoto del 27/F fue 16 veces mayor en energía, y afectó un tamaño de terreno 50 veces más grande", recalca el sismólogo de la Universidad de Chile.

Quellón: evalúan daños en Centro de Hemodiálisis

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Una de las consecuencias más graves producto del terremoto fueron los daños sufridos por el Centro de Hemodiálisis de Quellón, inaugurado recientemente y que atiende a 22 pacientes con complicaciones renales.

El director del hospital local -recinto del cual depende esta unidad-, Carlos Zapata, señaló respecto a la emergencia que "el centro de diálisis producto del movimiento telúrico, algunas piezas se soltaron, y otras se quebraron. Estas piezas son básicamente de PVC, pero que son las uniones de los filtros de la planta de agua. Con el movimiento estos filtros se quebraron y produjeron una separación del conducto que deberá estar unido y protegido".

El profesional señaló respecto a la refacción que "nosotros ya lo informamos a la empresa correspondiente para hacer la reparación y obviamente la mantención y la sanitización de la planta de agua que es lo que corresponde. Con eso superaríamos este problema que se suscitó a raíz del sismo".

En cuanto a la reanudación del servicio, Zapata no entregó una fecha específica, pero señaló que esperan dentro de la semana salvaguardar todos los temas. Destacó también que es necesario que se haga presente en el lugar la empresa proveedora de los monitores, por si existiera alguna descalibración de los equipos.

Concluyó la misma fuente señalando que las cerámicas del suelo habían sufrido algunas quebraduras y desniveles, pero que habían tomado contacto con el dueño del local, a fin de que se llevaran a cabo las reparaciones necesarias en el piso.

Los pacientes del centro de diálisis hoy son trasladados por tierra a un centro de la especialidad que trabaja con el Servicio de Salud en Castro con el objeto de continuar su tratamiento.