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Remozada feria castreña abrió al fin sus puertas al público

Tras más de tres años y medio en un recinto provisorio, los locatarios del ex Mercado Municipal Chiloé volvieron al sector alto de la ciudad a ocupar la nueva casa que los cobija desde ayer.
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Carolina Larenas Faúndez

Después de tres años y seis meses, los feriantes del Mercado Municipal Chiloé de Castro, ahora rebautizado como Feria Alcalde José Sandoval, retornaron a su lugar original, el sector alto de Castro, a las nuevas dependencias que cobijan a la también conocida como Feria Yumbel.

Una inversión superior a los 3 mil 300 millones de pesos aportados por el Fondo Nacional de Desarrollo Regional (FNDR) representó el proyecto de reposición del antiguo recinto, iniciativa que vivió una serie de inconvenientes en su ejecución hasta que finalmente se hizo realidad.

Más de 4 mil 300 metros cuadrados componen la estructura que fue construida por la empresa Sociedad Constructora Polonesa Ltda. y que considera 350 puestos de pescadería, verdulería, chacarería, vestuario y feria libre campesina.

Si bien aún no hay una fecha establecida para la inauguración oficial de la nueva feria, en la mañana de ayer y tras dos días que se extendió el traslado desde el recinto provisorio ubicado en el calle Lillo, los feriantes abrieron las puertas de sus nuevas dependencias.

Aunque inicialmente las faena de reposición de la Feria Yumbel se extenderían un poco más de un año, los locatarios debieron enfrentar una serie de sinsabores, los que se extendieron por cerca de 4 años, ya que inicialmente el proyecto fue adjudicado -en septiembre de 2013- a Constructora Atacama S.A, empresa que en julio de 2014 abandonó los trabajos.

Con una demanda en su contra parte de esta firma, el municipio realizó una nueva licitación de las obras, la que fue declarada desierta, tras lo que se debió efectuar una revaluación del proyecto y solicitar un aumento de presupuesto al Consejo Regional de Los Lagos.

En julio de 2015 el pleno del ente colegiado aprobó $656 millones adicionales para la ejecución de esta iniciativa, concretándose una nueva licitación que se adjudicó Polonesa.

De acuerdo a lo explicado por el alcalde de Castro, Juan Eduardo Vera (UDI), esta es una iniciativa iniciada en la gestión municipal anterior y que como nuevas autoridades les correspondió ver finalizar.

"Hoy (ayer) iniciamos su funcionamiento y en coordinación con el municipio, la Intendencia, Gobierno central y los locatarios definiremos próximamente la fecha definitiva de inauguración", expuso el jefe comunal.

Aunque el fin de semana se concretó el traslado de los feriantes al nuevo local, días antes los locatarios comenzaron a difundir a sus clientes habituales y también a algunos operadores turísticos de Lillo que ayer comenzarían la atención en su remozada casa, en el mismo lugar donde estuvo la demolida Feria Yumbel, recinto que en el 2011 sufrió un incendio.

Si bien durante la mañana algunas personas todavía afinaban los detalles de su nuevo puesto, en general coincidieron que el recinto considera las necesidades de cada uno de ellos y también les permite entregar un mejor servicio a los usuarios.

De esta forma, el nuevo edificio cuenta con 34 locatarios en la sección pescadería, 70 en frutas y verduras y otros 140 espacios para la feria campesina. Además, en el segundo piso están ubicados 25 feriantes de ropa y vestuarios y cinco cocinerías.

Según lo indicado por César Zambrano, administrador de la feria, el horario de atención de 8 a 20 horas todos los días, sumando que el proceso de traslado se extendió durante dos semanas, el que culminó el fin de semana con las últimas ventas en el recinto provisorio de Lillo.

"La feria cuenta con el más moderno equipo de frío para salvaguardar los productos más sensibles como los pescados y mariscos. Tenemos una cámara de frío que funciona a -5 grados y una planta de producción de hielo a escamas", relató.

Sergio Raimonte fue una de las personas que la mañana de ayer recorrió las nuevas dependencias de la feria municipal castreña.

Visitante

"Encuentro muy bonita la feria, yo conocí la otra y esta la encuentro muy linda. Me ha llamado la atención las cocinerías, pero el resto también está lindo", afirmó el vecino quellonino que apenas supo de la apertura decidió visitar junto a parte de su familia el mercado.

