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Dictan pena de crimen a buzo que ultrajó a su hija

El joven violó a la menor de apenas 14 años al interior de su casa, después de invitarla a una fiesta.
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Pedro Bárcena González

Dentro del grado solicitado y sin beneficios es la pena que recibió en las últimas horas un buzo, quien violó a su propia hija al interior de su casa, emplazada en el sector alto de la capital chilota. Un furtivo y aberrante ataque que se acreditó por pruebas científicas y la declaración contundente de la afectada.

El chonchino de 34 años fue sentenciado a 5 años y un día de presidio mayor en su grado mínimo por la sala del Tribunal Oral en lo Penal de Castro, presidida por la magistrado Angélica Monsalve.

Tras dos días de audiencia se comprobó la participación del sujeto en el delito perpetrado en marzo del 2014, contra la escolar que apenas tenía 14 años al momento de la agresión, que se consumó al regreso de una fiesta en que participaron ambos. Un verdadero calvario que comenzó a develarse meses después con el relato de la afectada a una compañera, la posterior denuncia y la investigación que sustentó los cargos contra el progenitor de la estudiante.

De acuerdo a lo señalado por el fiscal Luis Barría, la condena "se encuentra dentro del rango que pedimos -7 años de reclusión invocó el persecutor-, pero lo fundamental es que se deberá cumplir de manera efectiva". Incluso, para sustentar este punto el abogado presentó un informe presentencial que descartaba el concurso de una medida intrapenitenciara en favor del joven.

Abono

Además, como explicó el representante del Ministerio Público "se abonarán los cerca de dos meses en que permaneció el acusado en prisión preventiva", durante los albores de la indagatoria. En esta fase de juicio el hombre de mar permanecía con cautelares en el medio libre. Un escenario que no se discutió ante el fallo decretado, todo en espera que quede ejecutoriado.

La defensa, justamente, esperará los 10 días para analizar este dictamen ante un eventual recurso de nulidad ante la Corte de Apelaciones. El abogado Ricardo Oliva, quien representa al hoy sentenciado, había solicitado la absolución, "por la insuficiencia probatoria que no puede desvirtuar la presunción de inocencia. No se puede acreditar la existencia de los hechos ni la participación", enfatizó.

Es más, el profesional destacó en sus alegatos que "falta contrastación de la versión de la menor y los otros antecedentes que se llevaron a juicio".

Asimismo, el propio buzo en estrado declaró que su hija sufría de "problemas de conducta" que habrían gatillado esta denuncia, lo cual fue descartado por los sentenciadores.

Hechos

Los jueces acreditaron que el buzo entró a la cama de la menor, le bajó el pijama y la agredió sexualmente mientras dormía. Al despertar, la víctima repelió el ataque y se escondió en el baño. Meses después reveló todo a una compañera y comenzó la investigación.