Secciones

"Escuchar el planteamiento de los niños chilotes es sustantivo"

Casi 8 mil escolares de la provincia, desde los 4 a los 18 años, participaron de la consulta "Yo opino, es mi derecho". Fin a la pobreza y el acceso a la salud y bienestar fueron las principales demandas planteadas por los menores isleños.
E-mail Compartir

M. Eugenia Núñez G.

Un despliegue por el país para entregar los resultados del proceso participativo "Yo Opino, es mi derecho", realizó el Consejo Nacional de la Infancia. En Chiloé, la devolución del proceso que convocó a 7 mil 982 alumnos de 91 planteles educacionales, se llevó a cabo en el Liceo Galvarino Riveros Cárdenas de Castro.

De la importancia de estos resultados que abordó los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) acordados por 193 países en Naciones Unidas y cómo la opinión de los niños chilotes serán trabajados por el Estado de Chile, habló la secretaria ejecutiva del Consejo Nacional de la Infancia, Estela Ortiz.

-¿Cuáles fueron los principales resultados en la provincia de Chiloé?

-Los resultados nos arrojan una participación en Chiloé de 7 mil 982 escolares, correspondiente al 34,93% de la región que alcanzó a 22.847 niños y adolescentes de 4 a 18 años. Registrándose la mayor participación en Castro con un 12% respecto del total regional. La menor participación fue en Puqueldón y Queilen.

Los principales resultados priorizados es el fin de la pobreza para todos los grupos. Los niños de 10 a 13 años y en el grupo de 14 a 18 años, emerge Salud y Bienestar como segunda prioridad. En tanto, los niños de educación inicial y 1º y 2º básico priorizaron el Agua Limpia como uno de los principales problemas entre los Objetivos de Desarrollo Sostenible referidos a 'Planeta Tierra'.

El grupo de 3º básico a 4º medio priorizó el problema de vida de ecosistemas terrestres. En el ámbito 'Prosperidad' fue la reducción de la desigualdad.

Si se compara con el nivel nacional las prioridades que establecen los escolares chilotes son similares, donde los principales resultados priorizados es el fin de la pobreza y ese sería el desafío más importante para el país.

En tanto, para los cursos de 8º a 4º medio destacan la educación de calidad y la igualdad de género, y para los niños de cursos menores, las prioridades están en terminar con el hambre.

-¿Por qué es importante este ejercicio en sectores como Chiloé?

-En los sectores insulares, como Chiloé, existe una preocupación especial por habilitar el derecho a participar de los niños, niñas y jóvenes. Como país sabemos de eso porque Chile tiene una condición insular por su geografía.

El reto de integrar las políticas entre los distintos organismos de administración del Estado, tiene como prioridad la descentralización y el fortalecimiento de las políticas públicas en los niveles de localidad, comuna, provincia y región.

Entonces escuchar los planteamientos de los niños de Chiloé es sustantivo y saber escucharlos, es decir, puede que los resultados en términos de principios sean similares, pero el significado del fin de las desigualdades para una niña de Chiloé, es evidentemente distinta que para otra niña que vive en una ciudad grande o de la capital del país y más aún a nivel de las acciones a emprender.

-¿Qué acciones se realizarán con estos resultados? ¿Alguna con pertinencia local?

-Para el Consejo Nacional de la Infancia es obligatorio tomar y procesar la opinión de quienes participaron en este proceso. Y digo procesar porque a nivel de provincia, de comuna y de establecimientos aparecen las propuestas concretas con que los escolares imaginan, sueñan y crean un planeta y una vida sostenible.

Nos gustaría que los ODS se convirtieran en agenda con pertinencia provincial, comunal y local. Con ese sentido hemos hecho este proceso y esperamos que la autoridad política en todos los niveles sea capaz de escuchar a los niños.

-¿Cómo se profundizan los derechos de los niños en zonas geográficamente dispersas como Chiloé, considerando, por ejemplo, la alta tasa de abuso sexual infantil que existe?

-Uno de los resultados a nivel nacional arrojó que un 67,4% de los niños entre cuatro y seis años opinaron que la violencia no puede existir en la relación con sus padres y un 26,9% quiere que les den más tiempo en sus casas.

Este dato se complementa con los estudios de Unicef, que sostienen que un 71% de los niños/as declaran haber vivido violencia. Para el Consejo de la Infancia fue clave comparar estos datos y el problema de la persistencia de pautas culturales asociadas a la violencia hacia la niñez y adolescencia, aparece como uno de los desafíos pendientes a atender, tanto en el Plan de Acción como en la forma en que funcionará el Sistema Integral de Derechos de la Niñez y Adolescencia.

Se busca que con la nueva institucionalidad las Oficinas de Protección de Derechos de la Infancia (OPD) actúen coordinados con la Subsecretaría de la Niñez para abordar las demandas de los menores vulnerados en sus derechos, asunto que requiere acciones intersectoriales para lograr respuestas adecuadas. Sin duda las zonas geográficamente dispersas constituyen un desafío mayor y tensionan la eficiencia del sistema.