A su vez, Alicia Obligado, directora del Sindicato de Frutas y Verduras, señaló que "nosotros empezamos el cambio hace dos días, estuvimos una semana arreglando y ahora ya fue abierta la feria para el público y para nosotros que era un cambio radical, un cambio muy lindo".

Con más de 45 años como locataria, Carmen Cárcamo, es una de las comerciantes más antiguas de la ex Yumbel.

"Aquí estuvimos 20 años y después nos fuimos abajo (Lillo) y en mi vida he pasado por cuatro ferias, pero antes era pura calle en puras carpas de lona, pero esto es lo que mejor de todo que hemos tenido", afirmó.

Igualmente, Cecilia Pérez, de la sección de ropa y vestuario, sostuvo que "cuando nos fuimos de acá pensamos que no íbamos a vender, pero abajo fue todo lo contrario, igual en esos tres años y algo que estuvimos nos acostumbramos, ahora se nos hizo difícil volver de nuevo acá arriba".

Desde las 0 horas de ayer el recinto provisorio quedó en custodia de la empresa que construyó la feria, ya que el contrato termina con el desarme y traslado a talleres del material de la estructura ubicada en calle Lillo. Si esto no ocurre en un plazo de 10 días, el municipio puede contratar otra firma para realizar estas faenas con cargo a las boletas de garantía.

Polonesa es la misma firma involucrada en las faenas del Cesfam de Dalcahue (ver pág. 5).

"Aquí estuvimos 20 años y después nos fuimos abajo (Lillo) y en mi vida he pasado por cuatro ferias".

Carmen Cárcamo,, locataria del recinto."

Valoran apertura de la nueva "casa"


Juan Eduardo Vera, alcalde de Castro

"Quiero felicitar a los locatarios y distintos sindicatos por la lucha que durante años dieron para lograr tener un espacio digno donde atender y vender productos de calidad a nuestros vecinos y turistas. Nuestra comuna sigue en la senda del progreso, trabajando todos juntos, sin egoísmos", relató.

"Encuentro muy bonita la feria, yo conocí la otra y esta la encuentro muy linda, está todo bien".

Sergio Raimonte,, vecino de Quellón."


Alicia Obligado, dirigenta del sindicato verdulero

"Está todo muy lindo, pero lo que nos faltó fue la inauguración que la gente esperaba, al menos yo igual lo creía y pensé que si abríamos nuestras puertas al público tenía que haber una bendición para empezar bien, con algo bonito porque la gente a eso vino, pero lamentablemente no fue así", sostuvo.


Cecilia Pérez, del puesto 7 de la galería de ropa

"Estamos muy contentos de haber vuelto a nuestra casa, esperamos que tengamos harta venta. Estamos vendiendo más que nada tejidos chilotes y también poniendo accesorios, madera, artesanía y esperamos tener buena acogida por parte de los cliente porque abajo nos hicimos hartos clientes", manifestó.


Angélica Cárdenas, artesanía chilota

"Gracias a Dios nos fue bien abajo, estamos conformes, yo tengo el negocio de mi papá y mi mamá que son los feriantes más antiguos, hemos pasado por distintas ferias y esto está todo muy bonito, estamos contentos, lo esperábamos con ansias y aunque ha estado lento, esperamos que la gente venga", afirmó.


César Zambrano, administrador del recinto

"El proceso de cambio se realizó con acuerdo a los tres sindicatos que existen en el interior de la feria, además de los representantes de la directiva de los agricultores y se definió el mejor momento para que ellos se trasladaran al nuevo recinto, haciendo la última venta el fin de semana en Lillo", manifestó.


Raquel Remolcoy, del puesto 9 de pescaderías

"Estoy emocionada porque no esperaba tener un puesto tan digno para trabajar, atender público, eso nos hacía falta. Yo tengo más de 40 años en feria y nunca habíamos llegado a tener algo tan hermoso. Yo no vine nunca a ver las obras hasta que me entregaron mi puesto y esto es mucho mejor", relató.

3.339 millones de pesos del FNDR representó la reposición de la Feria Yumbel.

3 años y medio estuvieron los locatarios en un recinto provisorio.

4.300 metros cuadrados tiene el edificio que fue construido por la empresa Polonesa.

350 son los puestos para pescadería, verdulería, chacarería y la feria campesina.