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Recuerdan el vertimiento de salmones frente a las costas

En medio de la cruzada internacional de la ONG se realizó la jornada "Chiloé de pie, no más sacrificios".
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Ayer fue el segundo día de actividades a bordo del Rainbow Warrior III. El emblemático barco velero de la organización ambientalista Greenpeace que por 48 horas recaló en las costas de la comuna de Ancud y que por primera vez visita Chile.

Durante su corta estadía se desarrolló una reunión entre la mencionada ONG y entidades sociales ligadas al mar y el medio ambiente, en una jornada que tuvo por nombre "Chiloé de pie, no más sacrificios".

Esta actividad se realiza en el marco de la de conmemoración del primer aniversario del vertimiento de salmones muertos frente a costas ancuditanas. Un hecho que los pescadores artesanales y la misma Greenpeace han relacionado con el masivo fenómeno de la marea roja del año pasado, pero que fue negado por la industria e incluso por el comité de expertos mandatados por el Gobierno para indagar el fenómeno.

Al respecto, Juan Carlos Viveros, representante y vocero del movimiento Defendamos Chiloé, manifestó que "Chiloé habla claro y directo. A un año del vertimiento de salmones descompuestos, aún no hay responsables, no sabemos el estado en que están nuestras aguas".

Sumó el dirigente local que "aquí los directos involucrados, Gobierno de Chile y la industria, deben pagar y reparar el daño hecho a nuestra identidad, nuestra cultura y nuestro patrimonio marino".

Quien también llegó a la Isla fue Tarsicio Antezana, biólogo marino de la Universidad de Chile, quien además cuenta con un doctorado y máster en oceanografía de la Universidad de California, San Diego.

"Cuando Greenpeace tiene que venir a algún país o algún lugar es porque hay en cierta forma al ambiente. Yo creo en ese sentido que la visita del barco con toda su gente, ha sido un catalizador, un aglutinador de muchas voluntades que estaban dispersas", comentó el científico.

voceros de greenpeace

Por su parte, Estefanía González, coordinadora de océanos de Greenpeace Chile, espera que la "contaminación" que afectó al Archipiélago en 2016 no se vuelva a repetir en el futuro: "Nosotros hoy día queremos que lo que vivió Chiloé no se repita nunca más en ninguna parte de Chile y tampoco acá en Chiloé".

Sumó que "es por ello que el Rainbow Warrior ha llegado hasta Ancud, para apoyar 100% a las comunidades y decir que el mar jamás puede volver a ser utilizado como vertedero".

Finalmente, Matías Asún, director de Greenpeace Chile, agregó que "los mares del fin del mundo, que empiezan aquí en Chiloé, tienen que ser protegidos, las empresas responsables de las crisis que hemos visto tienen que asumir esas consecuencias".