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Comunidad reconoce el legado social que deja "Jacqui" entre las chonchinas

Como una mujer de esfuerzo y dedicación califican a la víctima de este homicidio.
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Pedro Bárcena González

En busca de nuevos rumbos llegó a la Isla Jacqueline Oliva, en abril del 2004. Junto a sus dos hijos pequeños emprendió la tarea de salir adelante. Chiloé la acogió con los brazos abiertos, pero en esta misma tierra encontró su muerte. Sin embargo, los fuertes lazos que creó mantendrán su legado bajo la gran pasión que forjó, la vida y ayuda social.

Tal como recuerda su hija Marina Núñez, desde el primer momento "sentimos muy buena acogida de los chilotes". Primero en su arribo a Puqueldón, como su traslado a Huicha y su posterior llegada a Chonchi urbano, donde de inmediato potenció el contacto con la comunidad.

"Fue una mujer completamente entregada en lo que hacía", indica la joven, a lo que agrega Fresia Contreras, quien fue una verdadera hermana para la "Jacqui", que siempre estuvo dispuesta a colaborar, valiente y alegre, con el resto.

Amigas y hermanas

Con una amistad de más de 23 años, estas dos pobladores vivieron múltiples peripecias. Ambas sufrieron problemas familiares, pero sin amilanarse decidieron buscar nuevos horizontes. Dejaron Lirquén, donde vivían, para trasladarse el 2004 con sus hijos a Lemuy.

"Yo llegué a trabajar en los salmones y ella en una panadería. Siempre juntas, a ojos cerrados nos fuimos para encontrar nuevos rumbos. Ella no se halló mucho en Puqueldón y tras dos años se fue a Chonchi", indica Fresia, sumando que en ese instante potenció su espíritu social.

"Demostró todo su liderazgo presidiendo la Agrupación de Mujeres Jefas de Hogar, la cual comenzó a funcionar de manera autónoma tras finalizar un programa con la municipalidad", acota la fuente, agregando que "el gran legado que dejó es este grupo, siendo su sueño contar con una sede para que nos reunamos, lo cual estaba gestionando".

Quien también conoció toda la entrega y energía de Oliva fue Fernando Andrade, con quien trabajó en un autoservicio y en la panadería Walclais, de calle Presidente Kennedy de Chonchi.

"Nos conocimos en una empresa que presta servicios pesqueros y luego ella atendía el autoservicio que inicié hace ocho años. Siempre fue una mujer fuerte, de mucho esfuerzo. Ella me apoyó en momentos difíciles y ahora todos estamos sorprendidos e impactados con su muerte", enfatiza.

Lazos

El dolor por esta pérdida es profundo en todos quienes conocieron a la "Chica", como también llamaban a la vecina. Así lo manifiesta Carola Chamia, quien por más de 15 años forjó lazos con quien fue una de sus más cercanas amigas.

"Nos conocimos por el tema social", expresa la también concejal, añadiendo que buscó salir adelante realizando diversos trabajos y nunca descuidando a su familia como la labor comunitaria. Mayor impacto siente al recordar una de sus últimas conversaciones, donde la encontró feliz y motivada con un nuevo emprendimiento.

"Se había comprado implementos para hacer sus tortas, dulces y empanadas, las que vendía a locales. Estaba feliz porque le estaba yendo bien, esperando a postular a proyectos el próximo año. Eso era fruto de su trabajo, alegría y esfuerzo, pero sucede este crimen que termina todo este sueño de un momento a otro", comenta la decé.

El cuerpo de la víctima está siendo velado en la Iglesia Metodista Pentecostal de Chonchi, donde la comunidad puede despedir a esta querida vecina.