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2017, el año de la naturaleza

Los fenómenos climatológicos causaron millonarias pérdidas en la zona, donde también se supo de tragedias humanas, logros deportivos y culturales, y hasta el hundimiento de un barco cuyo retiro de salmones todavía no concluye.
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¡Vaya qué lluvió este 2017 que estamos despidiendo! Si hasta los mayores hablaban que hacía varios inviernos que no se veía precipitar así en Chiloé.

Y aunque todavía San Isidro no quiere dar paso a un verano más soleado, ello no quiere decir que estos últimos 12 meses fueron de diluvio de principio a fin, sino que más bien hubo grandes episodios de aguaceros, como sucedió con los grandes temporales de agosto.

Los 2.781,1 milímetros que se contaban hasta el mediodía de este viernes en el Aeródromo Mocopulli revelan, eso sí, solo la alta pluviosidad. Hay que recordar el fuerte viento, las marejadas que complicaron el borde costero de varias localidades del Archipiélago e incluso dos inusuales nevadas en parte importante del territorio, fenómenos -unos más que otros- que causaron daños millonarios.

Sí, la naturaleza se hizo sentir este año que se va. Aunque no tuvimos un terremoto o la marea roja del 2016 (que derivó en una crisis social), los contrasentidos de nuestra zona nos recuerdan que igualmente se vive déficit hídrico y otros problemas que se funden entre lo ambiental y (el abuso de) la actividad humana.

Seikongen

Precisamente, por acción del hombre y aunque aún está en investigación, este fue también el año del Seikongen, una embarcación que se hizo famosa en Chiloé y el país por naufragar frente a costas chonchinas y por prender la alarma ente un eventual daño ecológico. Téngase presente que todavía queda parte de la carga de mortandad de salmones en su interior.

Y es que de alguna manera u otra, tanto dentro como fuera de la provincia, se habla y se cree en la sostenibilidad de la que el Archipiélago hace gala. Sin ir más lejos, nuestra tierra fue reconocida como uno de los destinos más sustentables del mundo. Una distinción que se suma a otras nacionales, como la ampliación de la ZOIT a las 10 comunas y las nuevas Zonas Típicas para proteger los entornos de iglesias patrimoniales.

Noticias alegres para un año que nuevamente sacó a luz casos dramáticos, como la revelación de que una menor de isla Caguach fallecida en el 2015 y que estaba bajo el cuidado del Sename no accedió a un trasplante argumentándose la "precariedad" en que vivía.

También hubo otros hechos vinculados a la salud y la justicia en que las críticas cundieron más allá de las fronteras de Chiloé. Una trascendencia que también tuvieron figuras forjadas en estas latitudes.

Ahí están los logros de esforzados deportistas, con títulos regionales, nacionales y hasta internacionales, como lo hizo la mundialista Amanda Cerna, con tres medallas en la cita planetaria de paratletismo júnior. Un orgullo para los isleños que de todas formas querían ver a la Roja en Rusia 2018.

Se pasó el 2017 entre la alegría y la tragedia. Sin ir más lejos, aún resuenan los accidentes de tránsito y los incendios que sufrieron decenas de familias, y también los ultrajes, particularmente a menores, que obligan a no bajar la guardia para su denuncia y condena.

Y por supuesto, están las obras no concluidas, los anuncios que no fueron tales, las expectativas de tal proyecto en que algunos cifran esperanzas y los cambios políticos, como reveló el reciente balotaje y el triunfo de Sebastián Piñera, quien regresará a La Moneda el próximo 11 de marzo.

Así y mucho más fue el 2017. Un año que parecía en un inicio un tiempo de consecuencia del "movido" 2016 -ambiental, social y telúricamente-, pero que con los meses se hizo sentir distinto, con "personalidad" y que deja abiertos varios escenarios para un 2018 que partirá en solamente unas horas más.