Un desgarrador relato es el que realizó ayer el humorista Dino "Gordillo", luego de que su hija contara a CHV que fue ella la joven que la madrugada del jueves intentó ser violada por el conductor de un taxi que había tomado en el barrio Bellavista de Santiago, quien luego la llevó a un sitio eriazo en la comuna de Huechuraba.

La Brigada de Delitos Sexuales de la PDI detuvo el jueves por la mañana a Ariel González Erices, de 37 años, gracias al sistema de ubicación del celular de la joven, que estaba en la cartera que el taxista se llevó tras atacarla.

Por la tarde, la Fiscalía formalizó cargos por robo con violencia y abuso se-xual contra el taxista, a quien el tribunal resolvió dejar en prisión preventiva.

"Todo fue demasiado rápido, desde el día que pasó, tres y media, tomé el taxi, pasó esto, me arranqué, me fue a buscar la policía, me llevó a constatar lesiones, ahí me prestaron ropa, me limpiaron, me hicieron exámenes", mencionó Catalina Vega, de 29 años.

Ayer, el humorista conversó con La Mañana de CHV, a quienes expresó "mi dolor como padre, como familia, por el momento que vivimos con Catalina, porque un infeliz la trató de violar".

"Este taxista se la llevó, luego de que ella se fuera del Barrio Bellavista, donde estaba compartiendo. Luego este infeliz la raptó, quiso abusar de ella, la golpeó", expuso emocionado.

Detalló que "le rajó su ropa interior este infeliz, le pegó en el rostro, la boca, ella está con problemas psicológicos grandísimos y estamos luchando por salir adelante, esto está recién comenzando".

"Gracias a Dios apare- cieron unos ángeles que la ayudaron", reflexionó Gordillo.

"No tengo recuerdo de dónde me pegaba, pero tengo todo mi cuerpo herido",

Catalina Vega,, víctima."

"Este infeliz la raptó, quiso abusar de ella, la golpeó. Quedó con un daño enorme, en todo su cuerpo",

Dino Gordillo,, papá de la víctima"

Sin problemas de movilización debiera estar el Papa Francisco cuando llegue a Chile, en la visita oficial que realizará a Iquique, Santiago y Temuco, entre el 15 y 18 de enero.

El motivo es que ayer llegaron desde Estados Unidos dos papamóviles que se sumarán al Toyota Land Cruiser que arribó desde Bolivia, días atrás, y que se utilizará en Iquique.

Los vehículos que aterrizaron en el Aeropuerto Internacional Arturo Merino Benítez de Santiago son dos jeeps modelo Wrangler, pintados de blanco y con la parte trasera descapotable, de manera que el Papa pueda saludar sin problemas a los fieles de Santiago y Temuco.

Ambos vehículos fueron escoltados por personal de la 30° Comisaría de Radiopatrullas.

La posibilidad de que Jorge Matute Johns haya sufrido un ataque sexual es la arista que se encuentra investigando la ministra en visita del caso, Carola Rivas.

Así lo expresó ayer la magistrada, al hablar de los avances en uno de los casos no resueltos más emblemáticos del país, el del joven penquista que desapareció en noviembre de 1999 y cuyo cuerpo fue encontrado en el lecho del río Bío Bío, en 2004.

"Hemos decidido escarbar esta línea, que no es nueva, que estaba 18 años atrás, pero que había sido decididamente no investigada. No casualmente, porque no adscribía a la hipótesis del momento", mencionó la ministra.

Respecto de quiénes podrían haber perpetrado el ataque contra el joven, acotó que "no hablamos de una organización delictual, estamos buscando a personas que acostumbraban a concurrir a estos lugares por sexo casual".

"Ahora estoy dirigiendo todas mis energías a esta hipótesis", recalcó.

La ministra dio una conferencia de prensa informando de esta línea investigativa, tras reunirse con la madre de Jorge Matute, María Teresa Johns, y con su abogado, Fernando Saenger.

La magistrada mencionó también que Matute murió seis horas después de haber consumido pentobarbital vía oral.

Además planteó que hay 10 sospechosos en el caso, de los cuales algunos ya están muertos. Acerca de la información que podrá conocerse de la causa, contó que daba término parcial al secreto del sumario, pero que mantendría un "cuaderno secreto", cuya información seguirá siendo reservada, para asegurar el éxito de las diligencias pendientes.