"El cierre de la Hospedería de Ancud es una buena noticia"
El responsable de los programas sociales de esta Fundación explica con números, argumentos técnicos y la filosofía del padre Hurtado por qué se ha resuelto reconvertir la Hospedería y centrarse en la atención ambulatoria de adultos mayores.
"Puedo afirmar categórica y responsablemente que ninguna de las 11 personas que atendemos de manera permanente en nuestra hospedería de Ancud quedará en la indefensión y sin un techo donde vivir a partir del próximo 10 de abril, cuando se cierre el servicio de hospedaje", dice el director ejecutivo de la Zona Austral del Hogar de Cristo, el profesor Rodrigo Vivar, bajo cuya responsabilidad está el trabajo que la fundación realiza en la casa de calle Lord Cochrane 408.
Dada la natural preocupación de la comunidad acuditana y para evitar informaciones alarmistas respecto del futuro de las personas hasta ahora atendidas por el Hogar de Cristo, el profesional explica en detalle el porqué de la reconversión de este programa social, que lleva más de 22 años acogiendo a los más pobres entre los pobres y que ahora ampliará su radio de acción.
"La hospedería tiene una capacidad para atender a 20 personas, pero durante los últimos cuatro años atendimos a 10 personas en promedio cada mes, con una disminución sostenida de los que requerían dormir bajo nuestro techo. O sea, estábamos subutilizando nuestros recursos en un cincuenta por ciento", recalca.
-¿Cómo interpretan esta disminución de hospedados?
-Al contrastar lo que estaba sucediendo con la información de otros programas, como el del Ministerio de Desarrollo Social, operado por la Municipalidad de Ancud, establecimos que en la ciudad existen 34 personas en situación de calle.
Esto significa que permanecen gran parte del día pidiendo dinero a los transeúntes y realizando "changas" o trabajos esporádicos para hacerse unas monedas. Pero, de acuerdo a los registros del programa Ruta Calle del año 2016 y a los datos que maneja el programa Calle del municipio, la mayoría de esas 34 personas hoy cuenta con un lugar propio o de familiares cercanos donde pasar la noche.
La disminución de hospedados da cuenta de que la atención de hospedaje no es una necesidad mayoritaria que requiera de un programa permanente. Mucho más urgente y necesario es vincular a los adultos mayores con mayor pobreza y abandono de Ancud y que necesitan poder ser acompañados y conectados con su entorno, las redes sociales y de salud de la comuna.
¡Nuestro país necesita del vínculo entre las generaciones para superar la exclusión social! Es más valioso para ellos que les ayudemos a reconocer sus capacidades, potencialidades y el incentivo de su autonomía.
-Antes de explicarnos lo que pasará a futuro, ¿en qué situación quedan las 11 personas a las que estaban atendiendo de manera permanente a partir del cierre?
-Ocho de nuestros acogidos ya tiene resuelta y definida su salida. Es más, cinco de ellos ya egresaron del programa y se trasladaron a otra ciudad para trabajar o vivir con familiares. Y los tres que restan están a la espera de su reubicación de acuerdo a acciones coordinadas con ellos, la municipalidad, el Servicio de Vivienda y Urbanismo y el voluntariado. Son soluciones individuales y personalizadas en las que hemos trabajado seriamente y con ellos mismos.
Es destacable que siete personas hayan conseguido un trabajo, lo que les ofrece la posibilidad de vivir con mayor autonomía, de levantarse y superar la situación de extrema vulnerabilidad en la que han estado. Además, seguiremos acompañando de manera ambulatoria, a través del Programa de Atención Domiciliaria, a los cinco que seguirán viviendo en Ancud.
-¿En qué consiste Padam, el programa al que destinarán ahora sus recursos y esfuerzos?
-A partir del año 2016, el Hogar de Cristo definió la implementación de un Programa de Atención Domiciliaria (Padam) para Chiloé, con presencia en las comunas de Ancud y Castro. Estos programas están dirigidos a adultos mayores autovalentes, pero frágiles y dependientes. Se trabaja con ellos en sus casas para entregarles apoyo socio-familiar y herramientas para que consigan una mejor calidad de vida y una mayor vinculación con las redes sociales y de salud de sus respectivas comunas.
Este programa tiene una capacidad para atender a 30 personas a la que sumaremos a las 5 egresadas de la Hospedería, que seguirán viviendo en Ancud. Así, de las 11 personas a las que estábamos atendiendo en la Hospedería pasaremos a trabajar con 35 adultos mayores de la ciudad, de manera activa e inclusiva.
Es un trabajo más acotado territorialmente, mejor focalizado y que reorienta nuestras energías y recursos a una población altamente vulnerable, invisibilizada y que sufre muchas veces en silencio la exclusión y vulneración de sus derechos.
-¿Qué sucederá en el local de la calle Lord Cochrane ahora que no será más Hospedería?
-Habrá muchísimas y muy atractivas actividades. Desde encuentros y asambleas con nuestros beneficiarios hasta talleres recreativos y de autocuidado, pasando por celebraciones, charlas informativas de distintos servicios públicos, actividades de voluntariado. Todo orientado a los adultos mayores y también a las personas en situación de calle.
En fin, una gran cantidad de acciones destinadas a concientizarnos en la tarea de hacer de Chile un país más justo y digno, que es en definitiva nuestra causa. Porque como decía el padre Hurtado: "Nuestro país tiene una inmensa urgencia de que un mínimo al menos de bienestar sea extendido a un gran número de ciudadanos que hoy carecen de una vida que se pueda llamar humana". Integrarlos a ellos, lograr que recuperen sus derechos, es nuestra misión, no la mera caridad.