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"Chiloé, al igual que Chile, está expuesto a la amenaza sísmica"

Una de las personas que llegó en los últimos días a Chiloé para conocer en terreno los efectos del movimiento telúrico del 25 de diciembre fue el académico que también trabaja en un medio de comunicación nacional.
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Carolina Larenas Faúndez

Daños en la infraestructura pública y privada fueron las principales consecuencias del terremoto que afectó a Chiloé la Navidad pasada y que aún siguen siendo objeto de análisis, sobre todo el por qué colapsó un tramo de Ruta 5 recién intervenido o los problemas que enfrentan algunos edificios, principalmente en la comuna de Quellón.

Una de las personas que llegó en los últimos días a Chiloé para conocer en terreno los efectos del movimiento telúrico de 7.6 Richter fue el geógrafo Marcelo Lagos, quien recorrió algunas de las comunas de la provincia con un equipo de Canal 13.

En su paso por el Archipiélago, el profesional habló sobre el impacto del gran sismo en la zona y la eventualidad que ocurra un temblor de características similares en el corto plazo, además de destacar la respuestas de las construcciones chilotas, en su mayoría de madera frente al terremoto de fines de diciembre pasado.

Historia

-¿Era esperado lo que pasó Chiloé el 25 de diciembre pasado?

-Chiloé, al igual que todo Chile, permanentemente está expuesto a la amenaza sísmica, particularmente entre Arica y la península de Taitao y no se pone en duda que un terremoto de magnitud 7 o 7,5 puede ocurrir en cualquier minuto en todo Chile, incluido Chiloé, y en ese escenario Chiloé no es inmune a terremotos de importante magnitud.

Primero que nada, destacar que la historia sísmica y la prehistoria sísmica de esta zona, de este segmento, registra grandes eventos, pero también gigantes eventos. No es lo mismo un terremoto como el de noviembre de 1837 que el de diciembre de 1575 o el gigante de mayo 1960, todos son terremotos, todos son eventos importantes en el centro sur de Chile, pero hay eventos grandes y eventos gigantes. Los gigantes liberan mucha energía, han transcurrido un poco más de 56 años del del '60 y ciertamente es poco probable que en pocas décadas vuelva a ocurrir un evento similar; sin embargo, eventos grandes pueden ocurrir sin ningún problema.

Si bien han transcurrido más de 56 años del terremoto del '60, este proceso de acomodamiento postsísmico ha continuado, pero independiente de ello hay trabajos científicos que confirman que existen lugares entre el golfo de Arauco (Bío Bío) y la península de Taitao (Aysén) que registran importantes niveles de acoplamiento, lo que quiere decir que existe una posibilidad de terremotos, no iguales al del '60, pero pueden ser como el del 2010, cercanos a 8 sin ningún problema y justamente el evento que los afectó a ustedes en Navidad es un evento que se inserta en ese tipo de escenarios.

-¿Cómo reaccionó la zona a este sismo considerando el tipo de construcción?

-Basta con revisar cualquier fotografía de 1960 para darse cuenta que las viviendas de madera no tuvieron daños relevantes y eso fue un 9,5; entonces, ¿por qué un evento más pequeño haría daño a las construcciones de madera? Lo que sí tuvo daño para el terremoto del '60 fue concreto, el concreto reforzado de las grandes estructuras tuvieron daños importantes porque ciertamente fue un evento gigantesco y, por lo tanto, hay que evaluar lo ocurrido en su justa medida. (Lo reciente) Es un evento importante, pero no se compara por ninguna parte con el evento que se vivió hace 56 años, por lo tanto, fue un evento que puso a prueba a la Isla y que de alguna forma trajo a la memoria lo vivido hace mucho tiempo y que muchos habían olvidado y de alguna u otra forma la naturaleza nos está recordando que la amenaza sísmica es permanente y que debemos aprender a convivir con ella.

