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Acusan que joven ultrajó a escolar que contactó por Facebook en Dalcahue

Sujeto que enfrenta juicio oral arriesga una pena de 10 años de cárcel.
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Pedro Bárcena González

La valoración de los testimonios de los involucrados, como también de la prueba pericial reunida será la clave para esclarecer la participación que se le atribuye a un operario salmonero en la violación de una niña de apenas 12 años en Dalcahue. Una agresión que desconoce el acusado, quien arriesga 10 años de cárcel.

Al joven de iniciales A.I.D.S. (23) se le responsabiliza de un episodio de violencia sexual contra la estudiante, quien presenta un retardo mental leve. Un ataque presuntamente registrado al interior de la casa que arrendaba el imputado, sólo horas antes que emprendiera viaje a Argentina para reunirse con su familia.

Esta misma distancia complicó la indagatoria, ya que sólo fue detenido el sujeto en la frontera en Chile Chico, tres meses después de los hechos, acaecidos el 7 de marzo del 2016. Otro obstáculo estuvo relacionado con la denuncia, materializada con una posterioridad de 10 días de registrado este incidente, lo que impidió configurar resultados sexológicos más detallados.

Sin embargo, como dijo el fiscal Luis Barría, igual se logró reunir prueba científica e informes médicos que darían cuenta de lesiones genitales. Médicos particulares, del Hospital de Castro y del Servicio Médico legal entregaron estos antecedentes en el juicio que comenzó el viernes en el Tribunal Oral en lo Penal de Castro.

Eso sí, el persecutor explicó que "no se detectaron desgarros" propios de esta figura penal, por la razón que "estos sanan en unos siete días cuando las víctimas son menores y la denuncia se produjo 10 días después".

Estos datos se sumaron a los peritajes de credibilidad del relato de la estudiante, quien declaró en la sala especial del tribunal. El persecutor enfatizó que su testimonio fue claro y creíble, motor de la prueba vertida en su totalidad.

Asimismo, con respecto a la dinámica empleada por el acusado, el representante del Ministerio Público señaló que el chileno-argentino se aprovechó de la edad de la afectada, la cual conocía, y su retardo mental leve, "convenciéndola por Facebook para reunirse con ella. Además, era asiduo para contactar a menores que trasladaba a su casa", acotó.

La abogada querellante, Karen Gómez, ratificó estos argumentos, pidió la misma pena y solicitó a la sala presidida por la magistrado Loreto Yáñez, poner atención en el relato de la afectada, "el cual no se ve alterado pese a su incapacidad mental".

Agregó la representante del Programa Reparación y Justicia que el imputado "abusó de la inocencia" de su representada, recalcando que esta agresión "interfirió en el desarrollo emocional y sexual de la niña", por lo cual invocó la consideración de la extensión del mal causado.

Defensa

Por su parte, el defensor Mauricio Díaz, invocó la absolución, explicando que la prueba no logrará desvirtuar la presunción de inocencia de su representado. "El único medio probatorio directo es la versión de la menor, la cual es contradictoria", apuntó.

Otro elemento que discutió la fuente es que los testigos, "ninguno es presencial", aclaró.

El abogado aseguró que con toda la evidencia presentada ante los sentenciadores, "no se acreditará la existencia del delito y menos la participación de mi cliente". También expresó que los antecedentes científicos expuestos "no fueron concluyentes en cuanto al acceso carnal".

Tras la exposición de la prueba, este lunes se realizarán los alegatos de clausura. El veredicto sería entregado en la misma jornada por los sentenciadores.

DECLARACIÓN

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El acusado, renunciando a su derecho de guardar silencio, indicó en el juicio que "la niña fue a su casa y que nunca ocurrió una violación". Es más, recalcó que ella "decía que yo era su pololo, pero sólo la aconsejaba por los problemas familiares que tenía. Nunca tuvimos una relación. Incluso, hizo que terminara con mi pareja". Junto con reconocer que sabía la edad de la escolar y que habían compartido antes, el imputado insistió que "en la casa no pasó nada. Estuvimos los tres -junto al amigo con quien vivía- sentados en el sillón. Ella me siguió al dormitorio pero no la dejé entrar... siempre negaré este delito, puesto que no ocurrió".