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Estudio revela la vulnerabilidad que enfrentan islas interiores

Falta de trabajo, alta migración de los jóvenes, la imposibilidad de trabajar el mar porque está concesionado a las grandes empresas acuícolas y la nula regularización de sus tierras, son parte de los problemas de estos isleños.
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M. Eugenia Núñez G.

Treinta y ocho islas del mar interior de Chiloé, territorio que comprende desde Calbuco por el norte y Quellón al sur, incluyendo el grupo Desertores, fueron objeto del estudio "Crisis del hábitat insular", desarrollado por la Fundación para la Superación de la Pobreza. Una indagatoria que revela el grado de vulnerabilidad, aislamiento, pobreza y envejeciminto al interior de estos territorios.

La investigación analiza la realidad de las familias que viven en estas ínsulas. Se trata de agricultores, pescadores, recolectores que ven cómo su modelo de vida tradicional se transforma en un obstáculo para interactuar con la modernización del Archipiélago, cuya invisibilización llega al grado de diluirse en las estadísticas continentales.

Para el desarrollo de este estudio se aplicaron entrevistas semiestructuradas, focus group y cartografías participativas en 14 islas de las provincias de Llanquihue, Chiloé y Palena. En el caso chilote se visitaron Tac, Caguach, Chaulinec, Chaullín y Quehui. Sin embargo, la información secundaria compilada da cuenta de 38 islas en total.

Entre los resultados logrados en un año de investigación, se contempla los bajos ingresos autónomos de las familias del mar interior, cuyo promedio es de $279.304, la mitad del promedio regional que alcanza los $593.000.

"La pobreza de las islas no puede ser entendida como la que conocemos en el continente, aquí las personas pese a contar con menos dinero, producen sus propios alimentos", indica Ricardo Álvarez, director de la investigación.

Problemas

En este mismo apartado, el antropólogo asegura que uno de los grandes problemas que han encontrado las familias de estas áreas, es que muchas no son dueñas de las tierras en que habitan, que no cuentan con sus títulos de dominio y que además el mar tampoco lo pueden trabajar.

"Les cuesta mucho acceder a concesiones acuícolas, por lo mismo es una barrera que les impide trabajar. Otro problema que han debido sortear para salir de la pobreza son las oportunidades laborales, pues muchos de ellos al salir de sus islas no logran un empleo por no contar con cuarto medio", afirma el investigador.

Pese a lo anterior una figura que los isleños vislumbran con expectativa son los Ecmpo (Espacio costero marino de pueblos originarios) pues les permitiría asegurar el acceso libre a sus espacios de vida y trabajo tradicionales.

"El problema con esto es que existe mucha desinformación y campañas que tiñen esta oportunidad como una amenaza, en lugar de advertir que podría ser una alternativa para recuperar los derechos vitales de estas personas", aclara Álvarez.

Otro de los indicadores dan cuenta de los rubros productivos. Mientras un 40 por ciento realiza labores agrícolas, un 22% es recolector de algas y 7% es operario de salmonera. También figuran los pensionados con un 10%, carpintero con un 5%, pescador artesanal con un 11%, buzo un 4% y constructor de rivera con el 1%.

Sin embargo, pese a la movilidad de oficios que existió por años, hoy algunas ínsulas se están envejeciendo y enfrentando un nuevo problema: la falta de jóvenes, quienes en busca de una mejor calidad de vida, están dejando su terruño a más corta edad.

"Todos los jóvenes se están yendo a mayor velocidad y sin pensar en volver, el promedio de edad es once años cuando terminan sexto básico, los pocos que vuelven son aquellos en cuyas islas hay áreas de manejo, increíblemente esto último está generando comunidad, en tanto donde no hay áreas de manejo las islas están envejeciendo", asegura el profesional.

Minga

En cuanto a lo cultural, el estudio refleja que pese a que muchas costumbres se mantienen, otras como la minga han ido desapareciendo, entre otras cosas porque la movilidad de los isleños ahora es unidireccional (entre su isla y el poblado más cercano) gracias al subsidio marítimo que muchos valoran, por ende la vida comunitaria entre islas vecinas se ha ido perdiendo.

Entre las conclusiones que figuran en el estudio se encuentra la sensación de desprotección en que se sienten estos habitantes.

"Muchos de ellos saben que están en una situación de tremenda vulnerabilidad. Antes sentían que el mar, la playa y la tierra era de ellos, hoy saben que sin título de propiedad no son dueños de la tierra e increíblemente muchas islas tienen propietarios que son de afuera, lo mismo pasa con las concesiones marítimas", señala Álvarez.

A ello se agrega que la migración, a pesar de los "adelantos" que el Estado les ha brindado como rampas y luz, no se ha logrado frenar.

"Un hallazgo que debe ser confirmado es que, en general, se observa un paisaje insular envejecido. Sin embargo, notamos que en aquellas islas en las que existen comunidades de pescadores activas y con áreas de manejo en funcionamiento, había más niños que en aquellas donde esta actividad estaba debilitada", dijo.

Otro punto es la falta de trabajo, con actividades que permitan de forma estable, asegurar el mantenimiento de la vivienda y la educación de sus hijos.

"Es preciso tener en cuenta que se las puede colmar de infraestructura, pero si no se asegura la sustentabilidad de sus habitantes comenzará a surgir un paisaje del que ya podemos dar cuenta: algunas islas ya tienen una costanera asfaltada, un muelle moderno, luz eléctrica y otros servicios… pero es un paisaje silencioso, en el que no se observan personas y no se escuchan las voces infantiles de antaño", concluye el estudio.

"Hoy vemos una pobreza equipada con rampas y luz, pero la gente por una extraña razón no se siente feliz".

Ricardo Álvarez,, antropólogo."

Valoración

Como un insumo valioso para la concreción de iniciativas con participación ciudadana, calificó el estudio el alcalde de Queilen, Marcos Vargas (DC). "Pese a que aún no cuento con el estudio, si valoro que se realice una investigación de este tipo de nuestras islas, sin duda será una herramientas muy importante para los municipios chilotes que nos ayudará en la creación de proyectos con pertinencia", dijo el edil, quien señaló que su comuna posee la isla Acui donde viven 30 familias e isla Tranqui cuya población incluye 182 familias.

40% de los habiantes de las islas interiores se dedica a las labores agrícolas.

38 ínsulas desde Calbuco al norte hasta Quellón al sur, fueron parte de esta investigación.

11 años es el promedio de edad que los niños abandonan sus islas, muchos no regresan.