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Reos aprenden el oficio de empaste de libros en Ancud

Ayudar a la reinserción de los internos del Centro de Detención Preventiva de Ancud es uno de los objetivos de la unidad. Dos reclusos salieron favorecidos para participar de este particular taller que les permitirá reunir recursos.
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Nelson Soto Asencio.

Para algunos reos del Centro de Detención Preventiva (CDP) de Ancud que generalmente muestran un buen comportamiento, el deseo de aprender algún tipo oficio o estudiar para culminar su enseñanza básica, media o dar la PSU, es el camino de escape que tienen para matar las largas jornadas que deben estar encerrados para cumplir sus sanciones.

En la unidad penal de la comuna del Pudeto hay un permanente trabajo de apoyo a los reclusos en capacitación, es el caso de dos internos quienes aprendieron el antiguo oficio de empaste de cuadernos y libros, taller que duró cerca de 10 horas, dictado en forma gratuita por el vecino de esta ciudad, José Ulloa Paredes, quien lleva más de 25 años en este oficio.

Técnicas

Según explicó el instructor, al empastar se busca confeccionar las tapas duras para el encuadernado, en otras palabras, es una pasta dura como tiene la biblia. También existen diferente formas de material para forrar las tapas, tales como cuero, biocuero, papel, plástico, cuero sintético, percalina y cuerina, todos ellos conforman diferentes materiales e insumos para el forrado correcto y de calidad de empastados para libros contables, enciclopedias, biblias, archivos, tesis y libros en general.

Pero antes del empaste, los reos debieron aprender a encuadernar, vale decir unir las hojas y para ello, también existen diferentes métodos y técnicas para hacerlo, como el engrampado, encolados, tipos de cocidos como el rústico, alagreca, chino o cocido diente perro.

En este sentido, los internos ya cuentan con el conocimiento adquirido luego de desarrollar el taller, lo que le permite reparar sobre todo los libros antiguos que ya están rotos por el pasar del tiempo, fabricando una tapa nueva, dejando impecable el producto.

Según comentó José Ulloa, cada alumno tuvo que proceder al arreglo de varios libros y crear cuadernos colocando tapaduras con cartón piedra y vinilo (papel que va sobre la tapa del libro), y también crear la contratapa.

"Ellos aprendieron parte de lo que es encuadernación, lo mismo se hace con la reparación de libros antiguos que están deteriorados. Ellos están aprendiendo esa parte y creo que están bastante avanzados a pesar de que ellos tuvieron diez horas de capacitación. Cada uno de ellos hizo cuatro libros y más encima 'resucitaron' cinco libros. Me entregaron solo las hojas sueltas y el resto fue todo hecho por ellos, los internos que compraron el producto para armar el libro", puntualizó.

Añadió el chilote que para empezar a realizar un empaste y para que vaya quedando como corresponde, como mínimo son tres horas, luego y a medida que se va adquiriendo la práctica resulta más sencillo y se ocupa menor tiempo. La idea, según aseveró, es que ahora los internos puedan ofrecer sus servicios a la comunidad y que las personas que necesiten de la reparación de un libro puedan llegar al CDP.

"Como en el segundo o tercer libro ya comenzaron a realizar mejor el trabajo y en menor tiempo. Con respecto a este oficio no sé si habrá más empastadores de libros aquí en Ancud, por lo que yo sé, creo que soy el único en Ancud que estoy haciendo este trabajo. Pero ya tengo 22 años trabajando en eso", acotó el monitor.

Agregó que "vine acá (centro penitenciario) por hacer un gesto del sargento Millao que me invitó para que venga y gracias al señor alcaide (Gonzalo González) de Gendarmería Ancud me dieron la posibilidad compartir este oficio con los internos que hay acá".

En tanto, el interno Iván Agustín se mostró complacido que se le otorgue una oportunidad de adquirir un oficio que con el pasar del tiempo se está perdiendo y nadie quiere aprender, exceptuando ellos. "Esto es muy bueno para nosotros porque nos va a servir para que podamos ganar un poquito de dinero para darle a mi familia, a mi hija y a mi señora. No es tan difícil porque nos encontramos con un maestro que nos enseñó bien y nos fue bien en todo lo que hicimos", subrayó.

Añadió además que "aprendí a hacer el empaste, se hace un libro lleva una medida que tiene que ser todo a punto, no hay como perderse. Esto me permitirá juntar unos recursos y ayudar afuera a mi familia", reiteró.

Cambio

Misma opinión también tuvo César Palma, el otro alumno que cumple condena en la cárcel de Ancud y que quiso dar un giro a su vida aprendiendo esta técnica para juntar recursos económicos.

"No sabía que se hacía esto (empastado). Es muy bueno aprender porque nosotros tenemos la posibilidad de trabajar en artesanía, mueblería. Esto para nosotros fue bueno porque es algo diferente, más limpio y se pueden ganar hartas luquitas en este trabajo", puntualizó.

Apuntó la misma fuente que "de chico mi papá era bueno para mandar a arreglar libros o hacer este tipo de trabajo, pero nunca pensé que yo lo podía llegar a realizar. Lo que más me costó fue colocarle la tapa al cuerpo del libro. En la vida uno siempre puede aprender cosas buenas y cosas prácticas para poder ganar un poquito más de plata".

En tanto, el capitán González, jefe de la unidad penitenciaria del norte de la Isla, valoró que los internos puedan optar al aprendizaje y capacitación del algún oficio, ya que es una herramienta que les permitirá crecer como persona y pueden obtener algún dinero para sus gastos personales y para su familia.

El oficial relató que la iniciativa de capacitar en empaste de libros nace producto que los funcionarios de Gendarmería, muchos estudian y por esa razón deben empastar sus tesis y justamente trabajan con el vecino José Ulloa, el que capacitó a los internos.

"Le hicieron la mención a don José si estaba dispuesto a entregar sus conocimientos y el mostró la verdad una tremenda disponibilidad y uno agradece que quieran entregar los conocimientos a los internos. Así se dio inicio a esto, mostró su disponibilidad, vino a la unidad sin ningún costo, solamente entregar una herramienta más a los internos", acotó.

Añadió el alcaide que como institución dieron las garantías para que el taller resulte lo mejor posible y también se buscó dos internos para capacitarse, obviamente cumpliendo con los requisitos que corresponde para estos casos.

"Empaste y encuadernación son los conocimientos que él entregó, fueron diez horas aproximadamente donde ellos tomaron este conocimiento, aprendiendo bastante bien esta modalidad, que como dijo don José se está perdiendo un poco o muchas veces no se tiene el conocimiento de quién pueda realizar esta labor", expresó el uniformado.

Respaldo

Sin embargo, no tiene sentido que los reos aprendan si la comunidad no los apoya, en este sentido, el capitán González solicitó a los vecinos que necesiten de recuperar algún libro que tenga problemas con sus tapas o requieran para sus tesis, acercarse a la unidad para que los dos reos puedan ejercer el oficio recién aprendido.

En el CDP se encuentra habilitada una casa de artesanía donde los internos, no solo de este curso de empastados, sino aquellos que también realizan trabajos de artesanía, exhiben sus productos de buena calidad y a muy buen precio.

Además se puede ir a la unidad y realizar algún encargo de un mueble que se necesite para el hogar.

"Nuestro objetivo es lograr también una reinserción a la sociedad de los reos y se puede, por eso nosotros le damos la posibilidad y esperamos que la comunidad ayude", dijo el jefe del penal.

"Ellos (reos) aprendieron parte de lo que es encuadernación".

José Ulloa, empastador."