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Alertan sobre los alcances del bullying en escolares de Chiloé

Fenómeno incluso llevó a una menor de 14 años a intentar suicidarse, luego de haber sufrido acoso escolar durante dos años en una escuela de Ancud. Autoridad recuerda que ante casos de lesiones o amenazas es obligación el denunciarlos.
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Eduardo Burgos Sepúlveda

Si bien las denuncias formales sobre bullying o acoso escolar en la provincia de Chiloé no son numerosas, especialistas han llamado a tener precaución sobre estas situaciones que afectan a los estudiantes, sobre todo porque en algunas ocasiones se transforman en pesadillas que sufren por años en silencio y con el riesgo de acabar de la peor manera.

Solo el 2016 ingresaron a la Superintendencia de Educación en la Región de Los Lagos un total de 40 denuncias por maltrato a escolares del Archipiélago, de las cuales 8 de ellas fueron por agresión física de adulto a alumno, 4 por maltrato físico entre educandos, 15 por maltrato sicológico de adulto a estudiantes y 13 por agresión sicológica entre alumnos.

En lo que va corrido del año, van 7 denuncias ingresadas a la Supereduc, sin embargo, uno de los mayores peligros de esta amenaza latente sobre los estudiantes es que muchas veces estas situaciones o relaciones violentas son invisibles ante quienes no están dentro de ellas, al grado de ir horadando la autoestima de la víctima, acorralándola mediante presión a tomar la peores decisiones, entre ellas automaltratarse o, en casos más extremos, atentar contra su vida.

Muchas veces las denuncias no se hacen y otras tantas las víctimas no comunican lo que les está sucediendo, como el caso de una niña de 14 años de Ancud que hace 3 semanas intentó suicidarse y luego de tratamiento sicológico en Puerto Montt reveló que hace 2 años era objeto de bullying por un alumno del establecimiento donde cursó estudios primarios.

Según lo que contó el padre de la menor que ahora está en la educación media, ella habría estado amenazada por su acosador durante el tiempo que estuvo en séptimo y octavo básicos, y ahora ve amenazada a su hermana menor, quien está en el mismo establecimiento de su agresor.

especialista

En términos sencillos, el sicólogo Jaime Tobar, comisario de la Brigada de Investigación de Delitos Sexuales y de Menores (Brisexme) de la PDI, explica que este es un patrón de comportamiento violento autoorganizado, que se autogenera y persiste en el tiempo, en una relación entre el acosador y el acosado, que puede ser niño o adolescente, en una comunidad escolar completa. "Hay gente en la sociedad que transmite violencia de distintas maneras y es canalizada a través de estos espacios escolares en los patrones de interacción de los niños", sostiene.

"El bullying a veces es visible en el espacio donde se imputa e invisible en otras áreas", recalca el detective, acotando que incluso en algunas oportunidades esta práctica reviste características de delito, por ejemplo, cuando hay lesiones físicas o cuando se producen amenazas de muerte. "En el caso de daños sicológicos, estamos hablando de vulneración de derechos en el área de la protección", detalla, subrayando que estos casos son tan preocupantes como los delictivos.

Tobar consigna que en ambos casos es necesario denunciar estos hechos: en el caso de los constitutivos de delito, a la autoridad competente, y cuando el daño es sicológico, existen en los establecimientos educativos (por norma) los denominados "comités de convivencia", los que deben propiciar que no ocurran estas situaciones y tomar medidas para eliminarlas cuando sean detectadas.

"En el ordenamiento jurídico todos los funcionarios que se percaten de la ocurrencia de un delito tienen la obligación legal de denunciarlo y tienen un plazo de 24 horas para realizar la denuncia, de modo que la omisión significa otra falta", apunta el oficial.

superintendencia

Víctor Reyes, director regional de la Superintendencia de Educación de Los Lagos, argumenta que ante estos casos "todos los establecimientos tienen una responsabilidad y la obligación de tener protocolos de actuación, de cómo abordar este tipo de materia".

La fuente evidencia que este tipo de situaciones "provocan un daño, que puede ser grande, sobre todo en la salud mental de los alumnos, y el deber del establecimiento es estar alerta ante este tipo de situaciones, al igual que las familias, porque no se puede eludir la responsabilidad familiar".

Reyes, al igual que advirtió el especialista de la PDI, es enfático en mencionar la existencia de conductas que es necesario detectar en las personas que son objeto de acoso escolar o bullying, entre ellas los cambios de conducta, el mal dormir, retraimiento, dolores físicos como el estomacal o abdominal y las autoagresiones.

Estas últimas fueron las que se revelaron en el caso de la adolescente ancuditana que intentó quitarse la vida, quien se profirió cortes en sus muñecas, lo cual de no haber sido detectado a tiempo podría haberle causado una anemia aguda incluso con consecuencias fatales.

"Hay señales que se van manifestando y que, por cierto, la familia y también el establecimiento tienen que tener mucho ojo para poder irlas descartando y visualizando, porque eso les permite, en consecuencia, poder intervenir oportunamente", enuncia Reyes.

El exdiputado recuerda que es necesario también tener acciones permanentes al interior de los planteles educativos para prevenir este tipo de situaciones a través de los comités de convivencia, para así ir capacitando a la comunidad educativa.

"Los establecimientos son un poco reacios a esto y tienen que ser más proactivos, porque son prácticas que se deben ir incorporando con más método, con más permanencia, porque son fenómenos de aula que están presentes en la comunidad escolar", advierte el director regional de la Superintendencia de Educación.

tragedia

Refiriéndose al caso ancuditano que pudo terminar en tragedia mayor, Reyes exhorta que "es necesario tomar consciencia y esta situación lo demuestra, porque si hay una alumna que sufre una situación de acoso o de bullying hay que tomar las medidas preventivas y de apoyo, porque tampoco se puede dejar a la estudiante y su familia abandonada a su suerte".

El funcionario aclara que más allá de la obligación de los colegios de contar con los instrumentos para hacer frente a este tipo de problemas (comités o encargados de convivencia), es necesario que realicen las denuncias correspondientes, al igual que los apoderados, en las instancias necesarias, en este caso la Supereduc.

"Eso nos permite a nosotros saber de qué manera los establecimientos están cumpliendo la normativa, los reglamentos internos, si tienen protocolos o si los están aplicando o no, y de esa manera también poder intervenir oportunamente", enfatiza el profesional.

Adelanta Reyes que su organismo fiscalizará al establecimiento donde la menor de edad habría sufrido el bullying que desencadenó en atentar contra su vida y además se entrevistará con la familia, para ver qué medidas tomar.

"El bullying a veces es visible en el espacio donde se imputa e invisible en otras áreas".

Jaime Tobar,, comisario de la Brisexme Chiloé."

"Los establecimientos son un poco reacios a esto y tienen que ser más proactivos".

Víctor Reyes,, director regional Superintendencia de Educación."

"En el caso de daños sicológicos, estamos hablando de vulneración de derechos en el área de la protección".

Jaime Tobar,, psicólogo de la Brisexme."

40 denuncias por maltrato escolar en Chiloé ingresaron el año pasado.

7 denuncias por maltrato escolar han ingresado en el Archipiélago en lo que va del año.

4 casos tuvo la Supereduc el 2016 por maltrato físico entre escolares isleños.

15 denuncias por maltrato sicológico de adulto a niño se ingresaron el año pasado.