Lo destacable es la conducta que tuvo la comunidad en general y eso se conecta con varios elementos. Primero que nada, destacar que tanto el terremoto del 2010 con su tsunami, la amenaza de tsunami de campos lejanos desde Japón el 11 y el 12 de marzo de 2011, el terremoto y tsunami del 1 de abril de 2014 entre Iquique y Camarones y el del 16 de septiembre 2015 en las costas de Coquimbo e Illapel de alguna forma le han dado visibilidad a una amenaza que había sido olvidada, recuerdo de los abuelos, pero hoy en día nuestras generaciones son absolutamente privilegiadas en este tema porque nadie pone en duda que si se te mueve el suelo el mar puede salirse y eso de alguna forma se conecta con el pasado de la Isla de Chiloé, con sus recuerdos, pero también con lo vivido en los últimos años. La verdad es que Chile ha tenido muchos eventos importantes en los últimos años y eso ha potenciado las conductas de autocuidado de la población.

¿precursores?

-Previo al terremoto de la Navidad se registró una serie de movimientos en esa zona a lo largo de años, ¿podrían ser sismos precursores?

-Esa sismicidad está dentro de los cánones de lo normal, no ocurren todos los días pero ocurren, generalmente un sismo precursor es un evento que se concentra en un área específica y al poco tiempo en el mismo lugar o en la zona geográfica ocurre un evento de mayor magnitud. En este caso, este evento apareció y, sin embargo, justamente se localiza en una zona que está muy acoplada y hay que pensar también que si esto lo vemos en cámara rápida, este proceso no es un proceso aislado, la sismicidad de magnitud relevante se puede interconectar con otros eventos. Investigaciones científicas recientes plantean la posibilidad de que el terremoto del 2010 y la gran ruptura que tuvo cerca de 450 a 500 kilómetros de largo, entre Tirúa y Navidad, podría haber influenciado en acelerar el proceso intersísmico entre terremotos y de alguna u otra forma acelerar procesos que deberían ocurrir más tarde y que ocurrieron antes. ¿Qué quiero decir? Que el terremoto del 2010 puede ser el responsable del terremoto de Illapel del 2015 y el de Chiloé de 2016; es un proceso en cadena, que si lo miramos en cámara rápida, todo está ocurriendo más rápido, eso está en discusión hoy en día y es materia de publicación en revistas científicas ahora.

-En el canal de Chacao está proyectado construir un gran puente, ¿es peligroso construir ahí?, ¿se sabe lo que podría pasar en caso de un gran sismo?

-Toda obra de ingeniería debe tener un proceso previo de anteproyecto y eso implica evaluar múltiples escenarios y uno de ellos es ciertamente que esa estructura, en este caso un puente, va a estar sometido a distintos tipos de esfuerzos: viento, marea, marejadas, sismicidad, tsunami y cosas que caracterizan a nuestro borde costero y particularmente la zona del Chacao. En San Francisco el Golden Gate, que es un puente característico, está sobre la falla de San Andrés, una falla que ha tenido terremotos importantes y hay un puente que se construyó a principios de siglo, y desde el punto de la ingeniería todo se puede abordar: el tema es que se haga bien, Ciertamente en esta zona hay todo tipo de fallas, está la falla de Liquiñe Ofqui, hay distintos sistemas de fallamiento que ciertamente podrían hacer que los terremotos puedan tener ciertos grados de complejidades; sin embargo, no es una particularidad única de Chiloé o del canal de Chacao, es una particularidad que caracteriza a gran parte de los países que viven en zonas sísmicas activas y, por lo tanto, eso quiere decir que todo proyecto como este que es un puente, que es una obra emblemática, de gran envergadura, debe incorporar una serie de medidas que incorpore ese tipo de amenazas.

Yo no pongo en duda que hoy en el mundo existe tecnología para construir un proyecto de esa envergadura; sin embargo, debe ser robusto para las características de este país que demandan considerar amenazas de peores escenarios, ya que los eventos que han ocurrido últimamente en el mundo y que han cobrado más vidas superaron las expectativas; eso ocurrió en Japón en 2011, en que ni siquiera los japoneses esperaban algo tan grande y todo se vio sobrepasado y lo mismo pasa con el gran terremoto y tsunami en Sumatra el 26 diciembre en 2004.

Entonces, si tenemos la experiencia de un gigante en la zona centro sur de Chile como el de 1960 que sigue siendo el más grande mundo registrado instrumentalmente, toda obra de esa envergadura que se localice en esta zona debe incorporar como mínimo un escenario similar al de 1960.

"Basta con revisar cualquier fotografía de 1960 para darse cuenta que las viviendas de madera no tuvieron daños relevante y eso fue un 9,5; entonces, ¿por qué un evento más pequeño haría daño a las construcciones de madera?"."