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Acusan impacto de turistificación en barrios de palafitos de Castro

Investigación realizada por una socióloga revela, entre otros aspectos, cómo estos asentamientos urbanos han ido cambiando por la llegada de empresarios y/o dependientes que se han instalado con restaurantes y hostales.
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M. Eugenia Núñez G.

La arquitectura chilota es una de las expresiones culturales más características de Chiloé. Junto a las iglesias, los palafitos constituyen, sin duda, un tipo de construcción que representa una parte importante de la conformación de los barrios costeros insulares, sobre todo de Castro, la única capital comunal del Archipiélago donde aún se mantienen en importancia tras el terremoto y maremoto de 1960.

Estas viviendas de madera emplazadas sobre gruesos pilotes se han convertido en una de las postales por excelencia más reconocidas tanto en el país como en el extranjero.

En Castro los tres barrios principales que acogen estas singulares casas -Pedro Montt 1 y 2, más Gamboa- han sido testigos de cómo poco a poco la familiaridad de sus calles han ido cambiando, vecinos que por años vivían allí han decidido por distintos motivos vender sus propiedades, dando paso de esa manera a hostales, cafés y restaurantes tipo boutique, nuevos inquilinos que poco y nada tienen que ver con la antigua vida de barrio que por años fue la principal característica de estos hermosos sectores costeros de la capital chilota.

Y es este nuevo escenario que fue investigado y analizado por la socióloga de la Universidad de Concepción Lisette Soto Delgado a través de su tesis "Impacto de la turistificación en los barrios de palafitos de Castro", para optar al título del magíster en Hábitat Residencial de la Universidad de Chile.

"Es evidente que en los últimos años los barrios de palafitos han aumentado el número de nuevos propietarios y con ello la reconversión de las unidades de viviendas a proyectos turísticos como hostales, restaurantes y tiendas de artesanías. ¿Qué genera tal atractivo turístico sobre los palafitos? Es interesante su evolución turística si pensamos en su origen, debido que fueron los primeros campamentos de la periferia urbana en los que se asentó población migrante, mayoritariamente campesinos e indígenas que provenían de islas y sectores del interior insular", indica la profesional, quien aclara que su investigación está planteada desde un enfoque socioantropológico, con una mirada crítica a las transformaciones urbanas.

Ante la consulta "¿cómo interviene la turistificación en la transformación del hábitat de los barrios palafitos?", la socióloga sostiene que fueron tres los planteamientos que surgieron producto de esta investigación en las 29 entrevistas que realizó a los habitantes de origen de estos barrios, además de expertos, entre ellos historiadores y arquitectos.

"El primer supuesto sostiene que el proceso de turistificación genera nuevas dinámicas socio-espaciales en sus habitantes a través de una serie de apropiaciones y despojos, materiales y socio-culturales. Cambios que se traducen en nuevas construcciones del espacio habitado, relaciones sociales, usos y funcionalidades. Un segundo supuesto indica que la actividad turística da paso a un proceso de turistificación que genera cambios en el habitar palafítico. En este contexto, la impronta turística de los barrios promueve su valorización a través de la patrimonialización (políticas, leyes, subsidios, prensa), interviniendo la imagen de barrios degradados y estilos de vida precarizados a una que los torna afines al turismo", puntualiza la joven.

Soto suma que "el tercer supuesto define que la turistificación de los barrios palafíticos genera procesos que fuerzan el desplazamiento de la población de origen. El desplazamiento se visualiza en términos de negocios, aparentemente pactado por ambas partes (ofertado y comprador). Sin embargo, esto obedece a procesos de gentrificación simbólica que encubre la violencia en dicha práctica debido a la desigualdad de condiciones en que se negocia y a la sensación de despojo de aquellos que deciden quedarse en los barrios palafíticos".

Conclusiones

Tras meses de investigación viendo, entre otros aspectos, cómo estos barrios son diariamente fotografiados por los turistas y cómo se van sumando nuevas construcciones destinadas a potenciar el foco de interés de los visitantes, la socióloga explica que los argumentos abordados en esta indagación identifican que la turistificación se construye en la medida que se generan una serie de prácticas, dinámicas y procesos, que de manera rápida terminan por configurar un ambiente propicio para que la actividad turística irrumpa desde lo material como también desde lo simbólico.

"Por medio de despojos y apropiaciones, el hábitat palafítico se define en los tiempos actuales. Las intervenciones de actores privados (de mayor poder adquisitivo) que han comprado viviendas e instalado proyectos como hostales, boutiques, restaurantes y tiendas de artesanías han llevado a la completa transformación de estos barrios. Asimismo, el fortalecimiento desde el ámbito institucional por medio de programas de Gobierno, que valorizan el patrimonio sin fortalecer el tejido barrial y que descuidan la continuidad de las intervenciones, también van abriendo camino a la expulsión de los habitantes de origen.

Agrega la profesional que "la materialización de la actividad turística por medio de instalaciones físico-espaciales de grandes dimensiones puede verse en dos de los barrios, Gamboa y Pedro Montt 1. Sin embargo, el turismo es capaz de generar nuevas lógicas, en barrios aledaños, aumentando valores simbólicos de suelo, incidiendo en la producción de los espacios y los modos de habitar de sus habitantes, sin haber llegado a intervenirlos desde lo físico, que es lo que puede verse en el barrio Pedro Montt 2.

-¿Cual sería entonces el gran desafío?

-El tema es ¿que étipo de ciudad queremos tener? Ese es el gran desafío...