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Cómo pueden ayudar los docentes

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Ofrecer seguridad

Lo primero que los docentes deben hacer en la sala de clases es crear un ambiente seguro para los niños que tartamudean. La fonoaudióloga Claudia Figueroa afirma que "es necesario dar el espacio y los tiempos necesarios para iniciar y terminar sus intervenciones comunicativas; no interrumpir las interacciones verbales de los menores, sobre todo de los que tartamudean, por muy incómodas que parezcan. Su sentido de competencia se afecta si son coartados en sus posibilidades verbales".


No le diga "tranquilo" a un niño

Los profesores deben evitar frases como "tranquilo", "respira antes de hablar" o "dilo más relajado". Los niños que tartamudean no lo hacen porque están nerviosos, es su sistema neurobiológico el que desencadena la dificultad y empeora con la presión del entorno, además de mal interpretar lo que padecen. La psicopedagoga Montserrat Sepúlveda añade que "en el caso de los pequeños que son inseguros, es necesario que tengan un profesor que les dé confianza y que exija que el resto de los compañeros respeten la disertación".


Respetar su idea, sin imitarlo

Finalmente, Figueroa afirma que "una ayuda para los menores que tartamudean y que favorece su desempeño es que, una vez que logre una expresión de ideas, el adulto modele la expresión desde su significado y no desde la forma (como lo dijo). Por ejemplo, es útil enunciar 'ah, tú me dices que…', 'ok, entonces tu opinión es…'". De la misma forma, con los niños que son más tímidos. Es importante demostrarles interés en lo que están exponiendo y asentir ante sus palabras, para que sientan que lo están haciendo bien.

[psicología y salud]

Siga estos consejos si su hijo tartamudea al exponer en público

La seguridad es fundamental para hablar ante una audiencia. Para lograrla, es importante el reforzamiento que entregan los papás y también el apoyo que entrega el profesor. Fijar la vista en una persona de confianza, puede servir.
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Pamela Serey A. - Medios Regionales

Exponer en público es una misión compleja para cualquiera, pero es más difícil para aquellas personas más tímidas y, también, para los pequeños que se inician en ese tipo de aventuras verbales.

A algunos se les traba la lengua en estas situaciones y comienzan a tartamudear. De acuerdo a estimaciones recabadas por la Universidad Andrés Bello, "un 2% de la población padece de tartamudez".

Dado esto, cada vez hay más preocupación por solucionar este tema, tanto si se trata de un fenómeno acotado a presentaciones en público como si es algo que afecta a toda hora.

"Para la National Stuttering Association (NSA) la tartamudez es un desorden de la comunicación, lo que significa que los niños y personas que tartamudean, no solo tiene sintomatología en su producción verbal, sino que se compromete de modo importante y central, su posibilidad y capacidad de comunicarse cómodamente con su entorno más cercano", dice Claudia Figueroa, académica de la Escuela de Fonoaudiología de la Universidad Andrés Bello.

Una vez que se identificó el problema, añade, lo que se debe hacer es acudir a un especialista: "Se hace necesario no solo tomar conciencia de la necesidad de abordar esto, por medio de un tratamiento fonoaudiológico y muchas veces un equipo médico variado, sino que también de situar el tema en el lugar en que los niños pasan la mayor parte del tiempo y generan la mayor demanda de interacciones comunicativas, el colegio".

¿Qué hacer?

La experta sostiene que "un niño con tartamudez no es un menor que debe ser aislado o marginado en tareas como contar historias, responder, exponer sobre temas diversos o dar cuenta de sus intereses entre sus compañeros y profesores. Es un menor que, por el contrario, debe ser acompañado desde la contención y, progresivamente, con el uso de estrategias terapéuticas en el logro de estas tareas de manera eficiente".

Recomendaciones

La profesional precisa cómo debe ser abordada la situación en el colegio, a través de una adecuada terapia. "Podrán tomarse más tiempo, hacer exposiciones más breves, prepararse anticipadamente para los requerimientos, pero al menos sus ideas, sentimientos, conocimientos y argumentos serán escuchados. El aula se transforma, entonces, no solo en un recurso terapéutico, sino también en un recurso emocional para los niños que tartamudean, pues pueden generar transformaciones de su constantemente apaleado sentido de competencia comunicativa y, a la vez, ser un medio que los acompaña y contiene desde sus necesidades".

Mirar a una persona

Un tip que entrega la psicopedagoga Montserrat Sepúlveda para un niño que va a exponer "es buscar siempre dentro de la sala a gente que sea de confianza del niño, puede ser un amigo o el profesor y mirar solamente a esa persona.

"Con eso se sentirán más seguros", recalca.

Adelantar el panorama

La especialista agrega que es necesario explicarles a los niños todas las situaciones a las que se pueden enfrentar en una exposición.

"Hay que decirles que hay gente que sin respeto, que no presenta interés por la exposición y decirles que, frente a eso, no se tienen que amargar. Que es normal y que, si se preparó y se dedicó, el nervio es normal", asegura Montserrat Sepúlveda.

Exponer antes de...

Llegar preparados a una exposición ayudará a tener más confianza al momento de hablar, dicen las expertas.

Para lograrlo, en la casa se puede ensayar antes la presentación.

La psicopedagoga recomienda hacerlo "disertándole a los papás". "Se puede agregar material de apoyo pero, por sobre todo, hay que explicarles que busquen que expongan a esa persona de confianza", insiste la directora del after school Mi Casa Club.

"Buscar siempre dentro de la sala a gente que sea de confianza del niño, puede ser un amigo o el profesor, y mirar solo a esa persona. Se sentirán más seguros".

Montserrat Sepúlveda,, psicopedagoga."