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Estudiante chilote es pionero del movimiento biohacking

"Piratas de la ciencia" quieren romper la "burbuja" que rodea a los eruditos del conocimiento y ponerlo al alcance de todos, incluso con laboratorios comunitarios o caseros para hacer desde prótesis hasta mejoras genéticas.
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Se denomina "biohacking" y parece una película de ciencia ficción del subgénero cyberpunk de los '80 y es una realidad que cada vez prolifera más en todo el mundo, basada en los principios éticos del hacker y la filosofía del DIY ("do it yourself") o "hazlo tú mismo", en español.

El biohacking pretende terminar con la privatización del conocimiento, una especie de anarquismo científico, al punto de crear laboratorios comunitarios o en los hogares, realizando desde experimentos básicos hasta manipulación genética, liberando los avances científicos y desarticulando a la elite intelectual y corporativa apropiada de ellos para la capa económica dominante.

Los pioneros en Chile, por lo menos de forma organizada, son un grupo de alumnos de la Universidad de Chile, denominados Biohack Vilú. Uno de los integrantes de este revolucionario proyecto antisistema es el chilote Nicolás Narváez, estudiante de Plan Común de Ingeniería Civil originario de Castro.

Este exalumno del liceo Galvarino Riveros Cárdenas sintetiza la iniciativa desde sus inicios, explicando que "en el extranjero comenzó un movimiento donde científicos comenzaron a juntar cosas para armar laboratorios comunitarios, los cuales tienen acceso a la tecnología más avanzada en electrónica y biotecnología para darles usos que normalmente ni a la academia ni a los grupos de científicos se les ocurriría".

Inevitablemente se vienen a la mente escenas del clásico de Ridley Scott "Blade Runner", de algún desprolijo laboratorio en el subterráneo de algún tugurio donde te pueden implantar un ojo biónico, dotarte de alguna extremidad perdida o, simplemente recordar a Daryl Hannah en su papel de la replicante "Pris" cambiando el color de su pelo con una aparato que más parecía el encendedor de una cocina a gas.

código abierto

Ahondando en el tema, Nicolás agrega que otro de los precursores del biohacking es el open source o código abierto, explicando que "al crear una tecnología nueva, se deja todo liberado a través de una patente de código abierto, entonces cualquiera puede seguir avanzando en proyectos o mejorando en laboratorios, además que esas patentes no se limitan en el uso económico".

Sobre su grupo, el castreño comenta que se juntaron varios amigos de la universidad, con la idea de dar forma a una comunidad y hacer un laboratorio en Chile. "Hay una plataforma donde uno puede ver los laboratorios en los distintos países y en el nuestro no había ninguno", señala.

Paso siguiente fue entrar en contacto con estudiantes y docentes de otras casas de estudios superiores, a lo que siguió el abocarse al primer proyecto de la comunidad, que consiste en crear un dispositivo para personas ciegas y ayudarles a desplazarse. "Hay otro grupo que se llama Open View, que conocimos cuando empezamos a interesarnos en esto y ellos se dedican a la biología sintética y hacen cosas muy parecidas", cuenta, relatando que en el movimiento también hay artistas que hacen obras con biohacking.

"En otros países, como el Reino Unido, hay otros grupos que, por ejemplo, han generado pastillas one source para el tratamiento del cáncer", revela el biohacker chilote, explicando que "algo que hace muy costoso los tratamientos contra el cáncer es que son patentados durante muchos años y otros no pueden crear competencia en el mercado", dando cuenta de la filosofía que mueve a los suyos.

"La idea es que los descubrimientos y sus beneficios lleguen más rápido a las personas", apunta el chilote.

analfabetismo

"Esto es crear una cultura distinta en torno a la tecnología, debido a que es tan vertical, tan cerrada, tan difícil estar en un entorno donde hay gente que tiene estos conocimientos, que existe una distancia muy importante entre la gente y quienes se dedican a la ciencia, que hay un analfabetismo moderno, de cierta manera", reflexiona.

El isleño sentencia que "esto es 'do it yourself' y no es que le neguemos la puerta a la gente de la academia, pero lo ideal es gente que no esté dedicada a este ámbito, para romper esa burbuja, con gente autodidacta o de áreas del conocimiento distintas, como periodistas o diseñadores gráficos, que no tienen nada que ver con biotecnología, matemáticas o ciencias, porque de esta manera se encuentran ideas que son aproximaciones nuevas a los problemas".

Sobre el beneficio tangible, Narváez subraya que principalmente es "el abrir los espacios a la comunidad cercana o barrio, para quien quiera crear algo con las herramientas que hay, que es algo que ahora no es posible, porque si uno quiere usar una impresora 3D es imposible, y ni hablar de biología genética donde es imposible hablar con un experto; en cambio, con la aparición de estos espacios esto se convierte en una realidad".

Al saltarse las patentes y los grandes laboratorios el beneficio también incide en el bolsillo de las personas, cifrándose en disminuciones de costos de hasta un 90% con los productos o procedimientos "alternativos" que genera este movimiento.

De los peligros sobre el mal uso de esta tendencia, el estudiante sostiene que existe un manifiesto a nivel mundial de parte de los laboratorios de esta modalidad, para evitar que se mal usen. "Hay tecnologías que podrían llegar a ser muy peligrosas, entonces, por eso se insiste en la transparencia, lo que no ocurre en el mundo privado, donde uno no sabe qué se investiga en sus laboratorios", advierte.

Si bien los Biohack Vilú funcionan en Santiago, Nicolás revela que hay otros grupos que están intentando sumarse con sus propios laboratorios y crear una red nacional. "Es algo lento, porque en Chile no hay tanta masa crítica como en otros países más desarrollados", cataloga, adelantando que se está organizando una competencia latinoamericana de tecnología en Chile en el 2018, lo cual servirá para fomentar la innovadora idea.

"Esto es crear una cultura distinta en torno a la tecnología, debido a que es tan vertical, tan cerrada".

Nicolás Narváez,, alumno de la U. de Chile."

"En otros países, como el Reino Unido, hay otros grupos que, por ejemplo, han generado pastillas one source para el tratamiento del cáncer" .

Nicolás Narváez,, alumno de la U. de Chile."