Secciones

Carlos Azócar, el joven chilote en la cumbre del rock chileno

Ancuditano toca en una de las bandas más consagradas del país, llevando como estandarte la bandera de su comuna en cada presentación. Este semestre lanzará su primer LP y ya figura en varios videoclips subidos a YouTube.
E-mail Compartir

Eduardo Burgos Sepúlveda

Su sueño está cumpliendo el joven talento ancuditano Carlos Azócar Cárcamo (27), que a fuerza de constancia, estudio y disciplina se ha ganado un espacio entre los grandes del rock chileno.

A fines de mayo todo Chile pudo verlo a través de las pantallas de TVN en la ceremonia de los premios Pulsar, junto a su banda Saiko, entregando uno de los galardones a la música chilena.

Comenzó de muy joven en este arte y, de hecho, en su etapa de enseñanza media (la básica la hizo en la Escuela Anexa y después continuó estudios en el Colegio San Andrés) participó en varias bandas locales, entre ellas Boxer, No Problem y Subalternos.

Saliendo de la media, Carlos emprendió el primer paso hacia la profesionalización de su pasión por la música, yéndose hace 9 años a estudiar esta disciplina a la Universidad Uniacc en Santiago. "Terminé y después estudié dos años en la Universidad Católica y saqué la pedagogía en música, así que tengo ya los dos títulos", advierte.

Luego se dedicó un año a la docencia, impartiendo música desde prekínder hasta cuarto medio. Una etapa que recuerda con mucho cariño. "De ahí renuncié para dedicarme 100% a la música", recuerda.

Clases

"Ahora hago clases particulares, grabo discos, produzco a otras bandas", relata su vida actual "Charlie" (como le dicen en Saiko), pasando de músico amateur, admirador de bandas a mirar a los fanáticos desde arriba del escenario. Entre sus trabajos de producción está el de otro músico ancuditano, Sebastián Molina, que también comienza a abrirse camino.

El ancuditano es maduro en señalar que "mis viejos me enviaron a estudiar para poder ingresar a este círculo, no porque yo creyera que es el único camino para ser músico, porque tengo hartos compañeros que son muy talentosos y exitosos acá y que nunca han estudiado música de manera formal y, en mi caso, primero fue estudiar y aprender".

Círculos

De ahí a entrar a lo que llama "círculo de músicos", en Santiago, fue un cúmulo de experiencias, contactos, idas a conciertos, a tocatas, a pubs, para ir conociendo a un amigo de un amigo, al primo de un primo, etcétera.

"Así te vas dando a conocer y cachan que eres el loco de Chiloé, que es algo que siempre digo en todos lados y la gente me ubica así, como el chilote que acá marca la diferencia; tenemos ese no sé qué que nos distingue", sostiene con orgullo, sin desconocer que le encanta la capital y el nutrido circuito musical.

"Este es un camino difícil, pero el lugar donde lo es menos es en Santiago", recalca.

De las dificultades de la carrera como músico, el guitarrista reconoce que la más fuerte es cumplir las expectativas sociales: "Yo cumplo 30 años en 3 años más y no estoy casado, no tengo hijos, no tengo auto, no tengo casa, no tengo nada, pero tengo mi música, mi guitarra, mis cosas, discos, y es por eso que la mayoría de la gente va quedando en el camino, ya que cuando entré a mi carrera éramos como 120 y nos titulamos solo 6".

"buen chilote"

El joven reconoce que si bien sus padres siempre lo han ayudado, también "como buen chilote, trabajo mucho y de lunes a lunes: si no estoy haciendo clases, estoy componiendo una canción nueva, yendo a ver shows, aprendiendo de otros colegas, conocerlos, preguntarles cómo hacen esto o aquello, cómo logran tal o cual sonido, no quedándome en mi casa a decir que Chile es penca, que es lo más común y no hacer nada", desmitificando de paso la caricatura del rockero, subrayando que el suyo es un trabajo profesional que necesariamente se hace sobrio.

Entre conocer y conocer gente, "por Facebook una vez hablé con un loco que era de Curicó, Federico Quiroga, al que le conté que yo era de Chiloé y quiso ir a tocar allá y lo invité a mi casa, conoció a mi familia y luego él me invitó a Curicó. A él le empezó a ir bien y llegó a ser productor del 'The Voice' (Chile, en Canal 13) y como vio mi trabajo que era bueno y habíamos hecho buenas migas, cuando le faltó un músico me llamó a mí", relata, añadiendo que "es muy importante la suerte en esta carrera, pero también tienes que estar preparado cuando te llega la oportunidad".

Esguince

Lo de Saiko, lo explica indicando que "un amigo que conocí por Facebook me invitó a tocar y él estuvo un mes con un esguince de mano y me mandó como su reemplazo en las bandas The Saloon y Super Nova, y toqué en tres o cuatro shows por él, y en una de esas presentaciones trabajamos con el manager de Saiko de esa época, que me contó que a la banda se la había ido el guitarrista".

Luciano Rojas, el manager de Saiko y en algún momento de La Ley, llamó a Carlos para juntarse y ahora ya es integrante de la agrupación. De hecho, participó en el último disco con ideas, con su guitarra. "Ha sido un año y medio de crecimiento máximo", expone, trayendo al recuerdo presentaciones de mil hasta 40 mil personas, como sucedió en la última Gran Cumbre del Rock Chileno.

En cada uno de esos conciertos Carlos aparece con su guitarra y la infaltable bandera de Ancud, que orgullosamente cuelga de alguna parte del escenario. "Yo me vine de Chiloé con mi gualato a hacer mi huerta y ahora está dando sus frutos", reflexiona.

Suma: "Ese mismo día, en el Cumbre del Rock tocó después Jorge González en su despedida y él es uno de mis grandes ídolos y fue muy emotivo verlo ahí tocando, en el mismo escenario".

El siguiente paso de "Charlie" es sacar su primer disco de solista en octubre y otro de Saiko que también sale el segundo semestre. De su producción personal tiene varios videos ya circulando en YouTube.

Un sueño por cumplir para Carlos Azócar es tocar en Ancud, tal como lo hizo el grupo de Denisse Malebrán años atrás en el escenario de Arena Gruesa. "Mis compañeros, como saben que soy de Ancud, quieren ir a tocar allá, porque saben que hay un cariño especial por mi trabajo y por redes sociales siempre les agradezco el cariño a la gente de allá", recalca el artista que nunca olvida sus raíces.

"La gente me ubica así como el chilote que acá marca la diferencia".

Carlos Azócar,, músico ancuditano."

"Es muy importante la suerte en esta carrera, pero también tienes que estar preparado cuando te llega la oportunidad".

Carlos Azócar,

guitarrista de Saiko."