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Tiradura de casa deleitó a un centenar de asistentes

Con bueyes y maquinaria pesada fue trasladado un inmueble en el sector rural de Llicaldad.
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Carolina Larenas Faúndez

Pese al frío y la lluvia que caía de forma intermitente, las tradiciones chilotas siguen llamando la atención de los visitantes y también de los vecinos. Eso fue lo que se vivió ayer en una tiradura de casa que se concretó en la localidad de Llicaldad en Castro y que coincidió con la segunda jornada y cierre del vigésimo tercer Yoco Chilote.

Si bien algunos preparativos para trasladar el inmueble que corresponde a una bodega se realizaron en las jornadas previas, durante la mañana dominical se evaluaron los últimos detalles para emprender el desafío que inicialmente realizarían tres yuntas de bueyes, pero que finalmente no fueron capaces de iniciar la faena.

Por ello, tras una evaluación se decidió comenzar la tiradura con maquinaria pesada, la que posteriormente fue sustituida por la tracción animal, ya que se sumaron dos yuntas.

De acuerdo a lo explicado por el encargado de la Oficina de Turismo del municipio castreño, Héctor Caripán, lo de ayer fue una actividad propia de la provincia y respondió al traslado de un inmueble que adquirió un vecino del sector y que debía trasladarlo hasta su propiedad.

"Lo que nosotros hicimos como municipio así como una forma de minga fue ayudarlo con la maquinaria y también hacerlo coincidir con el yoco para que la gente pudiera disfrutar de estas dos tradiciones de la provincia", señaló el funcionario.

Proceso

En este sentido, Caripán sostuvo que "primero la minga se realizó con máquinas porque la casa era más pesada de lo que inicialmente se había pensando, luego cinco yuntas la tiraron por cerca de 250 metros para que finalmente la faena terminara también a cargo de la maquinaria".

Además, expuso que "lo relevante de esto es que todo fue organizado por un vecino que tenía que sacar la casa de donde estaba y pidió ayuda a la comunidad y al municipio. Nosotros esperábamos que llegara cerca de un centenar de personas a ver esta faena y el número fue más o menos ese y después se pasaron al yoco".

Una de las personas que llegó a presenciar este trabajo colaborativo que caracteriza a los chilotes fue Rodrigo Ruz, quien desde hace poco tiempo reside en la provincia.

"Encuentro que estas cosas vienen a rescatar las raíces de la Isla y lo mejor es que se mantienen durante el tiempo y enseñan a los chiquillos más jóvenes y también a las familias como es la vida acá en la Isla", mencionó.

El santiaguino Pablo Zúñiga, también llegó hasta Llicaldad para ser parte de esta faena. "Por razones laborales estoy acá y aprovechando de vivir esta experiencia que no siempre se ve durante el año, entonces también estoy compartiendo con los amigos y colegas para ver esta tiradura de casa que es una novedad para nosotros conocer estas fiestas costumbristas acá en la Isla", acotó.

5 fueron las yuntas que finalmente corrieron por cerca de 250 metros la estructura.

Yoco castreño cumplió con sus objetivos de venta de comidas típicas de la temporada invernal

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Una positiva evaluación dejó la vigésima tercera versión del Yoco de Llicaldad que se vivió en esa localidad castreña durante el fin de semana.

Ocho fueron los chanchos faenados este año para preparar las comidas típicas de la época invernal en la provincia y si bien no hubo una gran aglomeración de personas debido a lo reducido del fogón, muchos fueron a buscar sus yocos, lo que permitió cumplir con las expectativas de ventas.

Así lo indicó el encargado de la Oficina de Turismo Municipal, Héctor Caripán, quien valoró que todas las fiestas costumbristas que se realizan en la comuna son organizadas por las comunidades de los distintos sectores.

"Es por eso que no pueden ser más grandes, ya que son los mismos vecinos los que se organizan y preparan las fiestas", señaló el funcionario.

Caripán sumó que el 13 de agosto se realizará en Coihuinco otra celebración invernal.