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Curanilahue sale a competir contra Chillán por las mejores longanizas

Alonso Zúniga es dueño de Productos PZ y dice que el sabor de sus cecinas está en la medida del aliño.
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Andrea Neguiman Pozo

El sabor de cada una de sus elaboraciones es inconfundible, razón por la cual los hace ser únicos e incomparables. Hoy, Productos Zúñiga, más que una empresa tradicional de Curanilahue, es una pyme de la provincia de Arauco, Región de Bío Bío, que a puro esfuerzo y valentía se ha mantenido durante el transcurso de los años entre los grandes proveedores de cecinas.

"Nosotros manejamos 18 productos de forma habitual. Todo elaborado con cerdo. Chicharrones, queso cabeza, malaya, tocino ahumado, entre otros. Todos nuestros productos son exquisitos y no lo digo con arrogancia, más bien con humildad, ya que son las personas quienes nos dicen a diario que es así por su preferencia", sostiene su dueño, Alfonso Zúñiga.

El camino para llegar a ser uno de los mejores en su área no fue menor, ya que la empresa tuvo que lidiar con varios inconvenientes que son parte de su historia. "Las Cecinas PZ parten más o menos en 1920. La empresa la partió mi abuela, la señora María Isidra Zúñiga Alveal. Partió con una pequeña fábrica, que todavía continúa siendo pequeña (ríe). Toda su producción la vendía en Lota, porque Curanilahue en ese entonces era un centro minero chico y no había demasiado comercio", relata.

"Todo lo que se faenaba, todo lo que preparaba lo llevaba en un canasto en el tren y lo vendía en un puesto que tenía en la feria lotina. Eso era una vez a la semana", añade.

-La fábrica es una herencia…

-Sí, de puro conocimiento. Mi abuela Carmen, porque así le decíamos todos, le enseñó a mi papá todas esas recetas que hasta el día de hoy las mantenemos, aunque igual hemos mejorado algunas cosas, ciertos detalles, pero en sí la base es lo que ella nos dejó.

El emprendimiento de su familiar duró hasta la década del '50. Su término se debió a una enfermedad que llevó a la matriarca de los Zúñiga a dejar por un buen tiempo el delantal colgado. "Mi abuela se enfermó de diabetes y con el dolor de su alma, debió dejar la cocina de lado", comenta Alfonso.

Resurgimiento

En 1980 la empresa nuevamente abrió sus puertas y las máquinas comenzaron a funcionar. "Mis padres se instalaron con la rostisería en Curanilahue. De ese entonces, se comenzó a fabricar con una resolución sanitaria y con todos los permisos habidos y por haber. Ahí mi papá empezó a utilizar todas esas recetas que mi abuela le había enseñado, de todas estas cecinas y le comenzó a ir muy bien", explica.

-¿Desde ese momento participó usted en la empresa?

-No, me vine desde Concepción el 2006, fue recién ese año que decidí meterme en la fábrica. Fue toda una casualidad porque ese año murió mi mamá y me vine a Curanilahue a acompañar a mi papá para que no se sintiera tan solo. Mi idea era estar con él un mes o dos, pero todavía estoy aquí (ríe).

La decisión de echarse al hombro toda una historia no fue fácil. Sin embargo, Alfonso Zúñiga no se arrepiente porque asegura que las cosas las ha realizado bien. "Con mi hermana y mis hijos, ya que con ellos comparto esta empresa, nos sentimos orgullosos. En 2015 Inacap nos dio un reconocimiento como una de las buenas longanizas de la región (del Bío Bío) en una cata que se hizo a ciegas en Concepción antes del 18 de septiembre. Nos reconocieron en la calidad y también en la innovación, ya que es una longaniza bien especial y los productos que hacemos son muy ricos, de muy buena calidad", indica.

-¿Cuál es su secreto?

-En los aliños. Todos los hago yo. Las chicas que trabajan con nosotros me dicen: Don Alonso, necesito aliño para 90 kilos de arrollado. Yo pesco, hago mis aliños y se los entrego. La receta es ultra secreta, solo puedo decir que una de las cosas más importante en todo esto es la cantidad de aliño que le pones a los productos. En un aliño ningún condimento debe destacar sobre otro. Yo no le puedo poner a la longaniza una cantidad exagerada de merquén, porque te va a quedar demasiado picante con el comino. Nada tiene que sobresalir. Todo tiene que ser perfecto.

"La gente al preferirnos nos dice que nuestros productos son exquisitos".

Alonso Zúñiga,, dueño."