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Dolor causa fallida donación de órganos desde hospital

Familia de fallecida no pudo cumplir el anhelo en vida de la profesora. Dirección del Hospital Augusto Riffart respondió que en el recinto sí existe un protocolo que permite activar un dispositivo en red para este tipo de casos.
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Luis Contreras Villarroel

Tristeza e impotencia causó entre familiares la imposibilidad de que en el Hospital Augusto Riffart de Castro se haya concretado el trasplante de órganos desde una donante chilota.

El caso se remonta al domingo 29 de octubre cuando en el centro asistencial falleció la conocida docente y comunicadora ancuditana Marcela Maldonado Barría (48) producto de un accidente cerebro vascular.

Horas antes y en virtud de un diagnóstico irreversible en su estado de salud, la familia en su conjunto planteó la voluntad y disposición de que se pueda realizar la denominada procuración de órganos, trámite que jamás llegó a materializarse.

Según lo señalado por Héctor Barría, esposo de la educadora de enseñanza básica, este gesto de filantropía lo había manifestado en vida Maldonado, quedando plasmado en el propio carnet de conducir.

Barría, quien sufre insuficiencia renal, reveló que la mañana de aquel domingo expuso esta opción tanto a enfermeras como al médico tratante, encontrando una respuesta que terminó por agudizar aún más el dolor de la familia.

"Hablamos con el médico de turno y la sorpresa que nos llevamos fue que, bueno, este señor me escuchó el planteamiento que le hice y su respuesta fue que 'muchísimas gracias', pero que no estaban los medios y no tenía cómo hacer una intervención de este tipo, en dos oportunidades me repitió que 'muchísimas gracias' por la intención, pero que no se podía", dijo el ancuditano.

El marido de la fallecida agregó que el funcionario de la salud le precisó que "se necesitaban muchas horas entre que se movilizara un equipo para realizar este tipo de exámenes, pero intención en ningún minuto hubo de hacer exámenes, nada".

La frustrante posibilidad de haber realizado la procuración de órganos para ser donado a pacientes en lista de espera caló profundo tanto en la familia de Marcela Maldonado, como entre los pacientes de hemodiálisis que solo en el norte de la Isla totalizan 48 personas.

Así lo reflejó César Aballay, secretario de la Agrupación de Pacientes Renales de Ancud, quien condenó con categoría la triste experiencia que pudo haber generado una luz de esperanza entre quienes esperan la aparición de un donante.

"Me deja una mala impresión y una impotencia muy grande de ver tanta campaña que se hace a nivel nacional y que realmente cuando llega el momento de esperar un órgano no se hace nada y no se hace nada por parte de las personas que son los primeros que deberían estar abogando por esto", subrayó el dirigente de los dializados.

DIRECtor

A su vez, el director del Hospital Augusto Riffart de Castro, Ricardo Salazar, precisó que el recinto sí cuenta con un plan que se limita a examinar a un paciente como potencial donante de órganos.

El ingeniero comercial mencionó que de acuerdo al plan "se hace una evaluación de la potencialidad que pudiese tener el paciente".

Salazar precisó que "hay una plataforma que funciona a nivel central y si hay un paciente en cualquier parte del país que cumpla con los requisitos, hay que hacer algunos exámenes, viene un equipo de Santiago y ellos hacen todo el tema del procuramiento".

El directivo, sin nombrar específicamente el caso de Marcela Maldonado y el actuar de su personal, enfatizó que el establecimiento asistencial cuenta con una enfermera a cargo de todo el proceso que encierra el procuramiento de órganos "y hay un protocolo que se sigue y eso se evalúa a cualquier hora", aseveró.

"El médico me dijo 'muchísimas gracias', pero que no estaban los medios".

Héctor Barría,, esposo de Marcela Maldonado."