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La verdad tras las ricas, pero poco saludables sopaipillas

Varias ciudades de Chile se han convertido en un mercado amplio para los comerciantes que quieran vender este calórico alimento. Muchos de estos carros que ofrecen estos productos no cuentan con permiso municipal.
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Sebastián Paredes Contreras

Se acercan los días más helados del año, en los que el invierno y sus divisiones de frío hacen de las suyas en la mayoría de la población.

Y por lo mismo, como de cajón cae que en el tema alimenticio, según la creencia popular, haya que echarle una papita más a la olla o comer alimentos con mayor aporte de grasa y calorías, con el fin de tener una reserva.

Y sin lugar a dudas que uno de los alimentos que los chilenos preferimos para tener esa "reserva adicional" para el invierno es la sopaipilla. Las hechas en casa pasadas con chancaca o las que se compran en la calle y se aderezan con ají, ketchup o mostaza, algunas con zapallo o sin él, según la zona geográfica. Todas las sopaipillas son prácticamente lo mismo: un alimento, según los nutricionistas, que de aporte saludable a la dieta del chileno no tiene prácticamente nada; por el contrario, es más bien perjudicial.

Así lo explica el nutricionista Pablo Haro, docente de la Escuela de Nutrición y Dietética de la Universidad Santo Tomás. "Tiene altos componentes de grasa como la manteca, la cual se suma al aceite que se usa para freír, que es excesivo. Considerando los ingredientes con los que se preparan, el aporte en cuanto a los hidratos de carbono y si estos superan los requerimientos que necesita una persona, tienden a ser perjudiciales", revela.

Suma: "Lo mismo pasa con la grasa de la sopaipilla, la cual no es beneficiosa porque es de tipo saturada, es decir, la grasa asociada a las enfermedades cardiovasculares".

El especialista agrega que la sopaipilla por ningún motivo es un alimento nutricional. "Es un alimento que tiene exceso de calorías, excesos de grasas saturadas y de hidratos de carbono; por ningún lado es un alimento con un buen aporte", enfatiza Haro, quien señala que si "las sopaipillas pudieran ser etiquetadas con los sellos del Ministerio de Salud, deberían tenerlos todos".

Mito

Una de las claves para que la sopaipilla ganara tantos adeptos a lo largo de su historia, más a allá de su innegable sabor, es que siempre se ha creído que durante el invierno o los meses más fríos del año se debe ingerir una mayor cantidad de calorías porque "el cuerpo así lo requiere".

Sin embargo, según Haro, lo anterior es casi un mito. "Que existan menores temperaturas en invierno no es un determinante para ingerir mayor cantidad de calorías. Muchas veces se dice en forma equivocada que estas preparaciones altas en grasa y calorías son necesarias por las bajas temperaturas. Sin embargo, no hay mayor diferencia entre las calorías que necesita una persona en verano o invierno", confirma.

Autorización

Durante los últimos años en varias ciudades de Chile abundan los carritos en donde se vende este tradicional producto.

Estudiantes y trabajadores que quieren comer algo al paso son el principal mercado al que apuntan, pero no siempre los que venden sopaipillas cuentan con los permisos ni regulaciones necesarias.

Fue el caso de Alex Verdejo, de 33 años, quien el pasado fin de semana terminó con la vida de Camilo Ignacio Navea del Canto de una estocada en el tórax del joven estudiante.

Verdejo a la hora de los hechos se encontraba vendiendo sopaipillas en la Plaza Aníbal Pinto, en Valparaíso, en un puesto no establecido ni con las regulaciones necesarias.

En primera instancia los carros de sopaipillas deben ser autorizados por la Autoridad Sanitaria y, dependiendo el informe de este organismo, la municipalidad otorga el permiso correspondiente, si es que así lo amerita de acuerdo a un decreto alcaldicio que así lo estima.

239 calorías tiene una sola sopaipilla seca de 60 gramos. Un adulto promedio necesita al día no más de 2 mil calorías.