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Recuerdan la tragedia de la Soledad II en Ancud

Con romería al monumento de recuerdo a las 10 personas que perdieron la vida en el hundimiento se vivieron los 7 años del triste naufragio.
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Eduardo Burgos Sepúlveda

Con actividades en el sector de Pudeto Bajo, principalmente en el río Pudeto, se celebró en Ancud la fiesta de Nuestra Señora de La Candelaria y se recordó la tragedia del naufragio de la embarcación Soledad II hace 7 años, cuando perecieron 2 familias, sumando 10 víctimas fatales que volvían precisamente de la fiesta respectiva en Carelmapu.

El 2 de febrero del 2010 sucedió la que es considerada de las peores tragedias navieras de Chiloé, con el fallecimiento de una decena de vecinos, entre mayores y menores de edad. Solamente algunos cuerpos se recuperaron de este navío que sorteaba un temporal en el canal de Chacao.

La ceremonia religiosa por la festividad religiosa se realizó en la Capilla San Pedro de Pudeto y posteriormente los fieles marcharon en pasacalle hasta el sector del muelle, donde la procesión se hizo por mar, a un costado de la animita que recuerda a las víctimas del naufragio. La festividad en la ciudad comenzó precisamente luego del naufragio.

Los asistentes concurrieron al embarcadero, el mismo lugar hasta donde llegaron parte de los sobrevivientes de otras lanchas que esa fatídica tarde volvían desde la peregrinación en la provincia de Llanquihue.

Fueron más de media docena de embarcaciones que podrían haber corrido la misma suerte de la Soledad II, de las cuales algunas de ellas fueron rescatadas en mar y otras debieron realizar maniobras de emergencias para recalar en la bahía de Caulín, al norte de la ciudad de Ancud.

Sobreviviente

Cristian Ulloa volvía en una de esas lanchas junto a su familia y recordó este episodio de su vida difícil de olvidar. Él y sus parientes debieron amarrarse a la nave en que se trasladaban para no caer al mar.

"Salimos con mal tiempo de Carelmapu, ya estaba declarada la tormenta y los marinos no debieron habernos dejado salir", recordó el ancuditano, añadiendo que "nosotros nos enteramos de la tragedia cuando veníamos viajando, a través de otras lanchas que iban más cerca de la Soledad II y comenzaron a devolverse y nos avisaron que había que irse hacia Caulín".

La fuente rememoró que "yo lo que hice fue amarrarme un brazo con un cordel y dije 'que sea lo que Dios quiera', todos nos amarramos porque no se podía estar, ya que el agua pasaba por arriba de nosotros".

Pamela Ojeda, esposa de Cristian, también recordó ese momento como "terrible", relatando que "yo me senté en la cabina con mis hijos, uno de meses en brazos y otro más grande. Estuvimos como dos horas en el mar cuando ese trayecto siempre es de media hora más o menos".

"Mi hijo comenzó a vomitar de tanto que se movía la lancha y cuando llegamos a tierra fue un alivio tremendo y había mucha gente esperando a sus familiares, porque se sabía ya que había pasado algo grave", rememoró la sobreviviente del 2 de febrero del 2010.