El itinerario que seguirá Garay una vez en Chile
El ingeniero viajaba anoche desde Parúa a Santiago para ser imputado por fraude.
Leonardo Riquelme C. - Medios Regionales
Custodiado por policías antimotines rumanos que vestían pasamontañas, traje de camuflaje y metralletas, fue llevado ayer desde Brasov al aeropuerto de Bucarest el ingeniero Rafael Garay, imputado por presuntas estafas por $1.800 millones con su empresa Think & Co.
El detenido emprendió su viaje de extradición a las 14 horas a París, donde tras una escala de siete horas retomó a las 19.40 su periplo para quedar a disposición de la Corte de Apelaciones de Santiago hoy.
Garay volaba vigilado por tres oficiales de la PDI, lo hizo al final del avión y sin esposas, pues las aerolíneas lo piden para no inquietar a los pasajeros. Su arribo está previsto para hoy a las 10.05 horas. Sin embargo, su descenso se producirá solamente una vez que hayan salido de la nave todos los ocupantes.
Tras ello será llevado a realizar el trámite migratorio, como toda persona que ingresa al país. Ahí debería aparecer en los registros su orden de detención, por lo que será esposado y trasladado por los policías a la corte, donde debe quedar a cargo de Gendarmería. En esa instancia se revisará el cumplimiento de la orden de extradición y en la tarde sería llevado al Tercer Juzgado de Garantía, para que se le formalice en presencia.
Garay es sospechoso de engañar a 36 personas con sus ahorros, pues la Fiscalía no ha encontrado evidencia de que los invirtiera en algún instrumento formal.
Muchos de ellos llegaron a él porque seguían los consejos que entregaba en programas de televisión. Si queda en prisión preventiva sería recluido en el anexo Capitán Yáber.
Uno de los abogados querellantes, Rodolfo Blanco, dijo a radio Cooperativa que Garay "tiene mucho que decir" y adelantó que hará "todo lo posible" para que se le condene a más de cinco años. Ello, porque si es menos de esa pena accedería a beneficios que le permitirían cumplir la pena en libertad.
36 personas denuncian que el autodenominado economista los estafó. La mayoría seguía sus consejos en la TV.