Gabriela Mayorga Oyarzo

El matrimonio es para toda la vida. Ese es el lema de una pareja de la comuna de Castro que ha cumplido a cabalidad esta promesa, pues celebraron nada más y nada menos que 75 años de casados. Algo nada de fácil considerando que ella, Margarita Valdés, tiene 94 años de edad y él, Gilberto Espinoza, su marido, cumplió hace pocas semanas los 100 años de vida.

Se trata de un ejemplo de amor y fidelidad. Todo un récord considerando también los tiempos actuales, en que todo es más efímero, desechable y superficial.

Escasas son las parejas que llegan a las "Bodas de Brillantes", por eso para esta familia fue todo un acontecimiento. Sus siete hijos, 19 nietos y 11 bisnietos prepararon una gran celebración en un centro de eventos de la capital provincial, para festejar y recordar para siempre uno de los días más importantes en la vida de cualquier persona: Su matrimonio.

¿Cuál es la receta para mantener el amor durante tanto tiempo? Para esta mujer y este hombre oriundos de la Región del Maule el secreto es simple: cultivar la paciencia. "Cuando uno se casa es hasta la muerte, hay que tener paciencia", confirmó Margarita Valdés, quien mantiene aún una mente lúcida, y esta sorprendente claridad ante la vida.

"Ha sido un buen marido, no es ni bueno para el grito", agrega.

Durante estos años, no todo ha sido color de rosa. Contrajeron matrimonio un 5 de enero de 1942. Don Gilberto se dedicó en la comuna de Parral, de donde son oriundos, a actividades propias del campo, faenas agrícolas y ganaderas, mientras su mujer se dedicaba al cuidado de sus siete hijos.

Tiempos de mucho esfuerzo y sacrificio. Linares, Longaví y Talca, fueron otros territorios en los cuales vivió esta familia, que en febrero de 1969 se traslada a la provincia de Chiloé, puntualmente Castro, siguiendo a dos hijos que trabajaban en esta comuna, echando finalmente raíces en calle Francisco Silva 891, donde aún viven.

Valentina Espinoza, una de las hijas de la pareja, vive en Chaitén, pero visita regularmente a sus padres. Ellos han sido un ejemplo a seguir tanto para sus hijos, como para sus propios hermanos. Reconoce que admira la entereza de sus papás.

"Ellos no están tan bien, pero los tenemos juntos a nosotros, no pasan mayores problemas médicos. Su vida es acá en su casa, en la cocina, en el dormitorio, tranquilos", observa.

Centenario

El 14 de marzo Gilberto Espinoza cumplió 100 años, así que el festejo de las "Bodas de Brillantes" sirvió para celebrar también el centenario del padre de familia, abuelo y bisabuelo. No todos pudieron asistir al festejo, pero para los que sí llegaron, fue una jornada inolvidable.

"Fue bonita la celebración, se eligió al hijo más querido, al más carretero, al que más los cuida..., entonces después se premió y fue súper bonito. Los abuelitos bailaron, estuvieron hasta las tres de la mañana", dijo Viviana Piñeira, esposa de Marcelo Espinoza, uno de los nietos de Gilberto y Margarita, quien fue desde muy pequeño criado por esta pareja, y querido como un hijo más.

"Ellos son un ejemplo, ojalá podamos llegar a esa edad", agrega entre risas Viviana, sobre este matrimonio que festejó el pasado mes un hito tan importante. Claro, porque han permanecido juntos en las buenas y en las malas, y no es muy fácil que se mantengan separados por mucho tiempo.

"El amor de ellos es incondicional, hemos intentado, por ejemplo, que de repente salga mi papi o mi mami. Por ejemplo, una hermana que vive en Paillaco se llevó a mi papá unos días, y mi mami decae, y él empieza a preguntar por ella, ellos se necesitan", sostiene su hija Valentina.

Viven solos en su casa, pero siempre están pendientes los hijos y nietos que también están en Castro. Los visitan, los cuidan y están atentos de sus necesidades, porque saben que son un tesoro que en cualquier momento puede desaparecer y que contra el tiempo permanecen aún unidos.