Abren escuela para evitar riesgos por pasarela
Recinto que inicia clases este lunes se construyó para que los niños no se expongan a la precaria construcción de madera que cruza Huentemó.
Este lunes cinco alumnos del sector de Huentemó, en la costa pacífico de Chonchi, que hasta hace unos días estudiaban en los establecimientos de Cucao y Chanquín, iniciarán sus clases en su remozada escuelita.
La medida fue trabajada por la Corporación Municipal de Educación, Salud y Atención de Menores de Chonchi con la ayuda del Mineduc, con el propósito de no exponer a los niños a la precaria pasarela de madera que existe para salir de este apartado lugar y que se cae a pedazos, ni tampoco para que crucen en una improvisada balsa de plumavit.
"Se habilitó una cabaña con dos salas de clases, más un baño y una terraza para que los niños puedan jugar, además de un dormitorio para el maestro que se contrató especialmente para esta escuela", explicó Nury Soza, jefa del Departamento Municipal de Educación.
La fuente indicó además que ya cuentan con la autorización de la Provincial de Educación para funcionar y que este organismo fiscalizará estas remozadas dependencias en los próximos días. Asimismo, recalcó que están tramitando con la Junaeb las raciones alimenticias de los cinco alumnos.
"Los niños que estudiarán acá son cuatro que lo hacían en Cucao y uno en Chanquín, el objetivo de esta medida es protegerlos y no exponerlos a que crucen la pasarela que está en muy mal estado", acusó la profesional.
Por su parte, el apoderado Francisco Guenumán, agradeció la puesta en marcha de este plantel, añadiendo que "estamos felices porque nuestros hijos ya no correrán ningún riesgo".
"Esta es una cabaña que se acondicionó como escuela, cuenta con todo lo necesario para que nuestros hijos estudien tranquilos y cómodos. Ya no tendremos que cruzarlos en mal tiempo en balsa de plumavit para que puedan ir a sus escuelas", acotó el padre del pequeño Alexander de segundo básico.
Lo anterior fue compartido por Elías Pillampén, alumno de quinto básico, quien manifestó entre otras cosas, que su escuelita "es muy bonita".
"Estamos todos muy contentos, lo mejor es que ya no pasaré frío ni tendré que cruzar en balsa el río, además ya no me tendré que levantar tan temprano", sentenció.
Desafío
Por su parte, el maestro Erik Quelín aseguró que este nuevo trabajo lo toma como un gran desafío, más aún por las condiciones que llevaron a crear este recinto escolar.
"Le vamos a poner todas las ganas, quiero ser un aporte en la formación de estos estudiantes, por ello cuando me plantearon la posibilidad de venirme acá a trabajar no lo dudé un minuto y tomé de inmediato este desafío. Estoy realmente muy feliz", añadió el docente de la Universidad Católica de Chile.