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Furpach y Conaf discrepan sobre el estado de la palma chilena

La fundación cree que la petición de reclasificación a especie en peligro de extinción no se condice con el incremento de la reproducción de nuevos palmares en los últimos veinte años.
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Mirian Mondaca Herrera. - La Estrella de Valparaíso

El sol lentamente comienza a hacer de las suyas en Valparaíso, y la región nuevamente entrará en un estado de alerta si se trata de incendios forestales. Cada verano aparecen con más frecuencia y causan estragos en distintos lugares de la zona, con pérdida de infraestructura y vegetación nativa.

Precisamente este último aspecto es uno de los que preocupa en la Corporación Nacional Forestal (Conaf) por la afectación que tiene sobre la palma chilena (Jubaea chilensis), que hace dos meses entró en un proceso de evaluación para ser reclasificada en la categoría en peligro de extinción.

Esta etapa que está en manos del Ministerio del Medio Ambiente tiene una duración de seis meses y contemplará también una consulta ciudadana, en la que se podrán hacer observaciones.

Desacuerdo

La solicitud hecha por Conaf al Comité de Clasificación de Especies fue justificada por las autoridades de la corporación en virtud de que las amenazas que la especie tiene y el descenso de la cantidad de ejemplares, que según Paloma Bravo, encargada regional de la Estrategia de Conservación de la Palma Chilena, bajó en cerca de 20 mil en casi tres décadas, solo considerando la población del Parque Nacional La Campana. Esto, de acuerdo a información comparativa en base a dos censos de la especie, que se realizaron en 1987 y el 2013.

El brusco descenso de la cantidad de ejemplares de palmas existentes en el país que advierte la corporación es puesto en duda por la Fundación para la Recuperación y Fomento de la Palma Chilena (Furpach). En particular, su director ejecutivo, Mauricio Moreno, expresó su sorpresa por la solicitud de reclasificación a especie en peligro de extinción, ya que asegura que en los 20 años que tiene la entidad que lidera han llegado a reproducir dos millones y medio de plantas.

A su modo de ver, la petición se habría hecho de forma precipitada, ya que no se tomó en cuenta la información detallada que tiene esta fundación sobre la reproducción de nuevos palmares.

"Desde la Cuarta a la Séptima Región hemos estado donando palmas en distintos convenios con municipalidades, colegios, universidades, fundando nuevos palmares (...), habría que preguntarles a ellos por qué creen eso (que debe ser reclasificada). Nosotros lo que vemos es que hay más palmares nuevos, que hay muchas más palmas, más reproducción, más gente plantando y reproduciendo por todo Chile", indica Moreno.

Desde Conaf, Paloma Bravo, reconoce que no se pidió información a Furpach, ya que en la elaboración de la ficha técnica con los antecedentes para solicitar el cambio de clasificación se consideraron papers publicados respecto a palmas chilenas en su hábitat natural, los que no tiene actualmente la fundación.

El porqué de no recurrir a la entidad, señala la encargada de la estrategia de conservación, es que "los datos que tienen ellos son de viverización de semillas (...), tienen datos de producción de plantas, no publicaciones de análisis científico: cuáles son las amenazas, por ejemplo. El objetivo nuestro no es viverizar".

La profesional agrega que en sí la acción de cambio de categoría no es la finalidad de la corporación, ya que lo que se busca es fortalecer la protección de la palma, porque está en "serio peligro".

"No es que se busque que cambie de categoría porque se nos ocurrió nada más. Usamos papers, hicimos un análisis serio de científicos que llevan más de 30 años trabajando en torno a la especie y, como es nuestro mandato institucional, presentamos la ficha porque era lo que teníamos que hacer", acota.

Aunque los antecedentes que tiene en su poder la Furpach no fueron considerados por la Conaf, el director ejecutivo de la fundación indicó que sus integrantes realizaron acciones para que la información sobre la reproducción de palma chilena que ellos tienen sea considerada por el Ministerio del Medio Ambiente en el período de evaluación que está actualmente en desarrollo.

Si bien, aclara que todo esfuerzo que se haga para velar por conservar la especie es bienvenido, sí cuestiona la falta de diálogo que -asegura- ha existido en ocasiones entre la entidad forestal y agrupaciones que trabajan con la especie.

"A nosotros no nos avisaron lo que iban a hacer, ni nos preguntaron nuestra opinión tampoco. Lo hicieron por cuenta de ellos y nos conocen hace veinte años, tenemos domicilio conocido (...), da pena, se pueden hacer mejor las cosas. Conversando es más agradable la vida, se logran acuerdos", enfatiza Moreno.

En el decimocuarto proceso de reclasificación, además de la palma chilena, se evaluará la situación de 56 especies: 16 hongos y líquenes, 30 animales y 10 plantas. Entre estas últimas están la araucaria, el olivillo, el garbancillo, el cachiyuyo y el ciprés de cordillera.

Amenazas

Según datos proporcionados por Bravo, en tres lugares de la Región de Valparaíso se concentra la presencia más importante de palmares: Parque Nacional La Campana (80 mil ejemplares aproximadamente), Palmar El Salto (6 mil ejemplares) y en la localidad de Las Palmas, en la comuna de Petorca (900 ejemplares). Los números pueden tener variaciones leves, por lo dificultoso que se hace contabilizar las especies jóvenes, principalmente en lugares de difícil acceso como el fondo de las quebradas.

Conaf ha identificado ocho amenazas específicas para la conservación de la palma chilena. Estos son el crecimiento urbano; los incendios forestales; la escasez de agua; el cambio climático; los animales, que se alimentan de la regeneración de la planta; la extracción de sus semillas (debido a su alta demanda, principalmente desde Japón); las especies invasoras, como por ejemplo, la zarzamora, que le quita espacio a la regeneración, y el reemplazo del bosque nativo por plantaciones.

En el caso de los incendios forestales, que en los próximos meses de verano se volverán más latentes, la profesional comenta que "no permiten que las especies se regeneren; están provocando que los palmares se envejezcan, que se estén derribando las palmas y que no haya un recambio generacional de la especie".

Vulnerable

En el 2008 la palma chilena adquirió la categoría de conservación vulnerable, ya que de acuerdo a diferentes estudios científicos, su zona de ocupación disminuyó aproximadamente en un 50 % en los últimos 300 años. Una amenaza derivada fundamentalmente de la tala para la extracción de miel y la construcción de viviendas.

Su distribución en el territorio nacional se sitúa principalmente entre la provincia de Choapa, en la Región de Coquimbo, hasta la provincia de Curicó, Maule. Estos palmares conviven con especies de los bosques esclerófilos, junto al quillay, peumo, espino o boldo en sectores de ladera. En cambio, en los sectores cercanos a esteros o sectores de quebrada comparte terreno junto al lingue, el canelo o la patagua.